Lobato enfada a Ferraz por intentar salvarse y acelera la 'operación ministro' en Madrid

En pleno intento de consolidar su liderazgo al frente del PSM, con Ferraz aún en la duda de lanzar una alternativa para dirigir el partido en Madrid o esperar a la elección del candidato a las autonómicas, Juan Lobato ha dado un importante traspié que ha situado a muchos socialistas en su contra y que podría costarle el cargo de secretario general. No obstante, esta mañana Lobato ha comunicado que no dimitirá de sus cargos a pesar de las críticas desde dentro del partido, lo que ha calificado de "linchamiento".

La revelación del diario ABC de que acudió al notario para dar fe de que Moncloa, concretamente, la jefa de gabinete de Óscar López, Pilar Sánchez Acera, fue quien le envió información sobre el novio de Isabel Díaz Ayuso, con la intención de que lo utilizara en la sesión de control, ha levantado ampollas en toda la organización.

Primero, porque la filtración de estos correos es un asunto muy sensible para el Gobierno. Ha provocado una investigación del Tribunal Supremo contra el fiscal general, Álvaro García Ortiz, por presunta revelación de secretos que lo ha colocado en una situación de profunda debilidad. Y segundo, porque da la impresión de que el dirigente madrileño ha querido salvarse a sí mismo al dejar por escrito que el Ejecutivo (López era entonces el jefe de gabinete del presidente del Gobierno) le facilitó los datos de la pareja de Ayuso, por lo que pueda derivarse de este proceso judicial.

El propio Lobato admitió este lunes, en varias entrevistas en distintos medios de comunicación, que acudió a la notaría sin informar antes a Sánchez Acera o a Ferraz (se enteraron ayer por la tarde) y justo después de que el Tribunal Supremo ordenara la incautación del ordenador y el móvil del fiscal general. Distintas fuentes del partido confirman el enfado tremendo de la dirección y el malestar del PSM, incluso de personas que están en su órbita. Hasta el punto de que su continuidad al frente de Madrid está ahora totalmente en entredicho. "Mucha gente del partido piensa que tiene que dimitir antes del congreso federal" de este fin de semana en Sevilla, señalan en la organización. Si eso no ocurre, como mínimo, "no encabezar" la delegación.

Ha sido una mañana de teléfonos en la federación madrileña. Para algunos, "la gota que colma el vaso" en el cuestionamiento de su liderazgo. "Una metedura de pata monumental", afirman fuentes del PSM. La crítica tiene también tintes personales porque se entiende que ha dejado en mal lugar a Sánchez Acera, que forma parte de su ejecutiva como responsable de política institucional. Lobato, además, ha ofrecido distintas versiones que han generado más irritación. "Cuanto más habla, más lo lía", destacan desde el socialismo madrileño.

A nivel interno, el episodio del notario puede decantar el próximo congreso del PSM en enero, si es que no se precipita antes otra decisión. El dirigente madrileño lleva semanas de gira por toda la Comunidad para obtener el apoyo de los alcaldes y, según fuentes cercanas, contaba con todos menos el de Fuenlabrada, Javier Ayala, y la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández. Un respaldo que, en su opinión, prácticamente le garantizaba la reelección.

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Otras fuentes del partido matizan ese optimismo y sitúan en un 40% el aval interno a Lobato. El resto, apuntan, estaba a la espera de si se encontraba un relevo, porque los nombres que se habían planteado, como el propio Ayala o la concejala del Ayuntamiento de Madrid, Enma López, no se consideraban de la suficiente enjundia para defenestrarlo.

Fuentes del PSM señalan que en las conversaciones que han existido con Ferraz lo que se reclamó es la 'operación ministro', que la dirección nacional fuera con todo en Madrid, que promocionase a alguien del Gobierno capaz de hablar de tú a tú al mundo económico o a un perfil de ese nivel. Y en ese contexto surgió el nombre del ministro de Transformación Digital y exjefe de gabinete de Pedro Sánchez, Óscar López, adelantado por elDiario.es.

El ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, ha sonado mucho estos años para el cargo, pero parece que Madrid no entra en sus planes. López, con raigambre en Canillejas, también conoce bien la región. Y en el PSM consideran que "si tiene ganas, es muy bueno". A Lobato se le ha echado en cara que es poco contundente con Ayuso -Óscar López es justo lo contrario- y se sitúa en una posición ideológica demasiado central.

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En las últimas europeas, Ferraz puso ya al secretario general del PSM en el disparadero porque la mitad de la brecha de votos con el PP se produjo en Madrid y eso suponía un enorme lastre para las siguientes convocatorias electorales. Pero hasta que recientemente saltó el nombre de Óscar López no se vislumbraba un candidato sólido que le pudiera hacer sombra. No hay ninguna confirmación de que el ministro quiera (ya se presentó como aspirante a la Junta de Castilla y León, sin mucho éxito) o de que la dirección lo vaya a plantear. Lo que sucede es que hoy, incluso los que aún tenían dudas, consideran que Lobato ha quedado inhabilitado para continuar y se empieza a quemar etapas muy rápido.