Es noticia
La sombra de corrupción monopoliza el congreso y desluce el relanzamiento de Sánchez en Sevilla
  1. España
Menos cambios de los esperados

La sombra de corrupción monopoliza el congreso y desluce el relanzamiento de Sánchez en Sevilla

La citación de Juan Lobato en el caso contra el fiscal general del Estado se suma a la declaración de Aldama en los días previos a un cónclave pensado para debatir sobre financiación y mostrar un giro del PSOE a la izquierda

Foto: Pedro Sánchez, entre Cristina Narbona y Santos Cerdán, en una reunión de la Ejecutiva del PSOE. (Europa Press/Carlos Luján)
Pedro Sánchez, entre Cristina Narbona y Santos Cerdán, en una reunión de la Ejecutiva del PSOE. (Europa Press/Carlos Luján)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Cuando Pedro Sánchez decidió adelantar a finales de 2024 el 41 Congreso Federal del PSOE hubo quien vio en el movimiento un nuevo ejemplo de lucidez del presidente del Gobierno, una forma de tomar la iniciativa para desembarrancar la legislatura después del carrusel de elecciones del primer semestre del año. Con lo que el líder socialista no contaba era con la declaración de Víctor de Aldama justo una semana antes del cónclave que se celebrará en Sevilla entre los días 29 de noviembre y 1 de diciembre. Ni tampoco con un informe de la Guardia Civil que otorga un papel "preeminente" al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en la filtración contra el novio de Isabel Díaz Ayuso por su presunto delito fiscal.

El PSOE ha presentado el logo del congreso y su lema —España adelanta por la izquierda— apenas dos horas después de conocerse el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) del instituto armado. La realidad política ha echado un jarro de agua fría sobre las expectativas que había en Ferraz y Moncloa con la reunión orgánica que reunirá a un millar de delegados en la capital andaluza y que Sánchez quería utilizar para dar un nuevo impulso a su mandato. En consonancia con el lema, los socialistas habían esbozado un giro a la izquierda con medidas como la reducción de la edad legal para votar a los 16 años, la ruptura de los acuerdos educativos con la Iglesia Católica o la reducción de la jornada laboral a las 36 horas semanales.

El propio Sánchez salió al paso de la declaración del comisionista de la red en la que están implicados el exasesor Koldo García Izaguirre y el exministro José Luis Ábalos, imputado por el Supremo también en los prolegómenos del congreso. "Estamos tranquilos, pero a saber", expresaba un miembro de la Comisión Ejecutiva Federal días antes de la confesión de Víctor de Aldama. Esta fuente circunscribía el caso a la dupla que formaban García Izaguirre y Ábalos, ya que fue precisamente en el exsecretario de Organización del PSOE donde Ferraz colocó el cortafuegos con una rápida expulsión del político valenciano del grupo parlamentario en la Cámara baja. El discurso oficial sigue en ese mismo punto, pero la preocupación es inevitable. Y el efecto directo de la declaración del emprasario sobre el cónclave más aún.

El 41 Congreso Federal del PSOE estaba destinado a girar en torno al acuerdo firmado por el PSC con ERC para la investidura de Salvador Illa. Los socialistas tenían intención de definir los próximos pasos del modelo federal que se atisba en el acuerdo con los republicanos en Cataluña y profundizar en la Declaración de Granada, aprobada en 2013 bajo el patrocinio de Alfredo Pérez Rubalcaba. También debía ser el cónclave para preparar al partido para el siguiente reto electoral, si no hay adelantos inesperados y con permiso de las autonómicas de Castilla y León. Se trata de las andaluzas previstas a finales de 2026 y a las que el PSOE se enfrenta con el reto de revitalizar a su mayor federación e intentar erosionar el sólido liderazgo de Juanma Moreno.

Foto: El secretario general del PSOE en Madrid, Juan Lobato. (Europa Press/Fernando Sánchez)

"Ahora toca Andalucía", tuiteó el dirigente socialista Mario Jiménez, crítico con la dirección de Juan Espadas y uno de los cargos que más reman en favor del relevo al exalcalde de Sevilla al frente del PSOE andaluz. Cuando Pedro Sánchez colocó el cónclave en el otoño de 2024, el principal reto para los socialistas estaba en Andalucía y la anemia que sufre el que fue el principal granero de votos del partido durante décadas. La hipotética sustitución de Espadas es ahora un asunto menor a pesar de los intentos de los intentos grupos críticos de llamar la atención de Ferraz. A la espera del "dedo divino" de Sánchez, como expresa una fuente socialista con cierta sorna. Un silencio sobre el también portavoz del Senado provocaría un terremoto en la mayor federación del PSOE, pero la inestabilidad actual no apunta en esa dirección.

Hay varias pistas que lo demuestran. La salida de Teresa Ribera camino de la Comisión Europea se ha cerrado con un cambio de cromos y la futura vicepresidenta en Bruselas ha dejado la cartera de Transición Ecológica a su secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen. La nueva titular tiene un perfil técnico que viene a continuar la labor de Ribera en una minicrisis de Gobierno que ha espantado los rumores de una remodelación de mayor calado pensada para relanzar al Ejecutivo. Y lo mismo se atisba en lo orgánico, a pesar de que durante semanas el PSOE alimentó la sensación de que del cónclave de Sevilla saldría una dirección renovada y con grandes cambios.

Foto: El lider del PP, Alberto Núñez Feijóo (Europa Press)

El foco estaba puesto, en parte, en Santos Cerdán, secretario de Organización, sucesor de Ábalos en ese cargo y señalado por De Aldama en su declaración del pasado viernes. La respuesta tajante del PSOE ha dado cierta calma al partido, desde la declaración de Sánchez en el patio del Congreso a la denuncia contra el comisionista por injurias tras su comparecencia ante el juez del caso Koldo. Además de Cerdán y Ábalos, Víctor de Aldama apuntó también a María Jesús Montero por medio de un supuesto pago a su jefe de gabinete, Carlos Medina; a Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial; e incluso a Teresa Ribera por un proyecto relacionado con Globalia y la esposa del presidente, Begoña Gómez, en un proyecto sobre despoblación.

Pero todos los focos se han girado hacia Juan Lobato, que el mismo viernes que comienza el Congreso Federal tendrá que declarar ante el Supremo tras la información publicada por ABC sobre que tuvo un papel relevante en la filtración de los correos del novio de Isabel Díaz Ayuso. El líder de la Federación Socialista Madrileña ha rechazado el señalamiento, pero tendrá que acudir al Alto Tribunal el mismo día que comienza el cónclave socialista. Y su papel era el de liderar la delegación madrileña en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Fibes.

Lobato encabeza una de las federaciones que, tal y como admitió el propio Sánchez, eran motivo de preocupación para Ferraz por sus malos resultados. El ruido sobre la posible salida del dirigente regional aparece y desaparece como el Guadiana. Y en las últimas semanas la posibilidad de un golpe de mano para colocar a Óscar López en la batalla con Isabel Díaz Ayuso había tomado forma. Lo llamativo es que el propio Lobato ha admitido que le llegó información sobre el novio de la presidenta madrileña desde Moncloa. Más concretamente desde la jefa de gabinete de López durante el tiempo en que el ahora ministro de Transición Digital estaba en el palacio presidencial como jefe del gabinete de Sánchez. Este viernes, el dirigente madrileño, lejos de ceder a las críticas internas por estas revelaciones, ha cargado contra el "linchamiento" de varios dirigentes del partido contra él.

Cuando Pedro Sánchez decidió adelantar a finales de 2024 el 41 Congreso Federal del PSOE hubo quien vio en el movimiento un nuevo ejemplo de lucidez del presidente del Gobierno, una forma de tomar la iniciativa para desembarrancar la legislatura después del carrusel de elecciones del primer semestre del año. Con lo que el líder socialista no contaba era con la declaración de Víctor de Aldama justo una semana antes del cónclave que se celebrará en Sevilla entre los días 29 de noviembre y 1 de diciembre. Ni tampoco con un informe de la Guardia Civil que otorga un papel "preeminente" al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en la filtración contra el novio de Isabel Díaz Ayuso por su presunto delito fiscal.

Pedro Sánchez PSOE
El redactor recomienda