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Feijóo ataca la maniobra de Sánchez y exige desligar las ayudas a Valencia de los PGE: "Es inmoral"
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CATÁSTROFE HUMANITARIA

Feijóo ataca la maniobra de Sánchez y exige desligar las ayudas a Valencia de los PGE: "Es inmoral"

El PP ceñirá su mano tendida a los decretos que Sánchez envíe al Congreso y pide no incluir en las cuentas futuras inversiones y medidas para la reconstrucción tras la DANA. El Gobierno apela a la "unidad" para salvar los Presupuestos

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante una visita al Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunidad Valenciana. (Europa Press/Jorge Gil)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante una visita al Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunidad Valenciana. (Europa Press/Jorge Gil)
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El desastre humanitario de Valencia y el consiguiente estallido social ha cambiado por completo el marco político de la legislatura y ha saltado, de repente, a la discusión política de los Presupuestos Generales del Estado. La DANA ha abierto un nuevo escenario de oportunidad a un Gobierno hasta ahora enfrascado en la negociación del techo de gasto con el bloque de investidura, y que Sánchez no ha desaprovechado. Porque sólo una semana después de la catástrofe, el presidente del Gobierno maniobró para elevar la presión sobre los grupos parlamentarios y aprobar unas cuentas públicas que el Gobierno asienta ahora en la urgencia económica de la tragedia.

Desde el PP aclaran que la mano tendida de Feijóo sólo abarcará la aprobación de reales decretos de ayuda urgente, como el primer paquete que aprobó este martes el Consejo de Ministros, dotado de 10.600 millones de euros y que será convalidado en el Congreso. Esa partida ya está aprobada y tiene financiación propia. Pero el primer desembolso aprobado por la Moncloa dista del montante que exigió el pasado lunes el presidente de la Generalitat, que cifró en 31.400 millones de euros el volumen de ayudas necesarias para paliar la catástrofe, por lo que el Ejecutivo puede necesitar rehacer las cifras de las nuevas cuentas o cargar otros gastos extra a los Presupuestos. Génova traza una línea y reclama sacar del debate presupuestario todas las futuras inversiones o partidas para la reconstrucción.

Pese a haber anunciado una tregua con el Gobierno, en el PP ya se temían que Sánchez caería en la tentación de vincular la reconstrucción de Valencia con el proyecto de Presupuestos, su tabla de salvación para agotar la legislatura. Pero no pensaban que el "chantaje", como lo califican en Génova, del presidente del Gobierno llegaría tan pronto. Sánchez no trazó una vinculación directa entre los nuevos Presupuestos y la articulación de las ayudas por la DANA, pero sí señaló su importancia para vehiculizar el dinero y lograr "una respuesta eficaz y equitativa". La responsabilidad de aprobar las cuentas, dijo, "se multiplica hasta unos límites colosales".

La comparecencia en Moncloa del jefe del Ejecutivo forzó a Génova a reaccionar. Sólo 24 horas antes, Alberto Núñez Feijóo dio un giro a su discurso y decretó un alto el fuego desde la sede nacional de su partido. El líder del PP se hizo cargo de la situación anímica que vive el país tras la tragedia, de la desafección arraigada y del estallido social contra la inoperancia de una clase política arrastrada por la polarización. Y volvió a tender la mano a Sánchez. Comprometió los votos del PP en el Congreso para facilitar todas las decisiones encaminadas a dar atención a las víctimas y reconstruir la devastación, sin excepciones. "Es el momento de arrimar el hombro", subrayó.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Mariscal)

Sánchez recogió el guante y, en base a la "unidad", pidió el apoyo del PP para desatascar unos Presupuestos "más necesarios que nunca" con los que dar solvencia a las ayudas para la Comunidad Valenciana, pero que también le garantizan un salvoconducto para culminar su mandato. Solicitó un respaldo "mayoritario" con el que no cuenta a día de hoy, y trazó, con ello, un desafío a Feijóo para retratarle sobre el alcance de su voluntad de colaboración con la Generalitat, gobernada por el PP. Y Génova aparcó momentáneamente la tregua para escapar de la envolvente y contraatacar.

A través de un comunicado, el PP dio un 'no' rotundo a ceder al "chantaje" de Sánchez, al que acusan de "utilizar a las víctimas" en su "beneficio político". Y dejó claro que sus 137 diputados no contribuirán a alargar la supervivencia política del presidente del Gobierno, ni aunque éste intente asociar la crisis de la DANA a las cuentas públicas. La posición política sigue siendo la misma que antes: dejar a Sánchez en manos de unos socios volubles como Junts o Podemos, que ponen palos en las ruedas a la negociación presupuestaria. En el 13 de Génova creen que, esta vez, el presidente del Gobierno se ha pasado de frenada y que su estrategia se le volverá en contra. "Le va a salir mal la jugada", afirman en la cúpula.

"Las ayudas para los afectados pueden aprobarse fuera del debate presupuestario", reiteran en Génova, que devuelve la presión a la Moncloa y recuerda que el presidente ya está "acostumbrado a legislar por decreto". Génova se aferra al artículo 55 de la Ley General Presupuestaria, que establece que los créditos extraordinarios, en este caso para la reconstrucción de Valencia, no tienen por qué aprobarse en el Presupuesto.

En el primer partido de la oposición confiaban en que Sánchez "no caería tan bajo" como para utilizar políticamente la crisis y aminorar su debilidad parlamentaria, porque "la portada de los Presupuestos sería una fila de féretros". Pero, días atrás, ya preparaban su vía de escape por si comenzaba a dibujarse ese escenario. "Una cosa es ayudar a las familias de las víctimas y a los damnificados, y otra es ayudar a Pedro Sánchez", sostenía un portavoz oficial de Génova.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Mariscal)

La indignación tras la comparecencia de Sánchez corrió como la pólvora en las filas de un PP que trata de mantener a raya las críticas al Ejecutivo en pleno desastre humanitario. Algunos dirigentes de la formación trasladaron, primero en privado, esa irritación. "Es un tipo inmoral y se le ve venir de lejos. Ahora aprovecha el drama de Valencia para pedir votos. Es de no creer, no tiene límites", incidían. "Indecente" o "demencial" eran las palabras que utilizaban otros cargos populares para describir la situación.

En el partido se entendió que fue Sánchez el que abrió la veda al trasladar esa presión en rueda de prensa para aprobar los Presupuestos, y pasó al ataque pese al etéreo armisticio. No compareció ningún portavoz, pero las redes sociales sí se llenaron de mensajes de dirigentes del PP abriendo fuego contra el Gobierno. La disputa política que ya se cocinaba en Madrid alcanzó también a la Comunidad Valenciana y a su presidente, Carlos Mazón que, preguntado por este medio, pidió encarecidamente "no hacer política" de la tragedia.

"Las medidas económicas extraordinarias no pueden vincularse a los Presupuestos. Son extraordinarias y urgentes, pero fuera del cálculo parlamentario de mayorías. Lo pido por favor", verbalizó. Pese al mensaje del president, hay que recordar que el Ejecutivo no vincula la aprobación de las cuentas públicas a la activación de las ayudas. Y prueba de ello es el primer decreto ley con los primeros 10.600 millones, que saldrá adelante sin unos Presupuestos aprobados. En lo que sí incidió Sánchez es en la actualización del marco presupuestario "para atender las realidades de los colectivos y de las zonas afectadas", una intención contra la que el PP ya se ha levantado en armas por el intento que ven en Sánchez de sacar rédito político de la tragedia.

El desastre humanitario de Valencia y el consiguiente estallido social ha cambiado por completo el marco político de la legislatura y ha saltado, de repente, a la discusión política de los Presupuestos Generales del Estado. La DANA ha abierto un nuevo escenario de oportunidad a un Gobierno hasta ahora enfrascado en la negociación del techo de gasto con el bloque de investidura, y que Sánchez no ha desaprovechado. Porque sólo una semana después de la catástrofe, el presidente del Gobierno maniobró para elevar la presión sobre los grupos parlamentarios y aprobar unas cuentas públicas que el Gobierno asienta ahora en la urgencia económica de la tragedia.

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