El actual jefe de la Casa del Rey frenó el intento de Koldo de que Delcy entrara en España
El asesor del exministro Ábalos habló con Exteriores poco antes de que el avión llegara y se le informó de que existían sanciones que impedían su acceso en territorio Schengen
La tarde del 19 de enero de 2020, con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en pleno vuelo a Madrid, Koldo García, el asesor del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, multiplicó las gestiones en el seno del Gobierno para garantizar su visita a España. Contactó por mensajes con el exjefe de gabinete de Fernando Grande Marlaska, Rafael Pérez, para reclamar un operativo de seguridad pero durante esas horas, según ha podido saber este periódico, también llamó a Camilo Villarino, entonces jefe de gabinete de la ministra de Exteriores.
Villarino, que ya había ocupado este puesto con Alfonso Dastis y con Josep Borrell, permaneció en el cargo con Arantxa González Laya. En estos momentos es el jefe de la Casa del Rey. Distintas fuentes confirman que, al igual que hizo con el Ministerio del Interior, Koldo trató de que Exteriores avalara la entrada en España de la número dos de Nicolás Maduro.
El superasesor de Ábalos utilizaba su cercanía al ministro para tener acceso a todos los cargos del Gobierno. Y se comunicó con Villarino para implicar al servicio diplomático en su llegada a Madrid. Pero en Exteriores nadie tenía información sobre ese viaje. La comunicación entre embajadas, que es el cauce habitual, no se había producido y la ministra tampoco sabía nada.
La posibilidad de que en apenas unas horas Delcy Rodríguez aterrizara en Barajas provocó mucha confusión en el Ministerio. El equipo de González Laya, que era prácticamente el de Borrell porque había prometido su cargo unos días antes, enseguida corroboró que la vicepresidenta formaba parte desde 2018 de una lista de sancionados por la UE por "violaciones de derechos humanos" en Venezuela, que le impide acceder al espacio Schengen. Y el exjefe de gabinete le transmitió a Koldo que en ningún caso podía entrar en España. Este diario ha contactado con la Zarzuela, que ha omitido realizar cualquier pronunciamiento.
El vuelo privado procedente de Caracas en el que iba la número dos de Maduro y donde también viajaba el ministro de Turismo, Félix Plasencia, aterrizó en el aeropuerto madrileño a las 0.12 horas del lunes 20. A lo largo del domingo, Koldo García hizo todo lo posible para intentar colar a la vicepresidenta venezolana en nuestro país, dando por hecho que todo estaba previamente autorizado.
Según figura en el sumario del caso, le escribió al jefe de gabinete de Interior, actualmente secretario de Estado de Seguridad, para que facilitara su entrada con el tratamiento de un mandatario extranjero y se le proporcionara un operativo policial. Rafael Pérez le respondió que le enviara todos los datos y Koldo le remitió la foto de un avión con bandera turca y la dirección del domicilio, que iba a ser el alojamiento de Delcy Rodríguez. "Tendrá que entrar por autoridades. Llega sobre las 23. Zona de seguridad, vive la familia March y Florentino Pérez", le escribió el asesor del exministro.
El secretario de Estado explicó recientemente en la comisión de investigación del Senado sobre la trama de mordidas que implica a José Luis Ábalos y a Koldo García, que atendió a este último con la misma respuesta que da siempre cuando viene alguna personalidad del extranjero en viaje oficial o privado. "Ya he hablado con José Antonio, nuestro director del Gabinete de Coordinación y Estudios para ponerlo en prevención hasta que les llegue la comunicación de Exteriores", aseguró también en esa conversación el entonces jefe de gabinete de Marlaska. El papel de este Ministerio nunca llegó.
La alerta de que Delcy Rodríguez no podía entrar en suelo europeo se encendió en varios departamentos a la vez. El ministro de Interior, en su comparecencia también en la comisión, explicó que "llegó ese conocimiento y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado comprueban todos los elementos a valorar y ven que la vicepresidenta tiene un señalamiento y no puede pisar territorio Schengen. En ese momento, "se traslada que esa persona no puede entrar". Según Fernando Grande-Marlaska fue él mismo quien llamó a Ábalos para hablar de este tema.
En el caso de Exteriores, la ministra era una recién llegada al Gobierno y apenas conocía al resto de integrantes del Ejecutivo. El cortafuegos a Koldo lo puso directamente Villarino, en cuanto, con el resto del equipo del Ministerio y la implicación de la propia González Laya, se hicieron las pertinentes comprobaciones.
El problema es que en este asunto, el Ejecutivo ha sido muy esquivo con la verdad. Cuando la visita se desveló, Ábalos ya estuvo en el centro de la polémica porque fue él quien acudió a Barajas y se entrevistó con la vicepresidenta de Venezuela en el avión. La número dos de Maduro pasó la noche en la zona de tránsito internacional de la terminal y al día siguiente se marchó destino Dubai en un vuelo de Qatar Airlines.
Pero sobre la participación del ministro en esta crisis se ofrecieron varias versiones. Desde negar los hechos, hasta asegurar que solo fue un saludo o que el exministro acudió porque conocía a Plasencia. Al final el asunto se vendió como un servicio de Ábalos al Estado que evitó una crisis diplomática.
Esa coartada cayó con el estallido del caso Koldo, ya caso Ábalos, y la confirmación de que el empresario Víctor de Aldama también estuvo esa noche en el aeropuerto. Aldama, era el comisionista de la trama del Ministerio de Transportes en el contrato de las mascarillas. El exministro y ex secretario de Organización del PSOE ha acabado imputado por delito de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, de cohecho y de malversación.
Aldama, ahora en prisión por un fraude millonario de los hidrocarburos, tenía comunicación directa con la vicepresidenta de Venezuela y estaba detrás de su viaje a España, en el que tanto interés tenían Koldo García y su jefe. El empresario incluso intercambió con ella un documento titulado 'Viaje VP (Vicepresidenta)', con una planificación de cuatro días para su estancia en España.
Ábalos no era ajeno a nada. En el sumario aparece un mensaje que él mismo envió a Pedro Sánchez días antes del vuelo. "Viene en privado el lunes y quiere verme discretamente, como continuación del encuentro que tuve con el ministro de comunicación (que es su hermano)". "La gestión que acordamos en favor de las empresas españolas ha permitido que Duro Felguera haya cobrado una importante deuda", continuaba. El presidente del Gobierno respondió: "Bien".
Moncloa ha esgrimido sobre esto que Sánchez no estaba al tanto de las sanciones contra la vicepresidenta y que en cuanto se tuvo conocimiento, con el avión ya de camino a Madrid, "se abortó". En los propios mensajes que cruzaron Aldama y Delcy Rodríguez se apunta a una discusión fuerte entre el presidente y el exministro. Pero en toda esa crisis política, el Gobierno protegió a Ábalos e incluso se puso en valor que intercediera ante la número dos de Maduro. Esa ficción ha quedado totalmente desmentida por la instrucción judicial.
La tarde del 19 de enero de 2020, con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en pleno vuelo a Madrid, Koldo García, el asesor del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, multiplicó las gestiones en el seno del Gobierno para garantizar su visita a España. Contactó por mensajes con el exjefe de gabinete de Fernando Grande Marlaska, Rafael Pérez, para reclamar un operativo de seguridad pero durante esas horas, según ha podido saber este periódico, también llamó a Camilo Villarino, entonces jefe de gabinete de la ministra de Exteriores.
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