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El hedor crece en zonas afectadas por la DANA: "Esperamos que no sea por lo que creemos"
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"No puedes ni respirar"

El hedor crece en zonas afectadas por la DANA: "Esperamos que no sea por lo que creemos"

Los vecinos luchan a duras penas por retirar el barro sin poder acceder todavía a lugares donde sospechan que se acumulan los cadáveres

Foto: Uno de los lugares afectados por la DANA. (Europa Press/Lorena Sopena)
Uno de los lugares afectados por la DANA. (Europa Press/Lorena Sopena)
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Barro y lodo por todos lados, gasolina derramada de los coches destrozados por la riada, sin cubos de basura ni servicios de limpieza organizados… En las calles de los pueblos valencianos afectados por la DANA huele mal y el hedor va a más a medida que pasan los días. "Esperamos que no sea por lo que creemos", dice una vecina en referencia a los muertos todavía por rescatar. Habla desde el temor de que quedan muchos lugares como garajes y aparcamientos a los que casi una semana después de la catástrofe no se ha podido acceder y donde se cree que se acumulan los cadáveres.

Loreto es técnico en anatomía patológica, explica que es lo que en el lenguaje habitual se conoce como ayudante de forense y sabe cómo huele un cuerpo en descomposición. "Esto es un olor que está al límite", comenta. Ella cruzó el primer día desde Valencia para ir a casa de sus padres en Benetúser y ya desde las primeras horas se notaba un olor desagradable: "Era el olor a barro, todo olía a barro, potentísimo. Yo hago montaña y para mí ese olor es algo bueno, bonito, pero este era otro olor; barro sucio, olía muchísimo. Pasabas por al lado de los coches y olía al típico olor como gasolina mezclada con barro".

"A partir de ahí, –añade Loreto– ha ido cambiando, primero porque se secó el barro y entonces olía menos, pero desde la tarde del viernes y el sábado huele mal porque hay cosas que se están pudriendo". Esta mujer y su marido estuvieron en la plaza de Sedaví, otro de los pueblos sacudidos por la DANA. Dice que le pareció "especialmente llamativo el olor en la plaza del Ayuntamiento, que es donde está el parking municipal. "Ahí mi marido me dijo: ‘qué mal huele, ¿lo notas?’ Esperamos que no sea lo que creemos que es’. Estamos hablando de cuatro días. Es un olor particular, raro, feo", relata en conversación telefónica con El Confidencial.

Uno de los principales objetivos ahora mismo de las autoridades es acceder precisamente a los aparcamientos subterráneos y los garajes de las casas en los que se teme que puedan haber quedado atrapados un número indeterminado de personas. Sobre el parking de la plaza del Ayuntamiento de Sedaví, Loreto cuenta el caso de un vecino que dice que pudo salir in extremis del lugar, pero que detrás de él quedó gente.

Foto: Mapa de las zonas afectadas por la DANA. (EC Diseño)
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Esta mujer introduce, además, nuevas variantes sobre lo que puede pasar en los próximos días: "Los cubos de basura han desaparecido, piensa en la de miles de personas en las zonas afectadas que siguen comiendo. ¿Dónde van a tirar la basura? El tema de salubridad se va a sumar a todo lo demás, parece un tema baladí, pero no lo es". A eso hay que añadirle que los vecinos tienen todas sus pertenencias en la calle, desde muebles hasta colchones mojados. Además de eso, Loreto se pregunta qué sucederá si vuelve a llover con fuerza: "La gente ha tirado todo el barro a las alcantarillas. Estoy acojonada, estando todo eso lleno de barro, si vuelve a llover mucho hay riesgo de que eso se desborde".

Laura vive en la comarca de l’Horta Nord. Este domingo le ha tocado a ella quedarse con sus hijos y sus compañeros del colegio para que el resto de padres acuda a los lugares más afectados para ayudar. En conversación con este periódico, confirma la situación de los olores en las calles de los pueblos damnificados. "Estuve en Aldaya el viernes por la mañana. Dicen que es de los menos afectados y yo me hago cruces. Nos habían dado un aviso y fuimos a ayudar a mi prima. Aparcamos en la zona del auditorio. Ese olor no se me va a olvidar en la vida", relata.

Foto: Carlos Mazón, en una de sus comparecencias esta semana. (EFE)

En ese momento, tres días después de las riadas, el fango les llegaba hasta el tobillo. "El olor ya no es humedad de que te ha entrado una gotera. Se te mete en la nariz y no puedes ni respirar. Ya no es solo personas, sino perros y gatos". Laura se refiere a las prendas de ropa, las sábanas, cortinas, mantas o colchones empapados que están en las calles esperando a que alguien acude a retirarlos. "¿Tú sabes lo que pesa un colchón completamente mojado y lleno de barro? Lo sacábamos entre quince".

"Necesitas maquinaria, esto no se resuelve moviendo el barro con escobas de los chinos, ¿sabes? Aquí se necesita levantar esos coches destruidos y habilitar los accesos", dice Cristina, abogada de Valencia. Su familia acude cada día a ayudar a las labores de limpieza. Narra que el primer día quiso llegar a casa de su primo, pero ni siquiera llegó de la de gente que le pedía auxilio por el camino.

"Hay garajes todavía llenos de agua y seguramente hay cadáveres y huele mal. Unos vecinos han contratado con su dinero una cuba de una empresa de Alicante para que se lleven el agua por un tema de salubridad, porque huele. ¡Que estamos en Valencia, que es la tercera capital de España!", enfatiza

Sergio vive en el barrio de Orba, en Alfafar. Su casa está justo delante del parque Alcosa, donde hay varios bloques de viviendas y los bajos lo han perdido todo. Cuenta que en su caso el olor incesante es a combustible derramado. "Ves el suelo y brilla con los colores de la gasolina. Hace que te piquen los labios. Sale un olor acojonante, no es a cadáver, aunque si hubiese otros olores, no creo que nos diésemos cuenta, porque el combustible lo impregna todo", decía este domingo este otro vecino.

Barro y lodo por todos lados, gasolina derramada de los coches destrozados por la riada, sin cubos de basura ni servicios de limpieza organizados… En las calles de los pueblos valencianos afectados por la DANA huele mal y el hedor va a más a medida que pasan los días. "Esperamos que no sea por lo que creemos", dice una vecina en referencia a los muertos todavía por rescatar. Habla desde el temor de que quedan muchos lugares como garajes y aparcamientos a los que casi una semana después de la catástrofe no se ha podido acceder y donde se cree que se acumulan los cadáveres.

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