El PP votará en soledad contra Ribera y señala a Sánchez: "Ha roto sus líneas rojas antifascistas"
Génova apunta que sus eurodiputados no apoyarán el colegio de comisarios de Von der Leyen. El PSOE acepta a los candidatos de Meloni y Orbán y el PP contraataca: "Pactan con la internacional ultraderechista para salvar a Ribera"
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La presión de Alberto Núñez Feijóo y los guiños de su compañero y "amigo" Manfred Weber no fueron suficientes para culminar la ofensiva emprendida por Génova para intentar derribar el nombramiento de Teresa Ribera como nueva vicepresidenta del ejecutivo comunitario. La estrategia del Partido Popular sirvió para retrasar el pacto y para forzar la comparecencia de la ministra en sede parlamentaria, sin que sus palabras pudiesen cambiar el sino de la nueva Comisión Europea. De hecho, los primeros visos de acuerdo por parte del PPE llegaron antes incluso de que Ribera hubiese terminado su intervención en la tribuna del Congreso de los Diputados.
A media tarde del miércoles, y tras varios días de alta tensión, populares, socialistas y liberales europeos formalizaron el pacto y desbloquearon el paquete del nuevo colegio de comisarios. La lista incluirá finalmente a la ministra de Transición Ecológica, que cuenta con el aval de Von der Leyen y con el visto bueno de los conservadores. Pero el PSOE, a cambio, se come también el 'sapo' del candidato del ECR de Meloni a vicepresidente, Raffaele Fitto —que el PPE asume como propio—; y al aspirante a comisario enviado por el ultraderechista Viktor Orbán, Olivér Várhelyi.
En los últimos días, Génova trataba de construir el relato ante el previsible acuerdo global. En la delegación española se asumía que el PPE no podría seguir el órdago de los populares españoles hasta el final ante el riesgo de que el veto a Ribera se tradujese en la caída de las candidaturas de otros comisarios de su misma familia política. Feijóo tenía que elegir entre ligarse a la posición mayoritaria de la familia popular europea y de la propia Ursula von der Leyen, o asumir el riesgo de ruptura con la política alemana posicionándose en contra de todo el colegio de comisarios en la votación clave del Parlamento Europeo prevista para el próximo 27 de noviembre.
Finalmente, Feijóo ha optado por romper la baraja. Los 22 eurodiputados de la delegación española del PPE no apoyarán el nuevo ejecutivo comunitario —basculan entre el 'no' y la abstención— una posición estética, sin efectos prácticos. Pero el líder del PP sí cruzará, con ello, una línea inexplorada. Porque, por primera vez, Génova se descolgará de sus colegas comunitarios y, sobre todo, reafirma su pulso a Ursula von der Leyen, a cuya supervisión ha ligado gran parte de su agenda de oposición en España, desde la ley de amnistía hasta la "corrupción" del Gobierno de Sánchez.
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"El PP se mantiene firme: no apoyará el nuevo gobierno comunitario si está Ribera en él", ratificaron en Génova tras conocerse el acuerdo europeo. Pese a asumir algunos "errores" por parte de una Generalitat controlada por el PP de Carlos Mazón, Feijóo culpa casi en exclusiva a la ministra de Transición Ecológica de las "negligencias" que se cometieron en las horas críticas de la DANA, que ha dejado más de doscientos muertos sólo en la Comunidad Valenciana. "Vamos a votar en contra de Ribera hasta sus últimas consecuencias", ratificó el propio Feijóo el pasado martes en una entrevista en COPE.
"Nuestra convicción es tal que estamos dispuestos a desmarcarnos del Partido Popular Europeo y de Ursula von der Leyen para no premiar a Teresa Ribera", inciden fuentes cercanas a Feijóo. En la cúpula popular reiteran que la ministra "no ha estado a la altura de la responsabilidad" que requería una tragedia de estas características, e insisten en el argumento de que los dos organismos dependientes de su cartera, la AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar, "no informaron en tiempo y forma" a la Generalitat para prevenir el desastre y tomar "las decisiones acertadas" que "hubieran salvado muchas vidas".
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Esa "dejación de funciones", reiteran en el PP, incapacita a Ribera para asumir una de las carteras más importantes de la nueva Comisión Europea como mano derecha de Von der Leyen. Pero esa ofensiva quedó sin efectos en la tarde del miércoles y, finalmente, Feijóo se quedará solo en su 'operación derribo'. Desde Génova defienden en todo caso que el acuerdo "no se ha producido porque Weber haya cambiado de opinión", sino porque el PSOE "ha cambiado de postura" al aceptar a los candidatos del partido de Meloni y Orban, lo que "se lleva por delante la última barrera ideológica de Pedro Sánchez".
"Se ha cargado sus propias líneas rojas antifascistas" con tal de "conseguir que Ribera sea comisaria", inciden en la dirección de Génova, que ve una "clara ventaja discursiva" para diluir uno de los argumentos habituales de Sánchez para atacar a Feijóo: los pactos con la extrema derecha. Hace unos meses, el Gobierno negaba toda opción de llegar a un acuerdo de legislatura con los ultraconservadores europeos, y lo exhibían como una "línea roja". Ahora "pasan por el aro" y disipan ese cordón sanitario para mantener la silla de Ribera.
En la cúpula popular hacen balance de la última y frenética semana, e intentan que el relato camine a su favor. Inciden en que, como mínimo, Feijóo ha logrado que Ribera arranque su mandato "manchada" por la gestión de la DANA, y sacan pecho de haber conseguido "internacionalizar" el asunto para apartar el foco de Carlos Mazón. Feijóo exprimirá, además, una nueva baza argumental frente a Sánchez tras su pacto con lo que califican como "internacional ultraderechista".
Los populares se felicitan, además, por haber conseguido llevar a Ribera al Congreso para dar explicaciones, al ser una de las condiciones que puso el alemán Manfred Weber para desbloquear el acuerdo. E inciden en que el dictamen de la evaluación final de Teresa Ribera pide un "compromiso claro e inequívoco" de dimitir en caso de que se presenten contra ella "cargos o diligencias judiciales" por los "trágicos sucesos de la DANA", con lo que se convierten en "el informe más duro de todos los emitidos" este miércoles.
La presión de Alberto Núñez Feijóo y los guiños de su compañero y "amigo" Manfred Weber no fueron suficientes para culminar la ofensiva emprendida por Génova para intentar derribar el nombramiento de Teresa Ribera como nueva vicepresidenta del ejecutivo comunitario. La estrategia del Partido Popular sirvió para retrasar el pacto y para forzar la comparecencia de la ministra en sede parlamentaria, sin que sus palabras pudiesen cambiar el sino de la nueva Comisión Europea. De hecho, los primeros visos de acuerdo por parte del PPE llegaron antes incluso de que Ribera hubiese terminado su intervención en la tribuna del Congreso de los Diputados.