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El mapa que explica cómo la DANA ha roto los límites de las zonas inundables
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Una vez cada 2.000 años

El mapa que explica cómo la DANA ha roto los límites de las zonas inundables

Los expertos reflexionan sobre la necesidad de repensar los periodos de retorno de las zonas inundables: "Habrá que cartografiar más allá de 500 años"

Foto: Un voluntario junto a una pila de vehículos destrozados en Paiporta, este martes (EFE/Zapata)
Un voluntario junto a una pila de vehículos destrozados en Paiporta, este martes (EFE/Zapata)
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Barrios enteros de Picanya, Paiporta, La Torre, Sedaví, Alfafar y otros tantos arrasados por el paso de la DANA del pasado 29 de octubre no figuraban en los mapas de zonas inundables para tiempos de retorno de 500 años o inferiores. Esta medida habla de la posibilidad de que un evento ocurra en ese periodo de tiempo. Que el lodo y el agua alcanzasen más zonas de las previstas no quiere decir que no fuese predecible una anegación así: habla más bien de la excepcionalidad de lo sucedido hace unas semanas.

“Con el caudal último observado en la Rambla de Poyo, ya estamos en 2.000 años de periodo de retorno”, explica Félix Francés, catedrático en Ingeniería Hidráulica de la Universitat Politècnica de València (UPV). Es normal, por tanto, que la superficie inundada sea muy superior a la estimada para los escenarios más extremos. “Ha sido un evento muy extraordinario”, puntualiza. A la vista de los datos, hablar de ‘la DANA del siglo’ se queda corto.

La combinación de los estudios hidrológicos e hidráulicos y los geomorfológicos —que tienen en cuenta el relieve del terreno— permiten dibujar áreas en función de la probabilidad de inundación. Será alta, ocasional o excepcional en periodos de retorno de 10, 100 o 500 años. Este último se toma como escenario más conservador o, dicho de otra forma, menos habitual.

Un ejemplo: en las zonas inundables, los sistemas de drenaje y de protección de infraestructuras estratégicas —que incluyen carreteras con un tráfico medio diario de 2.000 vehículos al día, líneas de ferrocarril o gasoductos— deben estar diseñados para tiempos de retorno de 500 años. Siempre que sea posible tanto técnica como económicamente.

Los meteorólogos no atribuyen una relación directa entre las lluvias torrenciales de finales de octubre y el cambio climático. Al menos, con los datos disponibles. Pero sí que advierten señales de que el calentamiento global está provocando que este tipo de fenómenos sean cada vez más frecuentes y más intensos, con tormentas dopadas por el aumento de las temperaturas en lugares como el Mediterráneo. Es decir, lo que sí que el calentamiento del planeta conlleva es a una disminución del periodo de retorno de eventos extremos, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

Consciente de sus efectos, por aplicación de la Directiva Marco de Inundaciones del año 200, hay que tener en cuenta el cambio climático, algo que se hace de manera simplificada en España, explica Félix Francés: “Estamos varios grupos de investigación en el mundo intentando establecer una metodología con mayor rigor, pero no son operativas a nivel de ingeniería por ahora”.

Los escenarios ocurridos son predecibles, aunque improbables. “No nos tenemos que quedar con el nivel de peligrosidad que usamos para protección. Hay que ir un poco más allá para determinar qué pasa si las infraestructuras se ven sobrepasadas. [...] Habrá que cartografiar más allá de 500 [años de periodo de retorno],” reflexiona el catedrático de la Politècnica de Valencia, que cuenta cómo un profesor asociado, empleado en una de las ingenierías encargadas de reconstruir algunos de los puentes destruidos por las crecidas, está valorando elevar los nuevos viaductos algo por encima de esos rangos mínimos que establece la normativa, además de mejorar el diseño del desagüe y la protección de sus estribos, las partes que soportan la carga del tablero por donde transcurre el tráfico.

Disparidad en la prevención

Una vez desbordadas las previsiones o, al menos, las más probables, queda enfrentarse a la emergencia. España, a diferencia de otros países como Japón, México o Estados Unidos, expuestos a fenómenos recurrentes como huracanes o terremotos, no cuenta con una sensibilización ante catástrofes naturales. Esto, unido a la falta de prevención o a avisos a la población demasiado tardíos, puede resultar fatal. La revisión de las guías de actuación de las comunidades autónomas devuelve un resultado, cuando menos, contradictorio.

“Retira los vehículos de las zonas que puedan inundarse.” Es la segunda recomendación de la Generalitat Valenciana para cuando se inicia una emergencia por fuertes lluvias. “Es grave, no tiene sentido”, opina Nieves Sánchez, presidenta del Colegio de Geólogos y exdirectora de la Escuela Nacional de Protección Civil. El pasado 29 de octubre los garajes se convirtieron en una trampa mortal. Decenas de personas perdieron la vida cuando trataron de salvar sus coches o fueron arrastrados al interior de los sótanos por la fuerza del agua.

Foto: Uno de los puentes dañados en Ribarroja del Turia. (EFE/Kai Forsteling)

No todas las administraciones utilizan un lenguaje claro para explicar a la población lo que debe hacer en caso de emergencia. Muchas mezclan los consejos de prevención y de actuación. Cataluña le añade un condicional que solo aplica a viviendas unifamiliares —“Si entra agua en casa, no bajes a las zonas inundables (sótano, garaje, etc.). La Comunidad de Madrid recomienda sacar los coches de los garajes en caso de fuertes lluvias y, a la vez, abandonar los lugares bajos de la vivienda. Solo en uno de los vídeos, un oficial del cuerpo de bomberos de la Comunidad, aclara: “El agua [...] va a tender a ocupar los sitios más bajos, de tal manera que, todo lo que tengas en sitios bajos, entre ellos, coches, sacarlos a lugar seguro [...]. Todo esto antes de; durante, ni se me ocurre.”

“Ya estamos en 2.000 años de periodo de retorno"

“Cuando viene una riada, que hay un riesgo en tu casa, en tu calle, lo que tienes que hacer es salvar tu vida subiendo al piso de arriba y ni se te ocurra pensar en el coche”, sentencia la experta. La indicación correcta y más breve es dirigirse a un lugar lo más elevado posible.

En cambio, otras comunidades autónomas son más tajantes y claras: ”No baje a los subterráneos y no permanezca en sitios bajos”, indica Castilla y León. Galicia, además, informa de lo que se debe contar en un kit de seguridad, así como un listado de emisoras de radio en caso de necesidad.

Barrios enteros de Picanya, Paiporta, La Torre, Sedaví, Alfafar y otros tantos arrasados por el paso de la DANA del pasado 29 de octubre no figuraban en los mapas de zonas inundables para tiempos de retorno de 500 años o inferiores. Esta medida habla de la posibilidad de que un evento ocurra en ese periodo de tiempo. Que el lodo y el agua alcanzasen más zonas de las previstas no quiere decir que no fuese predecible una anegación así: habla más bien de la excepcionalidad de lo sucedido hace unas semanas.

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