La esperanza se apaga en Letur: intensifican la búsqueda de los desaparecidos en la cuenca del Segura
Los cerca de 200 efectivos continúan con las labores de desescombro y localización de los cuerpos, con nuevas batidas en los cinco kilómetros de rambla que cruza la localidad
La esperanza se apaga en Letur cuatro días después de la catástrofe. Los cerca de 200 efectivos de emergencias desplegados en la zona siguen buscando a cinco de los seis desaparecidos por la riada, todavía sin éxito, y con nuevas batidas a lo largo de los cinco kilómetros de la rambla que atraviesa la localidad. Las labores de desescombro continúan en el único acceso al casco histórico, con el objetivo de abrir este sábado una vía para llegar al centro del pueblo y ampliar el campo de acción.
Los servicios de emergencias hicieron una primera inspección en la zona horas después de la riada y solo hallaron el cadáver de una mujer, la única fallecida confirmada hasta ahora, en la zona de la depuradora. Los trabajos se centran ahora en el mismo punto ante la hipótesis de que el resto de no localizados hayan ido a parar al mismo sitio. Tampoco se descarta que la gigantesca corriente arrastrara a los cuerpos hasta el río Segura, a varios kilómetros de Letur, o a las numerosas pozas que trufan el recorrido del cauce. Las expectativas de encontrar a alguien con vida son prácticamente nulas, mientras la incertidumbre y la angustia no cesan.
La tromba de agua que destrozó el pueblo rompió en la única vía que conecta con el centro histórico. La riada, que arrastró todo tipo de maleza y escombros, se llevó por delante un bloque de viviendas bajas donde vivía un matrimonio joven, de 37 y 38 años. Los testigos de la catástrofe cuentan cómo Jonathan y Mónica pedían auxilio desde el balcón de la casa, pero fue imposible salvarlos. El torrente se lo llevó todo. Los efectivos de emergencia buscan también a dos operarios del Ayuntamiento y una mujer que fue sorprendida por el temporal en plena calle.
El equipo desplegado roza las 200 unidades. En las últimas se han sumado una nueva dotación de bomberos de Albacete y tres unidades cinológicas que rastrean la zona con perros para la localización de los desaparecidos. Dos son de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que llegaron el jueves, y la tercera de la Guardia Civil, desplegada desde las horas posteriores a la tragedia. También un helicóptero y el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), centrado en la cuenca del Segura y todas las pozas cercanas. Y por supuesto un numeroso ejército de voluntarios que retira el barro y limpia los garajes anegados.
En las últimas horas, según detalló la Diputación de Albacete, se incorporó maquinaria pesada para retirar los escombros de la zona cero de la tragedia, con el propósito de abrir una vía para acceder al casco histórico, completamente arrasado. Se ha habilitado una especie de rampa para soportar el paso de camiones y excavadoras, con la previsión de que este mismo sábado puedan llegar al centro del pueblo. Una vez dentro se procederá al apuntalamiento de los edificios afectados, sin conocer aún cuál es su estado real. Fuentes del Ayuntamiento de Letur detallan que no descartan nada, incluso el hallazgo de los desaparecidos en este punto.
La esperanza se apaga en Letur cuatro días después de la catástrofe. Los cerca de 200 efectivos de emergencias desplegados en la zona siguen buscando a cinco de los seis desaparecidos por la riada, todavía sin éxito, y con nuevas batidas a lo largo de los cinco kilómetros de la rambla que atraviesa la localidad. Las labores de desescombro continúan en el único acceso al casco histórico, con el objetivo de abrir este sábado una vía para llegar al centro del pueblo y ampliar el campo de acción.
- El policía de Alfafar que se ofrece en redes para buscar desaparecidos: "Esto es como una guerra" Alejandro Requeijo
- Atascados en Requena y sin saber qué hacer: descontrol en la gestión de voluntarios de la Generalitat Víctor Romero. Valencia
- Un día limpiando de barro el "apocalipsis" sin esperar a que llegue el Estado: "Necesitamos más manos" Ernesto Torrico. Paiporta