Sánchez ve sólo cuestión de tiempo el fracaso del acoso judicial contra él y cree que debilitará a Feijóo
El presidente insiste en el archivo de la causas contra su mujer y su hermano y sostiene que cuándo eso suceda se producirá un efecto bumerán y "se volverá contra los acosadores"
Ni un sólo síntoma de desgaste, ni personal ni política. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace caso omiso al "ruido". O no le afecta o no lo oye o ha acabado por normalizar las investigaciones en los tribunales contra el Gobierno y personalmente contra su familia. En una conversación informal esta mañana con periodistas, en la celebración institucional del día de la Constitución en el Congreso, el jefe del Ejecutivo dio por válido que es objeto de un acoso judicial pero considera que el fracaso de esta operación es "cuestión de tiempo".
Sánchez asegura que ya advirtió, en los cinco días de reflexión, que esta estrategia iría en aumento e insiste que es fundamental esperar para que el paso de los meses ponga "las cosas en su sitio". "Estamos tranquilos porque somos un Gobierno limpio", defendió, y enfrente hay una oposición, dijo, que "ha dejado a un lado el legítimo debate de ideas y está en la destrucción". "La oposición no es política, no hay política tras el insulto, el ruido y la descalificación".
La tesis del presidente que esta apuesta se volverá en contra Alberto Núñez Feijóo, con el archivo de las causas judiciales abiertas a su mujer y a su hermano, que él pronostica. "Cuando llegue el momento, el acoso se volverá en contra de los acosadores", señaló. En el momento de las elecciones, insistió, habrá un "rechazo" hacia quienes hacen ese tipo de política.
Sánchez sigue de cerca las encuestas y destaca que el "desplome" del líder de la oposición carece de precedentes. "Tiene una valoración paupérrima entre sus votantes". El PP, explicó, es fuerte como sigla, pero débil por Feijóo e irrelevante como proyecto político. La Moncloa lleva semanas poniendo el acento en el hundimiento de Feijóo en las preferencias de presidente (8,6% frente al 22,1% del jefe del Ejecutivo) y la bajada de valoración en su propio electorado.
El jefe del Ejecutivo no quiso detenerse ni en el caso Ábalos ni en la investigación del Tribunal del Supremo contra el fiscal general del Estado por una presunta revelación de secretos en la divulgación de información confidencial del novio de Isabel Díaz Ayuso. Pero, en cualquier caso, el Gobierno "respalda" a Álvaro García Ortiz.
Sobre el exministro de Transportes y exnúmero tres del PSOE, otras fuentes del Ejecutivo sí asumen el daño reputacional que este asunto genera para los socialistas pero reiteran que no va más allá de Ábalos. A pesar de las acusaciones del empresario Víctor de Aldama, que asegura poder demostrar que hizo favores al ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y pagó una mordida de 25.000 euros al jefe de gabinete de María Jesús Montero, fuentes gubernamentales lo niegan y subrayan que "por ahora no ha aportado ninguna prueba contundente". Creen, además, que está teniendo cuidado de no autoinculparse.
Este tema, indican, "más que preocuparnos nos indigna". Tampoco existe temor a las declaración voluntaria de José Luis Ábalos ante el Supremo, que se iba a realizar el día 12 pero que él mismo ha pedido retrasar para estudiar bien toda la información contra él proporcionada por Aldama, sobre supuestos amaños en la adjudicación de obras del Ministerio.
Ni un sólo síntoma de desgaste, ni personal ni política. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace caso omiso al "ruido". O no le afecta o no lo oye o ha acabado por normalizar las investigaciones en los tribunales contra el Gobierno y personalmente contra su familia. En una conversación informal esta mañana con periodistas, en la celebración institucional del día de la Constitución en el Congreso, el jefe del Ejecutivo dio por válido que es objeto de un acoso judicial pero considera que el fracaso de esta operación es "cuestión de tiempo".