Varsovia, 1945: el ejemplo para la reconstrucción del casco histórico de Letur tras la DANA
La Junta de Castilla-La Mancha trabaja ya en el Plan Letur 2028 para reformar el conjunto histórico del pueblo. Nadie sabe cómo será, pero existen precedentes de ciudades devastadas que se recuperaron piedra a piedra
Letur mira al futuro con el corazón encogido por los desaparecidos y la mente puesta en la reconstrucción. El estado del casco histórico tras la riada es todavía una incógnita, a la espera del examen sobre el terreno, pero todos en el pueblo dan por hecho que no queda prácticamente nada. La única certeza es que harán falta "muchas manos y muchos hombros" para recomponer la zona, considerada hasta la fecha como uno de los principales exponentes de trazados medievales de origen musulmán. Y aunque reina la incertidumbre y nadie sabe cómo se hará, existen precedentes de ciudades recuperadas piedra a piedra. La Junta de Castilla-La Mancha trabaja ya en el denominado Plan Letur 2028.
El paradigma es Varsovia y la Segunda Guerra Mundial. Una catástrofe natural no es lo mismo que una guerra, más todavía por el componente ideológico y político del caso polaco. Pero el ejemplo abre un paralelismo para encarar el día después del apocalipsis y también sirve como punto de partida y fuente de inspiración para reconstruir una ciudad con gran valor histórico y arquitectónico. La capital de Polonia, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1989, fue levantada de nuevo tal y como estaba tras la destrucción por la ocupación nazi, con un trabajo que se extendió ocho años, entre 1945 y 1953.
La UNESCO señala la reedificación de Varsovia como una "proeza" de arquitectos, artistas y trabajadores, entre ellos los propios habitantes de la ciudad, y lo sitúa como un fenómeno único. "Demostró la importancia del patrimonio para configurar la identidad social y dar un nuevo sentido a la conservación de los monumentos. En este aspecto, la reconstrucción de Varsovia sentó un precedente que ha sido continuamente citado y ha influido en las decisiones adoptadas sobre actuaciones similares en muchos países hasta el día de hoy", apunta la organización en el Archivo de la Oficina de Reconstrucción de Varsovia.
El daño de la gigantesca riada en el casco histórico de Letur, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1983, no ha sido valorado aún. Pero algunos vecinos ya hablan de arrimar el hombro cuando sea necesario. "Es nuestro pueblo y nos duele mucho", señalaba una mujer mientras contemplaba el enorme socavón que ha quedado en la única vía que conecta con el centro de la localidad, donde hace unos días había un jardín árabe y una piscina natural, ahora desbordado de barro, maleza y escombros. Las previsiones no son nada optimistas y las administraciones dan por descontado que la zona está destrozada y necesitará tiempo e infinidad de recursos.
La tromba de agua bajó con toda la violencia imaginable desde la Sierra del Segura y rompió en las singulares callejuelas de Letur, adornadas con muros de piedra, arcos y portalicos centenarios. Por el camino arrasó todo, incluidas algunas casas. Si se observa el área con distancia y en alto se reconocen perfectamente algunas calles devastadas. En el suelo, cubierto por un manto de barro, abundan los árboles de gran porte que trajo la riada. Pero la principal preocupación tiene que ver con las construcciones, que podrían estar seriamente dañadas. La iglesia de la Asunción, del siglo XVI, en principio quedó menos afectada por encontrarse en altura, pero otras ubicaciones en el corazón del casco no tendrán la misma suerte. El análisis de las próximas semanas aportará nuevas conclusiones.
La movilización ciudadana ya ha comenzado. Cientos de personas, entre letureños, visitantes y vecinos de otros municipios, se han puesto manos a la obra desde el viernes para retirar el barro en el entorno del arroyo y limpiar los garajes y viviendas afectadas, sumándose a los 200 efectivos de emergencias que trabajan en la zona desde el miércoles. Una ola de solidaridad, similar a la de otros puntos de España, que alimenta la fuerza de Letur para todo lo que está por venir.
Segunda fase
El análisis del lugar, sin embargo, tardará unos días aún. Los equipos de emergencias desplegados en Letur explicaron el jueves que la "prioridad absoluta" era encontrar a los desaparecidos durante el temporal: un matrimonio joven, dos operarios del ayuntamiento y una mujer que fue sorprendida en plena calle por la tormenta. Una vez superada la fase inicial, se pasará a la consolidación para sentar las bases de la reconstrucción. Entonces el llamamiento será total: "Hay mucho que hacer".
La Junta de Castilla-La Mancha trabaja ya en esa siguiente pantalla. El presidente autonómico, Emiliano García-Page, anunció el jueves, 48 horas después de la tragedia, la creación de una mesa técnica con todas las administraciones implicadas para afrontar la recuperación de Letur y Mira, los dos municipios golpeados por la peor DANA en un siglo. "Lo que me importa y lo que va a requerir de mayor esfuerzo durante más años será un plan que vamos a denominar Letur 2028", dijo Page, que avanzó que se centrará en infraestructuras y servicios, con partidas comprometidas en los próximos presupuestos autonómicos.
"Creo que va a ser posible dejar Letur y Mira no ya como estaban antes de la riada, antes de esta catástrofe, sino si es posible aún todavía más hermosos", añadió el dirigente socialista desde el puesto de mando habilitado en el colegio Nuestra Señora de la Asunción. La primera medida será habilitar una oficina para canalizar todos los trámites que necesitarán los afectados para solicitar y recibir las prestaciones, tras la declaración de Emergencia que se aprobará el martes en el Consejo de Ministros.
La reconstrucción, más allá del diagnóstico del casco histórico, tiene dos objetivos. El primero es recuperar el paso arrasado por la riada, con una estructura de piedra sobre el arroyo, y los jardines árabes que acompañaban a las piscinas naturales en la entrada del pueblo. Pero algunos vecinos también apuntan a la necesidad de plantear un desvío del cauce y sortear el núcleo urbano para evitar una nueva catástrofe en caso de que se repitan precipitaciones abundantes.
El alcalde Letur, Sergio Marín, reconoció en conversación con este periódico que "valorarán todo tipo de opciones", aunque aún es pronto y el diagnóstico es una incógnita. "Tenemos que tener claro que no puede suceder de nuevo y ver cómo se reconstruye todo, pero teniendo en cuenta que esto no había pasado nunca", declaró. La última cuestión a valorar es el impacto de la catástrofe en la economía local, con una importancia capital del turismo rural. El miedo al día después crece.
Letur mira al futuro con el corazón encogido por los desaparecidos y la mente puesta en la reconstrucción. El estado del casco histórico tras la riada es todavía una incógnita, a la espera del examen sobre el terreno, pero todos en el pueblo dan por hecho que no queda prácticamente nada. La única certeza es que harán falta "muchas manos y muchos hombros" para recomponer la zona, considerada hasta la fecha como uno de los principales exponentes de trazados medievales de origen musulmán. Y aunque reina la incertidumbre y nadie sabe cómo se hará, existen precedentes de ciudades recuperadas piedra a piedra. La Junta de Castilla-La Mancha trabaja ya en el denominado Plan Letur 2028.
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