Ferraz prepara ya la candidatura de Óscar López para tumbar a Lobato en el congreso
Las cuentas en la federación madrileña es que el actual secretario general se ha quedado sin apoyo. Una parte del partido se ha colocado ya tras el ministro de Transformación Digital. La batalla se recrudecerá en cuanto pase el cónclave de Sevilla
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La dirección del PSOE está ya concentrada en impulsar la candidatura del ministro de Transformación Digital, Óscar López, para sustituir a Juan Lobato en el próximo congreso de los socialistas madrileños. El secretario general del PSOE-M ha optado por seguir, a pesar del rechazo que ha generado su visita a un notario para dar fe de la información confidencial que la Moncloa le mandó sobre el novio de Isabel Díaz Ayuso. Esta decisión puede ser la puntilla a su trayectoria política.
Cuestionado desde hace meses en Ferraz, él mismo era consciente de que podían impulsar un candidato en su contra, pero pensaba que la falta de una alternativa sólida le daba un margen para seguir. Esa situación ha cambiado radicalmente en las últimas 48 horas, desde que ABC desveló el lunes que acudió a la notaría, algo que nadie en el partido conocía. Fuentes del PSOE-M sostienen que "los números ya no le dan" y "si tenía pocas oportunidades de ganar, ahora no le queda ninguna".
Ferraz ha movido sus piezas para tratar de que convoque a la ejecutiva regional y él mismo sea consciente de que carece de apoyo. Pero la presión, salvo que todo se desboque, no irá estos días a mayores. La dirección nacional asume que "no tiene sentido meternos en una guerra" a tres días del congreso federal. Ni existen mecanismos para forzar su dimisión ni tampoco para evitar que acuda al cónclave.
Lo importante ahora, según explican fuentes socialistas, es que convoque el congreso autonómico previsto ya para el 1 y 2 de febrero y que implica el siguiente calendario: el 7 de diciembre la presentación de candidaturas, del 8 al 16 la recogida de avales, del 19 al 10 de enero la campaña, 11 de enero votación en primera vuelta y 18 en segunda, si fuera necesaria.
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Estas son las fechas que Lobato pactó con Santos Cerdán, pero el proceso interno aún no es oficial. La previsión es que la ejecutiva regional se celebre el 2, el próximo lunes, y el 4 y 5, el comité regional, que es el órgano que convoca el congreso. Una vez que esto suceda, el camino ya está absolutamente expedito para Óscar López.
El ministro supone la figura de peso que una parte del PSOE-M reclamaba como secretario general y futuro candidato. López, con el respaldo directo de Pedro Sánchez se deja querer y en las últimas horas no hace más que sumar apoyos. Aunque el aterrizaje de la exministra de Industria, Reyes Maroto, en el Ayuntamiento de Madrid no fue precisamente un éxito, en el partido sí ven a López como alguien capaz de plantar cara a la presidenta madrileña.
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Con la vista puesta en la votación de los candidatos a la secretaría general, tanto Ferraz como los socialistas madrileños que conforman la 'operación ministro', consideran que se deben medir las críticas contra Lobato para que no pueda venderse como un "mártir" ante la militancia. "Se ha hecho la víctima", defienden fuentes de la cúpula socialista, en referencia a su denuncia de "linchamiento" en el seno de la organización.
Públicamente, Lobato defiende que fue a la notaría para dejar constancia de los mensajes sobre la confesión de delitos fiscales de la pareja de Ayuso, Alberto González Amador, que le mandó la jefa de gabinete de Óscar López. Pilar Sánchez Acera, y así protegerla. En ese momento, López aún no era ministro sino jefe de gabinete de Sánchez.
Lo que en el PSOE-M se echa en cara a Lobato es que haya implicado en este asunto a Sánchez Acera, que además es miembro de su ejecutiva como responsable de política institucional. La sensación en la organización es que ha intentado salvarse él y ha traicionado a una compañera. Y a la vez ha dado pábulo a que la Moncloa y el fiscal general, investigado por el Tribunal Supremo por presunta revelación de secretos, están detrás de la filtración.
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El propio Lobato reforzó ayer esa teoría. El lunes todavía sostenía que el origen de la información que le llegó por la número dos de López eran los medios de comunicación, que ya habían publicado el correo confidencial del letrado de Alberto González a la Fiscalía. "Si lo que se me dijo esa mañana cuando se me mandó la documentación era verdad, no veo el problema en acreditar el origen lícito de esa documentación", señaló. "Parece que se dudara sobre la veracidad de lo que se me dijo", añadió, deslizando que el problema no es ir al notario sino cómo se consiguió la información. En el partido lo que mantienen es que la desconfianza que ha demostrado lo inhabilita para continuar como secretario general.
Dentro del Gobierno hay voces que incluso cuestionan que Lobato buscara protegerse y opinan que sólo jugó esa carta como elemento de presión ante Ferraz ante su pretensión de intentar descabalgarle. Pero, destaca esta fuente, "ha sido una cagada mundial". Hay dudas de si el dirigente madrileño sabía entonces que López podía ser su contrincante y por eso quiso involucrar a su jefa de gabinete, aunque la opinión más extendida es que no.
Lobato comparece este viernes en el Supremo y en Ferraz hay cierta expectación por su declaración. El tribunal le citó como testigo en cuanto se hizo público que él tuvo la información del novio de Ayuso. La impresión en la dirección del PSOE es que seguidamente se llamará a Sánchez Acera.
Con esta crisis abierta en canal, los socialistas encaran el congreso de Sevilla. Al intenso foco de las acusaciones de Víctor de Aldama se ha añadido la crisis del PSOE-M. Si al final Lobato acude al cónclave no se descarta que sus propios compañeros le ninguneen como jefe de la delegación madrileña. Cualquier cosa, menos un congreso tranquilo.
La dirección del PSOE está ya concentrada en impulsar la candidatura del ministro de Transformación Digital, Óscar López, para sustituir a Juan Lobato en el próximo congreso de los socialistas madrileños. El secretario general del PSOE-M ha optado por seguir, a pesar del rechazo que ha generado su visita a un notario para dar fe de la información confidencial que la Moncloa le mandó sobre el novio de Isabel Díaz Ayuso. Esta decisión puede ser la puntilla a su trayectoria política.