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Teléfono rojo Moncloa-Sol: el fuego a discreción arrasó una cita imposible
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Una llamada, cruce de wasaps y mucho plomo

Teléfono rojo Moncloa-Sol: el fuego a discreción arrasó una cita imposible

La agresividad previa entre Sánchez y Ayuso imposibilita la reunión, despachada por los jefes de gabinete en dos contactos breves. La presidenta comunicó su decisión a Feijóo, que le trasladó su "comprensión"

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en septiembre de 2022. (EFE/Emilio Naranjo)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en septiembre de 2022. (EFE/Emilio Naranjo)
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Viernes 18 de octubre a las 11:50 horas. Suena el teléfono rojo en la Moncloa. Diego Rubio, jefe de gabinete del presidente, atiende a la llamada que estaba esperando hacía un buen rato. Su homólogo en la Puerta del Sol, Miguel Ángel Rodríguez, no ha podido responderle antes y le saluda, cortés. Es la primera ve que hablan desde que Pedro Sánchez volvió a revolucionar su gabinete, a principios de septiembre. El intercambio verbal es rápido. Anuncio oficial y acuse de recibo.

Al grano, Rubio cursa la invitación de Moncloa a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para celebrar su encuentro bilateral el próximo 25 de octubre dentro de la ronda de reuniones que el dirigente socialista viene organizando con todos los líderes autonómicos al objeto de tomar impulso ante el bloqueo de sus socios parlamentarios. Por razón de precedencia —por el año en que aprobó su estatuto autonómico—, Madrid es de las últimas en ser convocadas junto a Baleares, Extremadura y Castilla y León. Rodríguez escucha en silencio a su interlocutor y promete contestar a la mayor brevedad posible tras despachar con su jefa. El contexto no invita a la palabrería.

La guerra de desgaste entre Moncloa y Sol ha alcanzado esa semana su cota de intensidad máxima. Ayuso acaba de originarle al Gobierno un problema de primera magnitud que no esperaban. El Tribunal Supremo ha dictado el miércoles la imputación, inédita en democracia, del fiscal general del Estado por un posible delito de revelación de secretos en la causa judicial que afecta a su pareja, por presunto fraude fiscal. El Gobierno reacciona furioso en bloque contra la decisión judicial y se sitúa del lado del fiscal frente a un "delincuente confeso". El propio Sánchez remata la faena el jueves en una comparecencia ante los medios desde Bruselas, en la que además de exigir la dimisión de Ayuso, vuelve a llamar "delincuente confeso" a su pareja y le acusa a ella de "beneficiarse". Ese día la líder madrileña celebra sus 46 años.

Apenas doce horas después del último fuego cruzado se produce la invitación de Moncloa. Si antes había dudas de que Ayuso acudiera, ahora ya es impensable. Y así lo confirmará, de jefe de gabinete a jefe de gabinete, en un breve cruce de mensajes de WhatsApp el lunes por la mañana, minutos antes de que Sol haga pública la nota de respuesta remitida a Moncloa en la que declina la oferta del presidente. La decisión está tomada desde el propio jueves por la noche.

Además de aludir a razones políticas -"la ruptura de la Hacienda común" y los pactos del PSOE con los independentistas-, el comunicado denuncia que "menos de 24 horas antes de la convocatoria", el presidente del Gobierno "difamó a la presidenta en viaje oficial a Bruselas, con unas gravísimas acusaciones" y lidera a sus ministros en "una campaña inaceptable e impropia de un Gobierno contra una administración inferior". El equipo de Ayuso afirma: "Esta situación tampoco se había vivido nunca. El deterioro institucional al que se está sometiendo a España no puede pasarse por alto". Moncloa habla de "irresponsabilidad" y "dejación de funciones".

Hace un mes que la líder madrileña ha expresado ante sus compañeros de partido su rechazo a acudir a las reuniones planteadas por Sánchez, al considerar que es una pérdida de tiempo y solo busca "blanquear" su oferta de pacto fiscal para Cataluña. El líder el PP, Alberto Núñez Feijóo, y muchos de los barones que sí asisten a la llamada, tuercen el gesto ante lo que consideran una osadía. Defienden que, a pesar de todo, no pueden "perder la institucionalidad"... Pero en las últimas horas todo ha cambiado.

Foto:  El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) recibe a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la Moncloa. (EFE/Archivo/J.J. Guillén) Opinión
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Ayuso telefoneó el domingo a Feijóo para informarle de que no acudirá a Moncloa tras las "difamaciones" vertidas por el presidente contra su persona desde Bruselas. Y el líder gallego, que en su día declaró que sería "un error" no asistir, le ofrece todo su apoyo. "Feijóo mantiene todo lo que dijo, pero es comprensivo con las motivaciones de Isabel. Comprende sus circunstancias porque Sánchez la ha llamado corrupta a ella, que no está imputada de nada, y delincuente a él (a su pareja)", afirman fuentes de Génova, que constatan que "todo se ha recrudecido en los últimos días" tras la imputación del fiscal general del Estado.

La mayoría de los barones cierran filas con su compañera, en público y en privado. Aunque el portavoz de la dirección nacional, Borja Sémper, pone el contrapunto: "Yo hubiera ido a esa reunión a decirle esto a la cara al presidente", afirma en Antena3.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, sale claramente en defensa de su compañera. "No es tolerable una persecución política ad hominem como la que se está realizando a Ayuso", asevera. También desde el equipo de Juanma Moreno dan su apoyo cerrado: "No se puede llamar gratuitamente y sin ningún tipo de sustento corrupta por sistema a una presidenta y al día siguiente llamarla para tomarse un café como si nada hubiera pasado".

"No le iban a dar nada en esa reunión. Luego no pierde nada", sostiene otro de los presidentes que ya han pasado por Moncloa. "Es verdad que es distinto al resto porque ella es la única presidenta de la que Sánchez está pidiendo la dimisión", añade antes de poner la guinda: "De todas formas, las cosas de Madrid, las entendéis en Madrid".

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (Europa Press/Fernando Sánchez) Opinión
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"Tiene todo el derecho a ir como a no ir", opina un compañero sin poder institucional. "Isabel acierta. Es imposible ningún entendimiento y sentarse no es viable", responde otro. "La tensión es tan grande que es normal que pasen cosas raras", tercia el último consultado. Nadie parece estar cómodo con esta situación, pero todos cargan la responsabilidad sobre la Presidencia del Gobierno de España.

Es un hecho que la batalla entre los dos mandatarios ha traspasado de lo político a lo personal. Aunque una de las fuentes recuerda algún otro episodio de la política nacional en la que no se respetó el deber institucional por razones de crispación política, no hay comparación. Entre las decisiones cuestionables figuran también los desplantes que el propio Sánchez le hizo al entonces presidente en funciones, Mariano Rajoy, con quien se negó a entrevistarse en varias ocasiones durante sus intentos de investidura en 2016. O el hecho de que el líder socialista, y también presidente en funciones, rechazara defender la postura del PSOE en el debate de investidura de Feijóo, hace un año. Pero esto, según Moncloa, es distinto porque Ayuso "representa a los madrileños" y tiene el deber de acudir.

Lo cierto es que existe el consenso generalizado, en la izquierda y en la derecha, de que Sánchez y Ayuso se retroalimentan, se encuentran cómodos en el combate directo y lo explotan porque a los dos les beneficia. El presidente utiliza a la dirigente madrileña para atizar a Feijóo, al pintarle de subordinado y repetir que "quien manda es la jefa". Y ella ejerce de beligerante opositoria al sanchismo, lo que le permite elevar su figura política por encima del plano autonómico.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante el XXVII Congreso Nacional de la Empresa Familiar celebrado en Santander. (Europa Press/Juanma Serrano)

En efecto, minutos antes de que estallara la noticia bomba de la imputación de Álvaro García Ortiz, el miércoles, el líder socialista replica a Feijóo en la sesión de control del Congreso: "De la A de Ayuso a la Z de Zaplana tienen un caso de corrupción para cada letra del abecedario". "La B de Begoña", contestará el jueves la presidenta desde la Asamblea regional, adonde está llamada a declarar la mujer del presidente, Begoña Gómez, el próximo 13 de noviembre. Una línea a la que no está dispuesto a llegar Feijóo, quien prefiere mantener las familias al margen de la refriega.

Como ya avanzó la pasada semana El Confidencial, Ayuso ha decidido "no dejar un ataque sin respuesta" a partir de ahora. Si Sánchez ladra, ella muerde.

"Gobierno mafioso, estalinista, tirano y caradura", recitará Ayuso. Palabras gruesas que añaden plomo a la artillería pesada que utilizan Sol y la Moncloa en su guerra de trincheras.

Viernes 18 de octubre a las 11:50 horas. Suena el teléfono rojo en la Moncloa. Diego Rubio, jefe de gabinete del presidente, atiende a la llamada que estaba esperando hacía un buen rato. Su homólogo en la Puerta del Sol, Miguel Ángel Rodríguez, no ha podido responderle antes y le saluda, cortés. Es la primera ve que hablan desde que Pedro Sánchez volvió a revolucionar su gabinete, a principios de septiembre. El intercambio verbal es rápido. Anuncio oficial y acuse de recibo.

Miguel Ángel Rodríguez Isabel Díaz Ayuso Pedro Sánchez Moncloa
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