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El despiste de la derecha tradicional: para qué han elegido a Santiago Abascal en Europa
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El despiste de la derecha tradicional: para qué han elegido a Santiago Abascal en Europa

El nombramiento del español como líder de Patriotas por Europa es un paso adelante en el intento de reconfiguración del mapa ideológico europeo. La llegada de Donald Trump al poder cambiará muchas cosas

Foto: Santiago Abascal. (EFE/Fernando Villar)
Santiago Abascal. (EFE/Fernando Villar)
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Ha circulado la tesis de que el nombramiento de Marco Rubio revitaliza la conexión del Partido Popular con los republicanos. Aznar tiene buenas relaciones con Rubio, lo que abriría las puertas a que el ala derecha del partido español, encarnada por Díaz Ayuso, consiguiera una vía directa con Washington. Un hecho que cambiaría el equilibrio de poder actual en el PP.

Sin embargo, Aznar es una figura desgastada entre los republicanos. Declaró que, si pudiera, votaría por Harris, y aunque le deseó lo mejor a Trump públicamente, también introdujo dudas sobre su legitimidad para ser presidente al recordar que había instigado el asalto al Congreso. Son declaraciones que escuecen en el ámbito trumpista. En realidad, Aznar está en un entorno ideológico diferente al de Rubio, cuyo ideario actual está muy lejos de la ortodoxia neoliberal defendida por el popular, pero también de la posición en la que hoy se sitúa el partido republicano.

Hay parte de la derecha europea, pero también de la socialdemocracia, que continúa anclada en un marco que está saltando por los aires, y que, por tanto, no puede intuir los cambios que la llegada de Trump al poder va a suponer para la Unión Europea.

En 2024, Trump se ha hecho con su partido y las formaciones europeas con las que tiene relación son mucho más poderosas

Cuando Trump llegó a la Casa Blanca en 2016, tenía a buena parte del establishment republicano en contra, pero también a las derechas europeas. Las formaciones que le eran afines en el Europarlamento tenían un peso muy relativo. En 2024, Trump se ha hecho con su partido, y las formaciones continentales con las que tiene relación son mucho más poderosas. Las derechas populistas y las extremas conformarían hoy, de reunirse en un mismo espacio, el segundo grupo en la Eurocámara. Ese hecho supone que, en estos instantes, los populares europeos pueden apoyarse para impulsar sus iniciativas tanto en el bloque que tradicionalmente ha conformado el núcleo de la UE, el que unía al PPE con socialistas, pero también con el de los grupos a su derecha. Esa alianza, que hasta hace poco tiempo era impensable, ya se ha hecho efectiva en varias ocasiones. La mayoría venezolana ha empezado a hacerse valer.

Por qué ha sido elegido Abascal

Las derechas soberanistas europeas están divididas en tres grupos. Los Patriotas, que es el dominante, donde están los húngaros, los franceses y Vox, entre otros, ECR, cuya fuerza principal la aportan Fratelli d’Italia y el PiS polaco, y ESN (Europa de las Naciones Soberanas), en el que está Alternativa para Alemania. Esa fragmentación impide que actúen de forma coordinada en muchos asuntos, y los intereses nacionales, muy diversos a consecuencia de la geografía, ayudan a esa dispersión. La ausencia de un grupo común no obsta, sin embargo, para que compartan intereses en áreas diversas.

Sin embargo, la elección de Abascal como líder de Patriotas por Europa es una señal evidente de que las intenciones de esas derechas van mucho más allá de las alianzas puntuales para asuntos concretos. El gran valor de Abascal en su ámbito es su capacidad negociadora, la confianza que ha generado entre los distintos líderes europeos, lo que le convierte en un mediador idóneo a la hora de establecer nuevos consensos internos. Vox ejerció un papel principal a la hora de atraer a Marine Le Pen a la órbita de Orbán, y en Patriotas esperan que continúe ejerciendo esa función en un ámbito más amplio.

Los republicanos tienen interés en construir en la UE un bloque sólido afín, y es en ese terreno donde Abascal puede jugar un papel relevante

El propósito último de Patriotas es reunir a las derechas europeas en un gran grupo que conforme el segundo en la Eurocámara y, con esa fuerza, cambiar el equilibrio de poder en Europa. Esa fue la intención desde el inicio, pero existían dificultades sustanciales para reunir a italianos y polacos con húngaros y franceses. Y continúan bien vivas, pero hay un factor muy relevante que modifica el telón de fondo, la elección de Donald Trump. Un ejemplo claro es la guerra de Ucrania: mientras Orbán aboga por un próximo acuerdo de paz, Polonia e Italia se han alineado con el establishment europeo que no está dispuesto a ceder en Ucrania. Esas posiciones pueden modificarse, especialmente en Italia, si EEUU, como anunció Trump antes de ser elegido, promueve una solución negociada al conflicto.

El interés de los republicanos estadounidenses en construir en el seno de la Unión Europea un bloque sólido afín está presente, y es en ese terreno donde Abascal puede jugar un papel relevante. Hay que recordar que mantiene una buena relación con Meloni, pero también con la derecha polaca.

Las diferencias políticas en el PPE

Mientras Patriotas avanza, el PPE vive momentos de tensión, en parte por luchas de poder entre Manfred Weber y Von der Leyen, como se ha constatado con la elección de Teresa Ribera como Comisaria, pero también por cuestiones ideológicas. El Parlamento Europeo debe ratificar al Ejecutivo nombrado por Von der Leyen en el Pleno que tendrá lugar del 25 al 28 de noviembre. Fuentes de Bruselas afirman que esa ratificación tendrá lugar, a pesar del revuelo de estos días, ya que de otro modo se dinamitaría mucho más que la elección de unos cargos concretos.

Pero, de fondo, están las diferencias ideológicas sobre cómo encarar el momento europeo, que existen por intereses nacionales, pero también por visiones diferentes sobre el camino que debe seguir la Unión. En esa brecha espera ahondar Patriotas, de modo que pueda atraer a los populares a su órbita en un conjunto de temas. Buena parte del PPE podría coincidir con el resto de derechas, en el freno a la reconversión verde, en las políticas inmigratorias o en la necesidad de reducir los déficits, entre otros asuntos. La división en el seno del PPE es una oportunidad añadida para que ese giro en el equilibrio de poder en Europa se produzca. La llegada de Trump a la Casa Blanca se dejará notar en el viejo continente.

Ha circulado la tesis de que el nombramiento de Marco Rubio revitaliza la conexión del Partido Popular con los republicanos. Aznar tiene buenas relaciones con Rubio, lo que abriría las puertas a que el ala derecha del partido español, encarnada por Díaz Ayuso, consiguiera una vía directa con Washington. Un hecho que cambiaría el equilibrio de poder actual en el PP.

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