Las acusaciones temen una libertad exprés de Aldama y que solo hable de Ábalos y Koldo
Sospechan que el fiscal se abrirá a que salga de prisión si el cabecilla del caso cumple las expectativas del Ministerio Público y desvela detalles sobre la trama de venta de mascarillas
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Las acusaciones personadas en el caso Koldo mantienen una sensación agridulce respecto a la declaración voluntaria del cabecilla de la trama, Víctor de Aldama, este jueves. Según apuntan distintas fuentes jurídicas, por un lado, no niegan el interés que mantienen sobre cualquier detalle que pueda aportar y la expectación que levanta la comparecencia. Por otro, esperan que tras el gesto venga el momento de pagar la cuenta y ya temen que la Fiscalía apoye una futura puesta en libertad del empresario en un plazo razonable tras el interrogatorio.
La comparecencia se planeó en apenas unas horas y dejó fuera de la sala donde se celebra a los abogados que llevan la acción popular. Fue este lunes cuando el representante de Aldama, José Antonio Choclán, presentó un escrito en el que solicitaba que se le citara de forma inmediata. El mismo día, el juez Ismael Moreno ordenó que fuera trasladado desde la cárcel de Soto del Real, donde cumple prisión preventiva, hasta la Audiencia Nacional 72 horas después de la solicitud para escucharle. El cambio de actitud de uno de los principales protagonistas de la causa bautizada con el nombre del asesor de confianza del exministro José Luis Ábalos, solo tiene una motivación: escapar del encarcelamiento.
Las acusaciones sospechan que tras la petición se esconda un pacto con el Ministerio Público. Apuntan que si Aldama aporta datos que la Fiscalía considere suficientes, tras el interrogatorio vendrá un nuevo recurso contra el encarcelamiento que, previsiblemente, el fiscal verá con mejores ojos que el anterior, al que se ha dado carpetazo. El empresario fue enviado a la cárcel por el juez Santiago Pedraz, que instruye un procedimiento paralelo que también le afecta sobre un fraude masivo de hidrocarburos. Aunque los jueces de ambos casos son distintos, el fiscal es el mismo.
Además, tras el impacto inicial que provocó una declaración muy esperada, las previsiones han bajado. Las partes esperan que Aldama hable, pero que provoque con sus revelaciones una detonación controlada que afecte, principalmente, a Ábalos y a su hombre de confianza, Koldo García. Descartan que ahonde en otras cuestiones que han ido apareciendo en la instrucción y que resultan delicadas para el Ejecutivo de Pedro Sánchez como son el rescate de Air Europa o el caso Delcy.
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Ni siquiera para apuntar a Ábalos lo tendrá fácil. Su abogado, José Aníbal Álvarez, tratará de vetar que ahonde en el papel del exministro y argumentará que la Audiencia Nacional ya no es competente para investigarle después de que el Tribunal Supremo aceptara la exposición razonada que remitió el juez Moreno y abriera causa. A pesar de la división, es complicado separar polvo y paja e impedir que el imputado se extienda sobre sus contactos con el principal responsable del departamento que le dio entrada al negocio de venta de mascarillas que se encuentra en los inicios del caso.
Disgusto con el formato
Hay otro motivo de inquietud para las asociaciones y partidos personados como acusaciones populares. El mismo formato en el que se ha planteado el interrogatorio les parece poco habitual y una concesión excesiva al acusado. Los abogados de Vox, el PP, Manos Limpias, HazteOír, Iustitia, Liberum y las defensas del resto de acusados no estarán físicamente presentes frente a Aldama, sino en una sala contigua donde seguirán el interrogatorio a través de una pantalla.
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La extrañeza ante este "privilegio" fue incrementándose en las horas previas a la cita hasta el punto de que se reflejó en un recurso de reforma planteado contra la providencia en la que se concretaba, presentado por Iustitia. Consideran que este "alejamiento" forzado vulnera el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva y al principio de igualdad. Para las acusaciones, la separación física que implica relegarles a una sala distinta de aquella donde se practican las diligencias, "crea una clara desigualdad entre las partes procesales, afectando la paridad que debe regir el proceso penal".
También apuntan que una vez que el investigado presta declaración en la Audiencia Nacional de manera física, y no desde el centro penitenciario, todas las partes tienen que tener derecho a dicho principio en igualdad de condiciones. "La providencia recurrida no ofrece motivación alguna que explique por qué las acusaciones y defensas no pueden estar presentes en la sala de vistas", concluyen.
Las acusaciones personadas en el caso Koldo mantienen una sensación agridulce respecto a la declaración voluntaria del cabecilla de la trama, Víctor de Aldama, este jueves. Según apuntan distintas fuentes jurídicas, por un lado, no niegan el interés que mantienen sobre cualquier detalle que pueda aportar y la expectación que levanta la comparecencia. Por otro, esperan que tras el gesto venga el momento de pagar la cuenta y ya temen que la Fiscalía apoye una futura puesta en libertad del empresario en un plazo razonable tras el interrogatorio.