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Pedro Sánchez se protege en el PSOE con su núcleo duro y conserva a Santos Cerdán y Montero
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Pedro Sánchez se protege en el PSOE con su núcleo duro y conserva a Santos Cerdán y Montero

El presidente asciende a Pilar Bernabé a la secretaría de Igualdad en sustitución de la ministra Ana Redondo. Impulsa un cambio generacional en la referencia feminista del partido y premia su trabajo como delegada del Gobierno en Valencia en la DANA

Foto: Pedro Sánchez en el congreso del PSOE en Sevilla. (Europa Press)
Pedro Sánchez en el congreso del PSOE en Sevilla. (Europa Press)
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Ni un político tan aventurero como Pedro Sánchez se ha atrevido esta vez a ejecutar una nueva cabriola. En tiempos de tribulación, no hacer mudanza. El PSOE remata este domingo el 41 congreso con cambios solo cosméticos. Apenas han existido debates de fondo en Sevilla y tampoco renovación de caras. El presidente del Gobierno continúa la andadura con sus fieles. Santos Cerdán mantiene la secretaría de Organización y María Jesús Montero la vicesecretaría general. Las únicas novedades se producen en los niveles inferiores de la estructura.

Sánchez asciende a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, a la secretaría de Igualdad del PSOE, lo que supone un reconocimiento a su trabajo en la tragedia de la DANA, que el propio jefe del Ejecutivo ha elogiado públicamente, y una señal que la lanza como futura candidata a la alcaldía de Valencia. Bernabé, que desplaza en el cargo a la ministra Ana Redondo, significa también un relevo generacional, después de la victoria de las feministas clásicas en este cónclave en su disputa con las más partidarias de la teoría queer.

Su nombre es la mayor sorpresa de la nueva dirección. El círculo ahormado estos últimos años sigue casi intacto. Esther Peña proseguirá como portavoz. Y se produce un leve movimiento para mejorar la coordinación entre Ferraz y la Moncloa. Paco Salazar, que forma parte del gabinete del presidente, recupera la secretaría de Acción Electoral y Análisis. Sánchez, que apenas habla con los líderes territoriales, despachó ayer con los barones y secretarios generales antes de cerrar la ejecutiva.

Pero si alguien aguardaba una solución extraordinaria que libere a los socialistas de todos sus males, tendrá que esperar. Esta vez la pirueta de Sánchez ha sido no hacer nada. El PSOE se prepara para aguantar y sufrir en varios frentes. En el judicial, por la sucesión de casos de corrupción que afectan al Gobierno y al propio presidente. Y en lo político, en manos de Junts, sin garantías aún de poder aprobar unos presupuestos y con muchas dificultades para hacer una política de izquierdas, básicamente porque no existe una mayoría parlamentaria progresista.

Foto: La vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, durante su intervención en el Congreso Federal. (EFE / Julio Muñoz)

El congreso no aminora ninguno de estos problemas, pero le sirve a Sánchez al menos para dos cosas. Una, reforzar la idea de que el Ejecutivo es objeto de una gran conspiración para desalojarle de la Moncloa, que puede ayudar a movilizar a su electorado. Y dos, preparar al PSOE para el próximo ciclo electoral. En las próximas semanas comenzarán en cascada los cónclaves autonómicos, provinciales y locales para elegir a los jefes del partido en cada nivel, que integrarán después las candidaturas.

La organización inicia así un proceso de reparación interno para afrontar en las urnas la enorme pérdida de poder que tuvo en 2023. La recomposición externa se aplaza. Sánchez estrena su tercer mandato sin abrir una nueva etapa. Podría hacerlo en los próximos meses, si la situación le resulta propicia. En medio de la tormenta eléctrica que asola la Moncloa, había perdido sentido cambiar nada.

Foto: El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. (Carlos Luján / Europa Press)

La continuidad de Cerdán y de Montero se intuía desde hace semanas. Por momentos dio la impresión de que el secretario de Organización se tambaleaba. El partido ha estado desasistido, sin pulso. Y hay federaciones que se sienten incomprendidas por la dirección, que no les concede ningún margen para hilvanar su propio discurso. Pero el número tres del PSOE está absolutamente blindado. Es quien gestiona el día a día en Ferraz y mantiene la interlocución con los territorios. Su peso en el núcleo duro se vio reforzado al convertirse en el enlace de Carles Puigdemont, por encargo directo de Sánchez. Y las acusaciones de Víctor de Aldama, el comisionista del caso Koldo, que asegura que le dio una mordida de 15.000 euros, han supuesto para Cerdán un mecanismo de protección mayor.

El papel de Montero no es tan relevante en Ferraz, a pesar de ser la vicesecretaria general. Ella apenas trata con los dirigentes territoriales, salvo en ocasiones contadas, pero es una pieza fundamental en el universo de Pedro Sánchez. Vicepresidenta y ministra de Hacienda, ocupa la primera línea de defensa del presidente y es una de las figuras más reconocidas y apreciadas en la organización, en competición ahora con Óscar Puente. Supone la principal conexión entre el Gobierno y el PSOE y participa, junto con Santos Cerdán y Félix Bolaños, en el diseño de la estrategia.

Fuerte presencia andaluza

El Congreso de Sevilla estaba pensado para relanzar al partido y ponerlo rumbo a las elecciones andaluzas, que ya se atisban en el horizonte, junto con las de Castilla y León, en el primer semestre de 2026. Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz, ejercía como anfitrión y presidente del cónclave, pero ha salido más contestado de lo que entró en el recinto del Palacio de Exposiciones y Congresos de Fibes.

El discurso de apertura de Espadas fue justo después del que ha dado Diana Morant, centrado en los afectados por la DANA de Valencia y esta coincidencia no ha ayudado al dirigente andaluz. Los 22 minutos de intervención han sorprendido a propios y extraños. "Él mismo ha agradecido la oportunidad que se le ha dado y la ha desaprovechado", expresaba un miembro de la Ejecutiva federal, aunque esta fuente admitía que este discurso no será determinante en el futuro de Espadas al frente de la mayor federación del partido.

Foto: José Luís Rodríguez Zapatero con María Jesús Montero. (Europa Press) Opinión
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"Vais a tener Espadas para rato", ha dicho el propio líder del PSOE andaluz a última hora del sábado. Lo cierto es que la nueva dirección socialista cuenta con una relevante presencia andaluza, pero la presencia de estos dirigentes en Ferraz no responde a su relación con Espadas. Montero se ha ganado su puesto a pulso, mientras que Alfonso Rodríguez Gómez de Celis y Francisco Salazar forman parte del núcleo del sanchismo casi desde los inicios. El jiennense Juan Francisco Serrano, por su parte, es parte de la estructura de la secretaría de Organización de Cerdán.

La única andaluza que sale de la Ejecutiva sí responden a la federación más numerosa del partido. Se trata de Mari Nieves Ramírez, aliada del líder del PSOE malagueño, Daniel Pérez. Este dirigente territorial es quien más se ha posicionado junto a Espadas hasta el momento. Y esto no es baladí si se tiene en cuenta que los dos jefes locales con más poder de la comunidad, Javier Fernández de los Ríos (Sevilla) y Francisco Reyes (Jaén), han eludido dar su apoyo expreso al exalcalde de Sevilla este mismo sábado en Fibes.

Ni un político tan aventurero como Pedro Sánchez se ha atrevido esta vez a ejecutar una nueva cabriola. En tiempos de tribulación, no hacer mudanza. El PSOE remata este domingo el 41 congreso con cambios solo cosméticos. Apenas han existido debates de fondo en Sevilla y tampoco renovación de caras. El presidente del Gobierno continúa la andadura con sus fieles. Santos Cerdán mantiene la secretaría de Organización y María Jesús Montero la vicesecretaría general. Las únicas novedades se producen en los niveles inferiores de la estructura.

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