Génova asume el "daño" de sostener a Mazón y enfría su salida pese a la presión interna
La dirección del PP no dejará caer por ahora al líder valenciano, pero enseña la puerta de salida a dos de sus conselleras. En el partido ven imposible que pueda recuperarse de la crisis: "La gente no perdona la mentira"
El enorme desgaste político que arrastra Carlos Mazón por su gestión de la tragedia de la DANA y la concatenación de "errores" y "contradicciones" en la estrategia comunicativa de la Generalitat ha colocado a Alberto Núñez Feijóo en una compleja tesitura. El partido se ha convertido en un hervidero y son muchas las voces críticas a todos los niveles de la organización que piden al president un paso al lado. Le ven "quemado" y con opciones nulas de reconstruir su liderazgo. Pero Mazón se niega a dimitir, lo que coloca toda la presión sobre el tejado de Génova. Y, al menos por ahora, en la dirección nacional del PP se niegan a forzar su dimisión. La artillería, insisten, debe dirigirse hacia la Moncloa.
Dirigentes de la cúpula nacional del PP admiten que el deterioro de la imagen de Mazón y su defensa, más o menos entusiasta, puede provocar un "daño" reputacional a las siglas al que Feijóo tendrá que hacer frente. El Gobierno no se ha sumado aún a las voces que piden la dimisión del presidente de la Generalitat, pero asumen en Génova que, con el paso del tiempo, se convertirá en un arma recurrente para intentar erosionar al líder del PP. En la dirección, no obstante, han calibrado que dejar caer a Mazón, al menos de forma inmediata, provocaría un "desastre" aún mayor para sus intereses.
Génova cuenta con varios motivos de peso. El primero es el enrocamiento de Carlos Mazón y su negativa a dar un paso al lado. Así se lo transmitió el propio líder valenciano a Feijóo durante una reunión telemática en la que estaban convocados los presidentes autonómicos el pasado viernes. En aquella cita, y según los presentes, el 'jefe' de los populares evitó trasladar un apoyo explícito a Mazón y a su continuidad. Pero en los equipos de ambos líderes afirman que han mantenido un contacto "permanente" a lo largo de todo el fin de semana.
"Feijóo tiene muy complicado moverle la silla si él no quiere salir", esgrimen voces del comité de dirección popular, donde ven impensable abrir un conflicto orgánico mientras continúan las labores de rescate y reconstrucción tras la DANA. No hay que perder de vista que la relación entre Feijóo y Mazón "nunca ha sido fácil", según trasladan fuentes bien posicionadas. En Génova siempre se ha guardado cierto rencor a que el presidente valenciano precipitase su pacto de coalición con Vox en plena precampaña de las elecciones generales, lo que para muchos cegó las opciones de Feijóo de llegar a la Moncloa. "En muchos momentos ha sido desleal", apuntan.
Según analizan en el PP, forzar la salida de Mazón en el corto plazo implicaría también desmontar su propio relato de oposición a Sánchez, al que Génova sitúa como "responsable directo" de la inoperancia en las horas posteriores a las inundaciones. "Objetivamente, la Comunidad Valenciana podría haberlo hecho mejor, pero el Gobierno de España también", insisten en la dirección, donde deslizan que promover la salida de su presidente autonómico conlleva "asumir toda la culpa" de las negligencias que se cometieron especialmente en las horas críticas. "¿Debe dimitir Mazón? Posiblemente sí, pero con un par de ministros a la vez", apunta un presidente autonómico.
El tercer motivo es la "incógnita" del apoyo de Vox a un posible relevo en la Generalitat, un debate que el PP valenciano ya ha abierto en canal por la convicción de que Mazón "no puede tardar" en marcharse. Tras la ruptura con los de Santiago Abascal, el PP perdió su mayoría absoluta en Les Corts, y en las filas de los populares están convencidos de que en este contexto al partido ultraconservador "lo que mejor le viene son unas elecciones", por lo que dudan de la posibilidad de que Vox apoyase, por ejemplo, la elección de María José Catalá.
El conjunto de estos factores ha llevado a Génova a volver a exhibir un respaldo cada vez más cerrado al presidente de la Generalitat y a enfriar, por el momento, el runrún de su salida pese a la ingente presión política y mediática. La estrategia "dubitativa" del líder del PP ha despistado a más de un dirigente en el partido. En primera instancia, y sólo 48 horas después de la catástrofe, Feijóo exhibió un férreo cierre de filas con su presidente autonómico mientras cargaba todas las culpas al Gobierno. El respaldo fue perdiendo fuerza con el paso de los días, hasta el punto de desautorizarle con la petición de declarar la emergencia nacional y despojar a su presidente del mando en la crisis.
Génova fue corrigiendo esa sensación de 'vacío' a Carlos Mazón. A lo largo de la semana pasada, algunos de sus portavoces dejaron entrever un tímido apoyo, pero marcando las distancias y redirigiendo el foco hacia la responsabilidad del Ejecutivo. Cuca Gamarra o Miguel Tellado insistían en que el presidente valenciano se había "volcado con todo lo que tenía", pero sin defender de forma expresa su gestión en las horas críticas del 29 de octubre y la tardanza en el envío de las alertas móviles, que no llegó a los teléfonos hasta las 20:12h, cuando la situación ya era crítica.
Como el resto de los valencianos, el presidente de la Generalitat amaneció ese martes con una alerta roja de la AEMET en la provincia. Aún así, por la mañana mantuvo una reunión de trabajo con los sindicatos y la patronal. El Confidencial desveló en exclusiva que Mazón llegó dos horas tarde a la reunión de crisis, que arrancó a las cinco de la tarde. Poco a poco se fue resolviendo el puzzle. El pasado viernes, un día antes de la multitudinaria manifestación organizada en Valencia, trascendió que Mazón estuvo comiendo hasta las 18h de la tarde con una periodista, pese a que la primera versión que ofreció la Generalitat es que a las 17h se encontraba en su despacho pendiente de la emergencia.
"¿Debe dimitir Mazón? Posiblemente sí, pero con un par de ministros a la vez"
La noticia desató una oleada de malestar en las filas del PP. El sentir generalizado es que la forma de "encarar" la crisis ha anulado la "credibilidad" del político valenciano y sus opciones de redención, mientras se abre paso el temor a que ese desgaste alcance al propio Feijóo. "La gente te puede perdonar muchas cosas, pero no la mentira", opina otro cargo con peso en el partido. "Cuando tienes un problemón de estas características, tan difícil de gestionar y para lo que nadie está preparado, lo que no se puede hacer es dar tres o cuatro versiones de lo que sucedió. La sensación de falta de solvencia es tremenda", reitera. "Tenía que haberlo contado desde el primer momento", añaden otras fuentes.
En Génova, sin embargo, intentaban defender la actitud de su presidente y compensar el reparto de culpas por la incomparecencia del Gobierno a lo largo de toda la crisis, los errores de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), dependiente del Ministerio de Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera y la negativa de Sánchez a declarar la emergencia nacional para tomar el control de la situación. El sábado, Miguel Tellado censuró el intento de "tergiversación" por parte del PSOE y puso el foco en que, a diferencia de Ribera, Mazón sí dará "explicaciones" ante Les Corts el próximo jueves. El domingo, el respaldo fue más claro. "El Partido Popular está con los valencianos y con su presidente, Carlos Mazón", apuntó Juan Bravo.
Depurar responsabilidades en el Consell
La estrategia a corto plazo de Génova es sostener a Carlos Mazón, tratar de aminorar la presión y apuntar los cañones hacia el Gobierno. Pero en lo que sí hay consenso, tanto entre dirigentes de la cúpula nacional como entre otros cargos de distinto nivel, es que el presidente de la Generalitat debe, como mínimo, activar una crisis de Gobierno en el Consell. "Es la única forma de intentar limpiar su imagen", apuntan.
Los populares señalan a las dos conselleras que han estado en el ojo del huracán durante toda la crisis. El nombre que está en todas las conversaciones es el de Salomé Pradas, consellera de Justicia y máxima responsable de Emergencias de la Generalitat. Pero en el partido se señala también como "vergonzosa" la actitud de Nuria Montes, responsable de Industria, Comercio y Turismo en el Consell de Mazón. "No pueden seguir en el cargo", corroboran distintos dirigentes.
Las mismas fuentes apuntan, no obstante, a que Mazón debe "medir bien los tiempos" antes de intentar blindarse con esta operación y esperar, como mínimo, a después de Navidad para que no se entienda como un intento de "salvarse" en plena fase de reconstrucción. "Debería hacer una remodelación en profundidad", comenta un diputado valenciano, con la esperanza de que sirva de cortafuegos. "A partir de ahí, habrá que ver si sirve para algo, si ha recuperado parte del crédito perdido y si hay que tomar otras decisiones".
El enorme desgaste político que arrastra Carlos Mazón por su gestión de la tragedia de la DANA y la concatenación de "errores" y "contradicciones" en la estrategia comunicativa de la Generalitat ha colocado a Alberto Núñez Feijóo en una compleja tesitura. El partido se ha convertido en un hervidero y son muchas las voces críticas a todos los niveles de la organización que piden al president un paso al lado. Le ven "quemado" y con opciones nulas de reconstruir su liderazgo. Pero Mazón se niega a dimitir, lo que coloca toda la presión sobre el tejado de Génova. Y, al menos por ahora, en la dirección nacional del PP se niegan a forzar su dimisión. La artillería, insisten, debe dirigirse hacia la Moncloa.