El Gobierno reclama no usar la tragedia en la batalla política y elude hacer sangre con Mazón
El Ejecutivo sabe que los afectados reparten culpas entre la Generalitat y el Gobierno, como se comprobó con la visita del Rey, y que esta desafección es el mayor caldo de cultivo para formaciones extremistas
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"No es el tiempo de culparnos, sino de ayudarnos”. El Gobierno se agarra a esta máxima para gestionar políticamente la catástrofe en la provincia de Valencia, que se ha llevado por delante más de 200 vidas y cuantiosos daños materiales. Conscientes de la ola de indignación entre la población por la tardanza del Ejército en acudir a la emergencia, el Ejecutivo quiere sacar este asunto de la batalla y que la tragedia, dijo esta mañana el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, "no se convierta en un instrumento de uso partidario".
El Ejecutivo sabe que los afectados reparten culpas entre la Generalitat y el Gobierno, como se comprobó con la visita del Rey, y que esta desafección es el mayor caldo de cultivo para las formaciones extremistas. Por eso la Moncloa ha centrado su discurso en las ayudas y en la reconstrucción. Al menos por el momento.
Por el contrario, todo el foco sobre la gestión del día de la DANA está situado mayoritariamente en el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y en el retraso en enviar la alerta a los ciudadanos, que llegó pasadas las ocho de la tarde, cuando los municipios más afectados estaban ya inundados y muchas vidas en peligro. Sobre todo tras conocerse que llegó más de dos horas tarde al Cecopi (el comité de Emergencias) y que lo hizo porque estaba de comida con una periodista, dos circunstancias que la Generalitat ocultó durante días.
Pero Torres no citó a Mazón y se limitó a hacer un relato de las alertas de la AEMET y de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y de lo que sucedió el día de la tragedia. El ministro sostuvo que "ya habrá tiempo para la asunción de responsabilidades" y señaló que la ciudadanía exige, "casi clama", un "trabajo conjunto".
Aunque en su repaso, el Ejecutivo sí deja algunos datos que apuntan a errores de la Generalitat. "A las 20.36horas", citó, "cuando se recibe la petición de activación de la UME para toda la provincia, ya se habían producido importantes lluvias e inundaciones, y la situación era objetivamente dramática". Por contra, la Generalitat se escuda en que la CHJ no informó de la gravedad de la situación hasta las 18.45 horas, a través de un correo, cuya recepción hizo a Mazón acudir al Cecopi. La Confederación niega esta versión y asegura que su presidente, que estaba de manera telemática en la reunión, comunicó la crecida del caudal en el barranco del Poyo que se produjo a partir de las 17.00 horas (también por la mañana) y el peligro de rotura de la presa de Forata.
El PP acusa al Gobierno de "cálculo político"
El PP, por su parte, no ha seguido la política de no agresión que decretó en primera instancia Alberto Núñez Feijóo, y que él mismo se ha saltado para cargar toda la responsabilidad sobre el tejado del Gobierno. El diputado del PP, César Sánchez, insistió en culpar a la Confederación Hidrográfica del Júcar y al Ministerio de Transición Ecológica. De hecho, los populares están tratando de vetar el nombramiento de la ministra Teresa Ribera como comisaria en Bruselas.
El Gobierno tampoco entró en este tema y Torres no se salió apenas del guión institucional, aunque realizó una encendida defensa de lo público. "Cuando lo pierdes todo, solo te queda el Estado". "Todos somos Estado. Desde la alcaldesa de una pedanía hasta su majestad el Rey, pasando por diputaciones, cabildo, consells, ciudades, comunidades autónomas y el Gobierno de España".
"Hay errores políticos, hay errores humanos, y luego hay cálculo político para convertir la tragedia en una oportunidad", lanzaba el diputado valenciano del PP, que acusaba al Gobierno de utilizar como "cortafuegos" a Ángel Víctor Torres para esconder a Sánchez y Ribera en la rendición de cuentas. César Sánchez cuestionó, de nuevo, que el Ejecutivo no declarase la emergencia nacional el mismo 29 de octubre, una tesis que se ha convertido en el mantra de Génova, a pesar de que Carlos Mazón tampoco solicitó al Gobierno que asumiera el mando único. "No ha fallado la política, ha fallado el Estado, ha fallado el Gobierno de Sánchez", remachaba, aparcando la autocrítica por la gestión de la Generalitat.
El Ejecutivo se pertrechó en datos para defender su implicación en la catástrofe y recordó que el propio Mazón agradeció el apoyo que el presidente le brindó desde el principio. Torres esquivó el debate sobre si el Ejecutivo debió asumir el mando, como ha pedido el propio Alberto Núñez Feijóo, y subrayó que se ha desplegado el mayor operativo "en tiempos de paz". Y remarcó también, en referencia a Vox, que "negar el cambio climático es negar evidencias científicas incontestables".
En su turno, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, censuró que ni el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ni el líder de la oposición, estén en el debate. La portavoz de Compromís, Águeda Micó, sí cargó duramente contra el presidente de la Generalitat y, por extensión, contra Feijóo, al que pidió la "destitución" inmediata del dirigente valenciano. Génova ha aparcado el debate del proceso sucesorio de Mazón, aunque en el partido persiste el malestar y el ruido que piden forzar su salida en unos meses. "Ustedes solo sostienen a un mentiroso y a un negligente para no darle un triunfo a la izquierda".
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