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Los equipos forenses trabajan contrarreloj para entregar los cuerpos a sus familias
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"La labor más ingrata"

Los equipos forenses trabajan contrarreloj para entregar los cuerpos a sus familias

Especialistas médicos de toda España se despliegan en Valencia en equipos de dos para tratar de agilizar la identificación de las víctimas

Foto: Efectivos de la UME a las puertas de la morgue improvisada instalada en la Feria de Valencia, este viernes. (EFE/Kai Försterling)
Efectivos de la UME a las puertas de la morgue improvisada instalada en la Feria de Valencia, este viernes. (EFE/Kai Försterling)
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El sótano de la Ciudad de la Justicia y la Fira de Valencia se han convertido en grandes morgues. En los dos puntos, habilitados de forma improvisada para gestionar la recepción de los cuerpos, las autopsias, las identificaciones de las víctimas provocadas por la DANA y la conservación posterior de los restos, trabajan un centenar de forenses desplegados en equipos móviles y estáticos. "Es un trabajo ingrato, pero fundamental", asegura un especialista consultado. Su labor se ha ampliado en los dos últimos días al levantamiento de cadáveres. La prioridad es reducir lo máximo posible la espera angustiada de decenas de familias.

La urgencia impulsa a moverse a destajo y a contrarreloj en un panorama postapocalíptico donde las circunstancias del desastre climático dificultan su trabajo y lo ralentizan. La ruta de los cuerpos comienza en el punto en el que se localiza a la víctima. Se han organizado nueve equipos que se desplazan por toda la provincia para llevar a cabo los levantamientos. En parejas de dos, de este primer contacto con los cuerpos depende en muchas ocasiones el éxito o el fracaso de la identificación. Se impone la atención al detalle, un cuidado extremo que congela durante horas el punto de localización de la víctima mortal.

El acto del levantamiento implica analizar el lugar del hallazgo del cadáver y el estado y circunstancias precisas del fallecimiento. Implica la conservación documental de la escena, que debe quedar descrita de forma exhaustiva. A cada cuerpo se le asigna un código Solo una vez acabada esta inspección, el forense supervisa la recogida y el traslado del cuerpo al depósito, pendiente siempre de la preservación de los restos y de evitar que se pierdan indicios que pueden ser esenciales para la identificación.

Acabada esta primera fase comienza la segunda. A los nueve equipos de parejas de forenses desplazados se unen otros tres que realizan funciones denominadas de ante mortem. Antes de la llegada de los cuerpos a la Ciudad de la Justicia, estos especialistas médicos se emplean en nutrir una base de datos con muestras tomadas a los familiares de desaparecidos para buscar coincidencias para la identificación. La recogida se está realizando en dos puntos: la Jefatura Superior de Policía y la Comandancia de la Guardia Civil en Calamocha.

Foto: Efectivos de la UME en Requena, Utiel, Xirivella y Alaquàs (EFE/UME)

Solo después de cumplido el protocolo, recogidas la huellas y el ADN de cada víctima, comienzan las autopsias. Se ha habilitado el sótano -1 de la Ciudad de la Justicia para la recepción. Desde allí, las víctimas son desplazadas al Instituto de Medicina Legal, donde se realiza la necropsia. Una vez finalizadas, los restos se trasladan a la Feria de Valencia, a un pabellón montado para albergar aquellos cuerpos aún no identificados.

Una setentena, identificados

Hasta las 21 horas de este sábado, se han llevado a cabo un total de 188 levantamientos de cadáveres de fallecidos. A 183 de ellos se les ha practicado ya la autopsia y el total de personas plenamente identificadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil asciende ya a 67. Junto a los equipos médicos trabajan ya una treintena de profesionales: psicólogos, trabajadores sociales, ayudantes de laboratorio, facultativos y técnicos de autopsia y personal para tramitación. A los especialistas de la Comunidad Valenciana se unieron en los últimos días profesionales de distintas administraciones, tanto autonómicas como del Ministerio de Justicia, que se han desplazado desde Murcia, Cartagena, Albacete, Cataluña. Madrid, Andalucía, Castellón, Alicante o Baleares, entre otras comunidades.

En circunstancias como las actuales, en las que muchos de los cadáveres localizados no portan documentación que permita conocer su identidad, los datos concretos de cada caso son esenciales. Fotografías recientes o peculiaridades físicas como las cicatrices, tatuajes o prótesis ayudan a los profesionales a poner nombre a los fallecidos. Solo la identificación positiva permite entregar los cuerpos a las familias.

Este mismo sábado, Justicia ha acordado desplazar a Valencia a otros diez forenses y cinco auxiliares del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses. A pesar del trabajo realizado por el momento, la sensación de todos es que se necesitará mucho más durante los próximos días, cuando avancen las labores de rescate y se despejen zonas a las que aún no se ha podido acceder. Como está sucediendo con otros profesionales, se ha puesto en marcha un listado de voluntarios de distintos puntos de España dispuestos a desplazarse si así se requiere.

Tres odontólogos forenses se han incorporado al dispositivo para trabajar en la identificación de las personas fallecidas y realizar pruebas complementarias ante la dificultad que entraña en algunos casos la identificación por huellas digitales debido al tiempo transcurrido desde el óbito. El Instituto de Medicina Legal de Valencia ha habilitado dos líneas telefónicas para las empresas funerarias a fin de ponerles en contacto, para los casos de fallecidos ya identificados, con los diferentes órganos judiciales que tienen diligencias previas abiertas por esas defunciones y que deben expedirles la documentación necesaria para que se hagan cargo de los difuntos.

El sótano de la Ciudad de la Justicia y la Fira de Valencia se han convertido en grandes morgues. En los dos puntos, habilitados de forma improvisada para gestionar la recepción de los cuerpos, las autopsias, las identificaciones de las víctimas provocadas por la DANA y la conservación posterior de los restos, trabajan un centenar de forenses desplegados en equipos móviles y estáticos. "Es un trabajo ingrato, pero fundamental", asegura un especialista consultado. Su labor se ha ampliado en los dos últimos días al levantamiento de cadáveres. La prioridad es reducir lo máximo posible la espera angustiada de decenas de familias.

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