El Gobierno incluirá ayudas para Valencia en los PGE y coloca en un brete al PP
Sánchez avanza que espera un apoyo "mayoritario" del Congreso para los presupuestos del próximo año, en los que la Comunidad Valenciana será singularmente tratada. Dice que la responsabilidad de aprobarlos "se multiplica hasta límites colosales"
Si la realidad política en España ha dado una vuelta de campana con la catástrofe humanitaria en la Comunidad Valenciana, está a punto de hacerlo también la discusión sobre los próximos presupuestos del Estado. El Gobierno necesita el apoyo de los grupos de la investidura y, sobre todo de Junts, para poder aprobarlos. El partido de Carles Puigdemont no regala ni un solo voto y mantiene constantemente a la Moncloa pendiente de su aval. En las últimas semanas ha sido la negociación de la reforma fiscal, pero el Ejecutivo requiere también de su respaldo para la senda de estabilidad y, en última instancia, para los presupuestos de 2025.
Esa realidad podría cambiar porque el Gobierno incluirá ayudas millonarias para Valencia en las próximas cuentas y Pedro Sáchez ya avanzó esta mañana, en una comparecencia en la Moncloa, que espera el voto del PP, que gobierna la Generalitat.
Ya dije, recordó, que "no iba a eludir mi responsabilidad de presentar" los presupuestos pero "en esta ocasión esa responsabilidad se multiplica hasta unos límites colosales". "Pediremos el apoyo, y espero que podamos tener, el apoyo mayoritario de la Cámara".
El presidente del Gobierno anunció este lunes un primer paquete financiero de 10.600 millones de euros, incluido en lo que se ha denominado Plan de Respuesta Inmediata, Reconstrucción y Relanzamiento de la Comunidad Valenciana. Esta primera inyección se ha articulado a través de un real decreto ley, que necesita la convalidación del Congreso.
En las últimas horas, tras el estallido social y los conatos de violencia vividos este domingo durante la visita de los Reyes, de Sánchez y del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, a Paiporta (Valencia), unas de las zonas más devastadas y con mayor número de muertos, los populares han mostrado su espíritu de colaboración, incluso para dejar sin competencias al dirigente valenciano y que el Ejecutivo central tome el control de la situación.
Y Alberto Núñez Feijóo ha garantizado al Gobierno que tendrá los votos del PP para "todas las medidas orientadas a la reconstrucción de Valencia y a la ayuda y asistencia de víctimas, familiares y vecinos "que lo han perdido todo".
Por la propia magnitud de la tragedia, estas medidas se alargarán en el tiempo y permearán los próximos presupuestos. El plan diseñado por la Moncloa consta de tres fases: la primera, la respuesta inmediata, urgente; la segunda, la reconstrucción de las zonas afectadas; y una tercera, de relanzamiento y transformación. Esta última centrada, sobre todo, en "adaptar el territorio a la emergencia climática que está afectando singularmente al Mar Mediterráneo".
Tras las palabras de Feijóo el voto del PP al real decreto ley con una inversión de 10.600 millones de euros se da por hecho. El ministro de Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, se reunió ayer con todos los grupos parlamentarios y, según el jefe del Ejecutivo, "hemos encontrado un ánimo muy positivo, muy constructivo y muy colaborador para poder convalidar" este real decreto ley y otros posteriores.
Pero Génova se encuentra ahora ante la tesitura de que este apoyo se traslade también a los próximos presupuestos que serían una tabla de salvación para Sánchez. Con unas nuevas cuentas el presidente podría culminar, como pretende, la legislatura. Sin ellas, sería enormemente complicado porque significaría que carece de una mayoría parlamentaria suficiente para sostener su Gobierno.
Si la realidad política en España ha dado una vuelta de campana con la catástrofe humanitaria en la Comunidad Valenciana, está a punto de hacerlo también la discusión sobre los próximos presupuestos del Estado. El Gobierno necesita el apoyo de los grupos de la investidura y, sobre todo de Junts, para poder aprobarlos. El partido de Carles Puigdemont no regala ni un solo voto y mantiene constantemente a la Moncloa pendiente de su aval. En las últimas semanas ha sido la negociación de la reforma fiscal, pero el Ejecutivo requiere también de su respaldo para la senda de estabilidad y, en última instancia, para los presupuestos de 2025.