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Marlaska consuma su venganza contra De los Cobos: el coronel se retira al no ser ascendido
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El viernes 13 es su último día

Marlaska consuma su venganza contra De los Cobos: el coronel se retira al no ser ascendido

Pese a contar con el respaldo del Tribunal Supremo, el ministerio se negó a promocionarle a general de Brigada con lo que habría prolongado cuatro años más su carrera

Foto: Marlaska y Pérez de los Cobos. (EFE)
Marlaska y Pérez de los Cobos. (EFE)
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El 13 de diciembre será el último día como guardia civil en activo del coronel Diego Pérez de los Cobos. Ese día cumplirá 61 años, lo que le obliga a pasar obligatoriamente a la situación de reserva. De haber logrado el ascenso a general de Brigada al que aspiraba, podría haber seguido ejerciendo hasta la edad de 65. Pero Interior siempre le negó esa promoción y primó a otros mandos con peor baremo que el suyo. Es el último capítulo de un pulso entre el coronel y el ministro Fernando Grande-Marlaska, quien lo cesó en 2020 por no informar a sus superiores políticos de una investigación judicializada que afectaba al Gobierno.

A lo largo de este tiempo, el Ministerio ha dado preferencia a otros aspirantes al ascenso. El mando recurrió todos los nombramientos y el Supremo le dio la razón y los anuló. En octubre del año pasado, los jueces del alto tribunal estimaron que el coronel se vio "relegado" de manera irregular por Interior. El Ministerio asumía las resoluciones, pero luego volvía a nombrar a los mismos generales que habían anulado el Supremo. Así ha ido pasando el tiempo hasta que Pérez de los Cobos ha alcanzado la edad de la retirada que marca la ley para quienes no llegan a general.

En junio de este año, el Tribunal Supremo anuló de nuevo tres nombramientos recurridos por Pérez de los Cobos. Consultado el Ministerio a este respecto, anunciaron que repetirían la misma operativa: "Todo indica que será necesario retrotraer las actuaciones a algún punto concreto del proceso de ascenso, corregir el error formal que haya podido detectar el Supremo y volver a acordar el ascenso a general anulado, trámite en el que la Dirección General de la Guardia Civil volverá a proponer, como ha hecho hasta ahora, al candidato más idóneo para el cargo".

El último revés del Supremo a Interior tuvo lugar el 29 de octubre. El Supremo anuló un cuarto nombramiento dentro de la Guardia Civil, dejando sin efecto el ascenso a general de brigada del Instituto Armado del coronel David Blanes. Pero el mes pasado Pérez de los Cobos puso fin a esta disputa y anunció su renuncia a la ejecución de las sentencias del Tribunal Supremo. Agotado su tiempo, decidió que los generales nombrados no tenían la culpa de "las arbitrariedades” de Interior, Defensa y la Dirección General de la Guardia Civil desde que fue cesado al frente de la Comandancia.

Colaborador de Rubalcaba y el 1-O

Siendo ministro del Interior el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, Pérez de los Cobos llegó a Interior como vocal asesor especializado en lucha antiterrorista. En 2011 pasó a ser el director del Gabinete de Coordinación y Estudios nombrado por el ministro Antonio Camacho. Se mantuvo en ese mismo puesto con los ministros del PP Jorge Fernández Díaz y Juan Ignacio Zoido. Durante el desafío soberanista del 1 de octubre en Cataluña, fue designado mando único de todas las fuerzas de seguridad desplegadas para impedir el referéndum independentista siguiendo órdenes del Tribunal Constitucional. El resultado de las cargas policiales y la pasividad de los Mossos d’Esquadra aquel día le llevaron a un enfrentamiento con el jefe del cuerpo autonómico, José Luis Trapero, juzgado y absuelto por su papel durante la consulta.

Su mayor punto de tensión con Grande-Marlaska se produjo en el que ha sido su último destino, como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid. Sus subordinados investigaban la autorización para celebrar la marcha feminista del 8-M de 2020, a las puertas de la pandemia de Covid. Las pesquisas apuntaban al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, y al entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, actual presidente de la Generalitat.

Foto: El Coronel Jefe de la Comandancia de Madrid, Diego Pérez de los Cobos. (EP) Opinión

Una información sobre el desarrollo de la investigación desvelada por este periódico generó inquietud en el Ejecutivo y en el Ministerio del Interior. Reprocharon a Pérez de los Cobos que no les informase del desarrollo de los trabajos de los investigadores sobre un caso que seguían bajo las órdenes de un Juzgado de Madrid. La ausencia de explicaciones por parte del mando provocó su destitución días después. En el documento de cese, también desvelado por El Confidencial, la propia directora general de la Guardia Civil en ese momento, María Gaméz, admitió que esas eran las razones de su salida.

Dos años después, el Tribunal Supremo determinó que ese cese fue ilegal y ordenó la restitución de Pérez de los Cobos en su puesto al frente de la Comandancia de Madrid. En ese destino es donde ha permanecido hasta ahora, coexistiendo con Grande-Marlaska en el ministerio, pero librando la segunda fase de su pulso: el ascenso frustrado a general de Brigada.

Proceso de ascenso

Cuando Pérez de los Cobos se presentó al ascenso, el proceso se iniciaba con un curso al que asisten los coroneles de cada promoción que han sido clasificados como aptos por el Consejo Superior de la Guardia Civil, que además establece un orden de preferencia. La evaluación se hacía en dos fases. La primera era objetiva en función de lo que dicen sus hojas de servicios, desde condecoraciones a méritos o incluso sanciones disciplinarias. De ahí salía una puntuación individual que se reflejaba en una clasificación provisional de todos los aspirantes.

La segunda fase era subjetiva. Por un lado, eran los propios coroneles los que puntuaban a sus compañeros, y por último, tenía lugar una entrevista personal ante una comisión formada por cinco generales, que también ponían una nota a cada aspirante de forma secreta. Los resultados definitivos se decidían en una junta de evaluación y después se remitían al director general de la Guardia Civil, que a su vez los envía al Ministerio de Defensa, con competencias en la materia por el carácter militar de la Guardia Civil. Era Margarita Robles, tras escuchar a Grande-Marlaska, quien elevaba el nombre definitivo al Consejo de Ministros.

Diego Pérez de los Cobos se presentó a ese proceso en marzo de 2020, dos meses antes de su polémico cese. Concurrieron dos promociones, la 41ª y la 42ª. El mando pertenecía a la segunda. El resultado fue que 27 coroneles llegaron a la fase final y Pérez de los Cobos sacó la nota más alta, un 10. El proceso de entrevistas terminó el mismo día que se conoció la destitución del coronel, el 25 de mayo de 2020, y, según denunció ante el Tribunal Supremo, se cambiaron los criterios de selección por primera vez. Ya no contaría la clasificación general, sino que se daría preferencia a los de la promoción 41ª. De ese modo, Pérez de los Cobos pasó a ocupar el cuarto puesto y se quedó sin ascender.

El pasado 12 de octubre, durante la festividad de la patrona de la Guardia Civil, Pérez de los Cobos emitió un discurso a modo de despedida. “No tengo más norte que el servicio a España y a nuestros ciudadanos desde el más estricto cumplimiento de la legalidad", dijo el mando, quien reivindicó su compromiso de "cultivar y exigir los valores que han sido seña de identidad de la benemérita: el honor, la disciplina, el espíritu de sacrificio y la lealtad".

El 13 de diciembre será el último día como guardia civil en activo del coronel Diego Pérez de los Cobos. Ese día cumplirá 61 años, lo que le obliga a pasar obligatoriamente a la situación de reserva. De haber logrado el ascenso a general de Brigada al que aspiraba, podría haber seguido ejerciendo hasta la edad de 65. Pero Interior siempre le negó esa promoción y primó a otros mandos con peor baremo que el suyo. Es el último capítulo de un pulso entre el coronel y el ministro Fernando Grande-Marlaska, quien lo cesó en 2020 por no informar a sus superiores políticos de una investigación judicializada que afectaba al Gobierno.

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