Fin a los rodeos en Cedillo: un puente eliminará la última frontera privada entre España y Portugal
Los vecinos de este municipio llevan décadas entre la resignación y la esperanza de que este problema se solucione. La zona donde se establecerá el puente es un área pública, pero la explotación está manos de Iberdrola
Rodeada de pequeñas colinas áridas y a los pies de un embalse por donde circula el río Tajo en su camino hacia Portugal se encuentra la central hidroeléctrica de Cedillo (Cáceres, 433 habitantes). Es el punto de España que más se adentra en territorio luso y también el peor conectado con el país vecino. Un puente que facilite el cruce en esta zona de la frontera es una reivindicación que los vecinos exigen desde 1991, año en el que se firmaron los acuerdos Schengen que permitieron la libre circulación de ciudadanos europeos entre países. Sin embargo, Cedillo (España) y Nisa (Portugal) han sido hasta ahora una excepción en el cumplimiento de este tratado: su única conexión es a través de la central, es decir, una "frontera privada" y de la que no pueden disfrutar libremente. Tras varios intentos y hasta una fiesta de por medio, la localidad cacereña por fin estará conectada con Portugal indefinidamente a principios de 2026.
Los vecinos de este municipio llevan décadas entre la resignación y la esperanza de que este problema se solucione. "Es de sentido común", declara Antonio González, el alcalde de Cedillo desde el año 1987. La zona donde se establecerá el puente es un área pública, pero la explotación estará hasta 2061 en manos de Iberdrola. Hasta la firma del tratado Schengen era una frontera no reconocida como oficial y los ciudadanos cruzaban sin demasiados inconvenientes de un lado a otro a través de la central. Sin embargo, al quedar declarada como "oficial" comenzaron los problemas. Ambos municipios negociaron con la eléctrica y acordaron que la empresa permitiría el paso únicamente los sábados de 10 h a 22 h. Años después, se amplió el horario a los domingos y en verano se alargaría la apertura hasta las doce de la noche. "Esto es un parche, pero no una solución", alega el regidor municipal.
La imposibilidad de pasar de un lado a otro, como se cruza en otros puntos de Extremadura, Galicia, Andalucía o Castilla y León, hace mella en los vecinos. De Cedillo a Montalvão hay 14 kilómetros, pero para llegar hasta allí un lunes habría que recorrer 120. El alcalde reconoce que "ya nadie de un lado trabaja en el otro porque es imposible. O tienes barco, que es una opción bastante peligrosa, o te gastarías todo tu sueldo en gasolina por el rodeo que hay que dar".
El levantamiento del viaducto también busca atraer turistas a la localidad. José Marrodán, vecino y propietario de la vivienda rural de vacaciones La Casa Barata, ve con buenos ojos la noticia: "Claro que es positivo, por un lado, los portugueses podrán venir más allá del fin de semana; y en cuanto a los españoles, de esta forma podremos ofrecerles la visita a municipios lusos que están a 40 minutos en coche".
Además del ámbito laboral, esta "valla invisible" impacta en las relaciones personales y en los negocios. El regidor comenta que "una tienda o un bar no puede funcionar solo los fines de semana". Por otra parte, en verano crece la resignación: "Para llegar hasta las localidades costeras más cercanas de Portugal hay que adentrarse en Extremadura y bajar hasta Valencia de Alcántara para cruzar por el puesto de Porto Roque; por lo que o esperas al finde o es un trayecto larguísimo". Sin embargo, hay otros vecinos que, pese a ver una parte positiva en esta unión, muestran cierto rechazo: "Quizás, si viene mucha gente de otros pueblos, este ya no será tan seguro como lo es ahora", añade una vecina.
Desde 1995, cuatro años después de la firma del acuerdo Schengen, los vecinos de ambos lados comenzaron a organizarse para exigir una obra que les uniera. Así, desde ese año un sábado generalmente del mes de marzo celebran portugueses y españoles "la matanza internacional". Los vecinos se reúnen en la localidad extremeña y comienzan la jornada con un desayuno de café y migas. Después, realizan la ya tradicional matanza del cerdo y prueban el tocino, así como otras partes del animal. El día culmina con un arroz de la matanza.
Varios intentos en vano
Para vecinos y autoridades siempre ha sido prioridad este viaducto que facilitará la vida y evitará grandes rodeos en coche. En 2008 parecía que esta odisea llegaba a su fin. En ese año, la Diputación de Cáceres, entonces presidida por el PSOE, consiguió una financiación europea de 4 millones de euros para construir el puente, que estaba presupuestado entre 6 y 8 millones. El restante, lo acordaron aportar entre el Ayuntamiento de Nisa (localidad portuguesa vecina) y la propia Diputación. Cuando aún no se había ejecutado, en el año 2011, el Partido Popular llegó a la Diputación de Cáceres.
La crisis azotaba fuertemente a las empresas de la construcción. "Una obra de esas características hubiese supuesto un poco de alivio", recalca González. Sin embargo, los meses transcurrían y los procedimientos para comenzar el proyecto no llegaban. "Ese año me garantizaron que sí, pero en 2012, al ver que no evolucionaba nada, pedí una entrevista con el presidente de la Diputación; no me la dieron", comenta el alcalde y continúa: "Al día siguiente, salió el portavoz de la Diputación diciendo que no harían el puente y que destinarían el dinero a otra cosa", sentencia Antonio González.
"Me dolió porque decían que era el puente de Morales, el presidente socialista de la Diputación natural de Cedillo. Eran tonterías que hicieron que cayera la inversión", concreta el edil, que prefiere olvidar este capítulo. Al final, el dinero se tuvo que devolver a Bruselas. Cuando el PSOE regresó a la Diputación de Cáceres, los extremeños solicitaron nuevamente los fondos a la Unión Europea, pero esta vez no hubo tanta suerte. Ahora, ha sido el Gobierno portugués el que ha solicitado la ayuda y ha obtenido 11 millones de euros para realizar la obra. Además, la Junta de Extremadura, ahora liderada por el Partido Popular, aportará 2 millones de euros para conectar la carretera que salga del puente con la regional EX-375.
Hace una semana, en la Cumbre hispano-lusa en Faro, tanto el ministro de Transportes, Óscar Puente, como su homólogo portugués firmaron los acuerdos para materializar la construcción del nuevo puente entre las poblaciones de Nisa y Cedillo que finalmente estarán conectadas para finales de 2025 o principios de 2026.
Rodeada de pequeñas colinas áridas y a los pies de un embalse por donde circula el río Tajo en su camino hacia Portugal se encuentra la central hidroeléctrica de Cedillo (Cáceres, 433 habitantes). Es el punto de España que más se adentra en territorio luso y también el peor conectado con el país vecino. Un puente que facilite el cruce en esta zona de la frontera es una reivindicación que los vecinos exigen desde 1991, año en el que se firmaron los acuerdos Schengen que permitieron la libre circulación de ciudadanos europeos entre países. Sin embargo, Cedillo (España) y Nisa (Portugal) han sido hasta ahora una excepción en el cumplimiento de este tratado: su única conexión es a través de la central, es decir, una "frontera privada" y de la que no pueden disfrutar libremente. Tras varios intentos y hasta una fiesta de por medio, la localidad cacereña por fin estará conectada con Portugal indefinidamente a principios de 2026.