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Quién gana con la caída de Errejón: lo que está pasando en las izquierdas
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Quién gana con la caída de Errejón: lo que está pasando en las izquierdas

La elección del nuevo portavoz parlamentario será clave para señalar cuál será el futuro de la formación, pero supone algo más: hay una reflexión de mucho calado sobre qué pasará después de Íñigo Errejón

Foto: Urtasun y Óscar López, en el Congreso. (EP/Eduardo Parra)
Urtasun y Óscar López, en el Congreso. (EP/Eduardo Parra)
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La elección del portavoz parlamentario de Sumar, aquel o aquella que sustituya a Íñigo Errejón, tendrá una enorme carga simbólica: lanzará un mensaje respecto de hasta qué punto el espacio de izquierdas ha entendido la gravedad que la sociedad ha atribuido a la marcha del político. No es un escándalo momentáneo, de esos que hacen que la temperatura del agua hierva, pero que después se van enfriando. Ha causado quemaduras que serán visibles durante mucho tiempo.

Al mismo tiempo, se trata de una salida que está provocando movimientos impensables hasta hace bien poco dentro de su espacio político y que está generando un equilibrio de fuerzas muy diferente. Basta con comparar este momento con la negociación para las elecciones europeas. La cabeza de lista fue elegida por Yolanda Díaz (como correspondía), Jaume Asens, de los Comunes, consiguió un difícilmente explicable segundo puesto, como lo fue la asignación del tercero a Compromís; el candidato de IU quedó relegado a una posición de riesgo y finalmente no fue elegido, y Más Madrid quedó fuera de la partida con el quinto puesto. Era la época en que Díaz ejercía como líder indiscutible del espacio y pretendía asentar su ‘proyecto Sumar’ después de las elecciones. Los malos resultados quebraron ese deseo.

No hemos llegado ni a final de año y el cambio interno es sustancial. La caída de Errejón no ha hecho más que acelerar lo que se estaba larvando en los últimos meses. Díaz ha quedado en un segundo plano, la parte de Sumar proveniente de ICV, con Urtasun a la cabeza gana peso, lo pierden los Comunes de Colau y la golpeada Más Madrid, e IU cobra un nuevo papel desde el liderazgo de Maíllo.

La candidata

El nombramiento del portavoz parlamentario, que se producirá muy probablemente la semana próxima, supondrá un retrato fiel de cómo queda el reparto interno. La candidatura que suena con más fuerza es Aina Vidal. Cuenta con varios elementos a favor: tiene a Urtasun y Bustinduy de su parte, pertenece a la corriente de Comunes (la de ICV) enfrentada con Colau, viene de Comisiones Obreras y cuenta con experiencia (es diputada desde 2015). Otros nombres que suenan son los de Verónica Martínez Barbero, persona del entorno de Yolanda Díaz, y el diplomático Agustín Santos Maraver, número dos en la lista de Sumar por Madrid, y que hasta ahora se ha situado en un permanente segundo plano. Si bien a Santos Maraver le avala una trayectoria política dilatada (fue director del gabinete de exteriores con Moratinos y embajador español ante la ONU), fuentes de Sumar insisten en que este es el momento de nombrar a una mujer.

Ese cierre de filas alrededor de Urtasun no es bien visto por el resto de integrantes del espacio, que insisten en tener un papel más relevante

La elección de Vidal supondría un giro claro hacia ICV en Sumar: Urtasun es ministro y portavoz de la formación, contarían con un miembro de la mesa, con una persona, Marta Ribas, en el consejo de administración de RTVE y también con la portavocía parlamentaria. Supondría un mensaje definitivo respecto de quién manda en el espacio.

Ese cierre de filas alrededor de Urtasun no es bien visto por el resto de integrantes del espacio, que insisten en tener un papel más relevante. IU ha sido la más expresa en este aspecto, ya que ha insistido en la importancia de fijar un método de funcionamiento del grupo parlamentario y en un reparto de funciones distinto: los cambios no pueden limitarse a un nombre.

Las negociaciones con Podemos

Junto con estos factores interiores, está el exterior. IU y Podemos han iniciado un acercamiento para conseguir que el espacio se reúna de nuevo de cara a las siguientes elecciones, sean generales, autonómicas o municipales. El regreso de Podemos sería necesario para configurar una opción común que no penalice electoralmente a la izquierda, y es una unión que el PSOE quiere y necesita. Los socialistas están apoyando y apoyarán en ese sentido. Parece un asunto existencial: si ahora los números no dan ni yendo juntos, varias candidaturas separadas serían catastróficas.

Los dos partidos que habían sido los grandes perdedores en las negociaciones anteriores, Podemos e IU, vuelven con un nuevo papel

Esa vuelta al espacio compartido de todas las fuerzas políticas traería consigo otro equilibrio, ya que los dos partidos que habían sido los grandes perdedores en las negociaciones para las generales y para las europeas, IU y Podemos (estos fueron por su cuenta en las segundas) tendrán un nuevo papel, y mucho más relevante. Los de Maíllo porque son el eje que puede facilitar la reunión, los segundos porque tratarán de imponer nuevas exigencias. En ese contexto, Sumar está intentando recomponerse alrededor de una opción política reconocible, la de ICV, y a partir de ahí asentar una posición favorable de cara a negociaciones futuras.

Algo más que la unidad

La recomposición del espacio llevará tiempo, porque todos los partidos están atravesados por tensiones internas y porque las relaciones entre ellas no son buenas. Esa característica, típica de la última izquierda, ha sido uno de los elementos más molestos para el simpatizante, que percibía las divisiones y las luchas por listas y cargos como el principal problema.

Todo lo que recuerde a la generación del 15M y sus derivadas cotiza a la baja. Hacen falta nuevos líderes en la izquierda

Eso también está cambiando, y el escándalo de Errejón lo ha puesto de manifiesto. Ahora se trata de recuperar la confianza perdida, y con una unidad a regañadientes no basta: hace falta una renovación de las personas que ocupan puestos visibles. Y, en este sentido, todo lo que recuerde a la generación del 15M y sus derivadas cotiza a la baja. Hacen falta nuevos líderes, y no los hay de momento, porque los existentes son herederos de aquella época.

Se hace difícil pensar que políticos con un perfil similar a los anteriores puedan hacer algo más que defender el fuerte. Lo previsible a corto plazo es una línea de continuidad, con un énfasis mayor en el feminismo para compensar las brechas abiertas, con más acento en las políticas verdes y en el cambio climático, y con la insistencia en el mejoramiento de las condiciones laborales que Díaz promueve en su función como ministra de Trabajo. Es decir, se tratará de recuperar la confianza de los electores asentando las líneas programáticas ya existentes.

La ventaja del PSOE

La semana ha traído un problema a corto plazo para el PSOE, ya que el caso Errejón ha afectado directamente a sus socios de gobierno, pero una notable oportunidad a medio. En un escenario en el que marco está fijado en la lucha contra un futuro gobierno de extrema derecha, la debilidad de Sumar puede suponer una ventaja para el crecimiento electoral de los socialistas. Desde su espectro ideológico, se hará más evidente la idea de que si el problema son las derechas, la solución es el PSOE. Olvidadas las ambiciones de Díaz de conformar una nueva fuerza de izquierdas que pudiera tener un notable peso electoral, ahora el espacio está en un momento de repliegue, reorganización y defensa de lo conseguido. De modo que el PSOE se cobra dos piezas a la vez: la nueva situación posibilita claramente la reunión de los partidos a su izquierda, lo que le resulta imprescindible, y al mismo tiempo quedan relegados a un espacio minoritario que permite a los socialistas crecer.

"A la generación del 15M nunca les interesó la economía, y tampoco la comprendían"

El otro beneficiado de la semana es Podemos, y no solo por el componente personal y ese aire de venganza en plato frío respecto de Errejón y Díaz: los de Iglesias cobrarán un nuevo protagonismo en ese espacio. Tienen en contra, y es un lastre serio, todo lo que suponen de continuidad con el 15M (es decir, con lo viejo), además de un discurso que cada vez está más constreñido por las fobias personales: muchas de sus propuestas pueden sonar cercanas a gentes de una izquierda tradicional, pero al final todas acaban desembocando en Ferreras.

En ese escenario, surge la tercera cuestión, la de la renovación de las ideas dentro de la izquierda. Fuentes del espacio aseguran que la generación del 15M tiene un déficit, ya que “nunca les ha interesado ni han comprendido la economía”, y cabe decir que tampoco la geopolítica contemporánea, y esos serán dos elementos muy significativos en los próximos tiempos. Una izquierda parada en 2020 supone una ventaja para el PSOE y para la extrema derecha.

De modo que el nombramiento del portavoz será importante porque demostrará si han entendido el mensaje respecto de su necesario propósito de enmienda, pero también hasta qué punto son conscientes de que este es un nuevo momento político; para ellos, y para el conjunto de las fuerzas que participan en el espacio electoral español. El 5 de noviembre veremos unas cuantas pistas sobre un futuro al que todavía no se han empezado a acercar.

La elección del portavoz parlamentario de Sumar, aquel o aquella que sustituya a Íñigo Errejón, tendrá una enorme carga simbólica: lanzará un mensaje respecto de hasta qué punto el espacio de izquierdas ha entendido la gravedad que la sociedad ha atribuido a la marcha del político. No es un escándalo momentáneo, de esos que hacen que la temperatura del agua hierva, pero que después se van enfriando. Ha causado quemaduras que serán visibles durante mucho tiempo.

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