Sánchez sabía que Delcy no podía entrar: el Gobierno envió al Senado el documento que lo prohibía
En su intervención en el Senado, en febrero de 2020, Sánchez calificó de "privado" el viaje de Delcy y afirmó que se actuó acorde a la sanción europea que ahora dice que desconocía
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Continúa la resaca de la noche del 20 de enero de 2020, la noche del Delcygate. Para Pedro Sánchez, la resaca más larga de la historia. El último hallazgo de la UCO demuestra que Pedro Sánchez mintió al asegurar que desconocía las intenciones de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, de viajar a España. Los mensajes telefónicos hallados por la Guardia Civil demuestran que el presidente del Gobierno no solo era conocedor de este viaje, sino que autorizó a su ministro de Transportes y entonces hombre de confianza, José Luis Ábalos, a recibir a Delcy en el aeropuerto.
La publicación de estos mensajes en El Confidencial obligó a Sánchez a cambiar una vez más su versión de los hechos. Ahora, el presidente del Gobierno afirma que no sabía que sobre Delcy pesaba una sanción individual de la Unión Europea que le impedía pisar territorio Schengen, que se dio cuenta después de dar el 'ok' a Ábalos. Otro giro de guion que no se sostiene. El propio Gobierno de Sánchez, como ha podido comprobar este periódico, envió en junio de este año a la Comisión de investigación del Senado sobre el caso Koldo una copia de la orden de la Unión Europea en la que se expresa la prohibición de estar en espacio Schengen a la vicepresidenta de Venezuela, previa solicitud del Partido Popular.
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Se trata de la Orden del Consejo de la Unión Europea fechada el 25 de junio de 2018 que establecía "la prohibición de estar en espacio Schengen para la vicepresidenta de Venezuela Delcy Eloína Rodríguez Gómez", modificando otra Decisión relativa a las "medidas restrictivas habida cuenta de la situación en Venezuela" emitida en 2017. Es un documento oficial al que se puede acceder a través del Diario Oficial de la Unión Europea y del que el Gobierno estaba ya en posesión más de un año antes de la llegada de Delcy a suelo español para encontrarse con Ábalos, el comisionista Víctor de Aldama y Koldo García.
El nombre de Delcy figura junto al de otros cargos venezolanos como Jesús Rafael Suárez, comandante general del Ejército Bolivariano, o Iván Hernández, jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar. En el escrito europeo se especifica que se incluye a Delcy en este sistema de sanciones porque sus acciones han "menoscabado la democracia y el Estado de derecho en Venezuela, en particular mediante la usurpación de las competencias de la Asamblea Nacional y su utilización para atacar a la oposición e impedirle su participación en el proceso político".
La hemeroteca destapa a Sánchez
No deja de resultar llamativo que el presidente del Gobierno diga que desconocía la existencia de una orden de sanción europea que el propio Ejecutivo remite al Senado. Pero, más allá de la existencia de este documento desde junio de 2018, basta echar un vistazo a la hemeroteca del presidente del Gobierno para comprobar cómo su nueva versión es insostenible.
El 25 de febrero de 2020, Sánchez interviene en el Senado para responder a una pregunta del senador popular Javier Maroto sobre el Delcygate: "Señor Sánchez, ¿dio usted la instrucción al señor Ábalos para que tuviese un encuentro en el aeropuerto de Madrid con la señora Delcy Rodríguez? Y si es así, en ese caso, ¿en qué consistía el contenido de dicha reunión que el propio Maduro ha calificado como de secreto?".
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A lo que Sánchez respondió sin inmutarse que "la vicepresidenta de Venezuela se dirigía en vuelo privado hacia España" -omitiendo la coordinación previa con Ábalos-y que sobre ella "pesa una sanción europea que le prohíbe la entrada en territorio legal europeo". Conocedor de aquella sanción -entonces sí, pero cuatro años después no, por lo que parece-, explica que solo se podía actuar de dos maneras: "La primera era generando una crisis diplomática con un Gobierno que, al margen, señoría, de las consideraciones que tengamos todos los grupos parlamentarios aquí presentes, ostenta la representación oficial de su país ante los organismos internacionales y ante 180 países del mundo".
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"Y la segunda vía para cumplir los acuerdos europeos -continúa- era evitando una crisis diplomática. El señor Ábalos consideró, con muy buen juicio, a mi juicio, que era preferible la segunda vía".
En su réplica, Maroto insistió en que "alguien tuvo que darle la instrucción al señor Ábalos para saltarse a la torera la instrucción de Bruselas... y parece muy claro que fue usted". En su segunda contestación, Sánchez no se refirió en absoluto a la noche de Delcy, y señaló con ironía el cambio de residencia del diputado popular (de Vitoria a un municipio segoviano) no para mantener el escaño, sino para "mostrar un compromiso cierto ante una tierra que sufre el declive demográfico".
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Afán de ocultamiento de una noche de la que, gracias a la labor de la UCO, se empiezan a conocer más datos. Como que días antes de aquel 20 de enero, Ábalos mandó el siguiente mensaje al presidente: "La vicepresidenta de Venezuela viene en privado el lunes y quiere verme discretamente como continuación del encuentro que tuve con el ministro de comunicación (que es su hermano). La gestión que acordamos en favor de las empresas españolas ha permitido que Duro Felguera haya cobrado una importante deuda". A lo que el líder socialista respondió: "Bien".
Continúa la resaca de la noche del 20 de enero de 2020, la noche del Delcygate. Para Pedro Sánchez, la resaca más larga de la historia. El último hallazgo de la UCO demuestra que Pedro Sánchez mintió al asegurar que desconocía las intenciones de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, de viajar a España. Los mensajes telefónicos hallados por la Guardia Civil demuestran que el presidente del Gobierno no solo era conocedor de este viaje, sino que autorizó a su ministro de Transportes y entonces hombre de confianza, José Luis Ábalos, a recibir a Delcy en el aeropuerto.