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La corrupción rompe todos los puentes entre Sánchez y Feijóo y llevan la guerra a los tribunales
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MÁXIMA TENSIÓN

La corrupción rompe todos los puentes entre Sánchez y Feijóo y llevan la guerra a los tribunales

El presidente del Gobierno y el líder de la oposición encarnizan su pulso tras las últimas revelaciones judiciales y alejan cualquier entendimiento. Ferraz responde al frente jurídico de Génova y advierte: "No nos van a doblegar"

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, frente al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso (Europa Press/Eduardo Parra)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, frente al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso (Europa Press/Eduardo Parra)
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Recepción del 12 de octubre en el Palacio Real. Más de 1.300 invitados. En otros tiempos, un momento de distensión, de saludos y bromas entre políticos de distinto pelaje. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, aprovechó para acercarse a algunos barones del PP. El portavoz popular en el Congreso, Miguel Tellado, se paró con la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo ni se saludaron. El protocolo se rompió hasta para lanzarse fuertes reproches el uno al otro en sus respectivos corrillos.

La tensión entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición se encuentra en su momento más álgido. A finales de junio, PSOE y PP cerraron un pacto para la renovación del Consejo General del Poder Judicial. De aquel acercamiento no queda nada. El siguiente movimiento, un acuerdo para nombrar a la cúpula del Banco de España, se frustró porque el Gobierno propuso como gobernador al ministro José Luis Escrivá. Ni siquiera han llegado a buen puerto las conversaciones para alcanzar un pacto migratorio que ponga fin a la situación de colapso que vive Canarias. A principios de octubre, el PP se levantó de la mesa.

Pero lo que ha acabado de dinamitar todos los puentes ha sido el asedio del PP al Ejecutivo por los últimos casos de corrupción y la imputación del fiscal general del Estado tras una maniobra del entorno de Isabel Díaz Ayuso. Moncloa y Ferraz amenazan con reaccionar también con iniciativas en los tribunales. Al desgaste que le produce a Pedro Sánchez la investigación judicial sobre posibles irregularidades en la labor profesional de su esposa, destapadas por El Confidencial, se suma el caso Koldo, que se ha agravado tras el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO), que sitúa al exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, como receptor de comisiones que van más allá del contrato de las mascarillas.

En la Audiencia Nacional se instruye, además, un caso paralelo sobre una trama millonaria de hidrocarburos, que ha llevado a la cárcel al comisionista Víctor de Aldama, cuyo nombre aparece en todos los problemas judiciales que asedian al Ejecutivo. El PP ha presentado una querella sobre posible financiación ilegal del PSOE. Esta decisión, junto a la imputación de Álvaro García Ortiz por la filtración de correos sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso, que ha cometido fraude fiscal, han encendido como nunca a los socialistas.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (PP / David Mudarra)

Ferraz anunció que denunciará a Feijóo en los tribunales si no comparece ante el Parlamento gallego para dar cuenta de los contratos de la Xunta con empresas de familiares suyos y estudian presentar una querella contra el PP por las acusaciones de haberse financiado de manera irregular. Las líneas rojas están saltando todas por los aires. Y todavía queda la comparecencia de Begoña Gómez en la Asamblea de Madrid y la del propio Pedro Sánchez en el Senado, a petición del PP.

Fuentes socialistas aseguran que los populares pretenden "acabar con el Gobierno por todos los medios" y avisan de que darán la réplica: "Nosotros nos defenderemos como consideremos, en todos los frentes". "Que les quede claro", subrayan, "no nos van a doblegar". "No nos vamos a dejar amedrentar por un PP trufado de ladrones". Moncloa y Ferraz no ocultan una rabia, visible en las declaraciones de Sánchez y que se percibe también en los territorios. En las federaciones socialistas, aunque todo se vive con menos intensidad que en los salones políticos de Madrid, mantienen que al partido siempre le cohesiona la sobreactuación del PP y cualquier tufillo a operación de acoso y derribo.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. (Europa Press/Fernando Sánchez)

El PSOE ha sufrido un duro golpe con lo que ya se puede denominar el caso Ábalos, pero se escuda en que le echaron del grupo parlamentario hace ocho meses, cuando empezó a conocerse la punta del iceberg. Por eso encapsulan toda la responsabilidad en el exministro, que durante un tiempo ejerció de mano derecha de Sánchez, y se revuelven contra el propósito del PP de presentar al Ejecutivo como corrupto. Y esa es precisamente la obsesión de Génova.

Enumerar los frentes judiciales que el Gobierno tiene abiertos se ha convertido en el día a día de Alberto Núñez Feijóo y de su equipo. Este viernes, el presidente del Gobierno sufrió un nuevo varapalo después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid rechazara su querella contra el instructor de la causa contra su mujer. La dirección del PP y sus servicios jurídicos trabajan a destajo para perfilar la estrategia de "desgaste total" contra Sánchez y situarle en el delicado marco de la corrupción, un asunto que, como bien sabe el Partido Popular, puede hacer caer gobiernos. En los discursos de los dirigentes del primer partido de la oposición se percibe cierto regusto de venganza por el recuerdo de la moción de censura de 2018, y por la creencia grabada a fuego de que "por menos" se desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa.

Génova quiere que la opinión pública perciba el 'caso Ábalos' como el 'caso Sánchez'. Su "obligación", defienden, es "echarle del Gobierno", cosa que intentarán con "todos los medios" a su alcance. Feijóo probó, sin éxito, a presionar a los socios del Ejecutivo para que "revisen" su apoyo al Ejecutivo tras las últimas revelaciones policiales. Pero sí espera hallar en los tribunales la clave para escalar el frente judicial y neutralizar el cortafuegos que Sánchez ha encontrado en Ábalos.

"No habrá política de Estado con Sánchez", subrayan en el PP. "Feijóo es un hombre en estado de desesperación", replican en el PSOE

La querella ante la Audiencia Nacional para ligar el fraude de los hidrocarburos con una presunta financiación ilegal del PSOE es solo el primer paso de un caso que, opinan, "no ha hecho más que empezar". Ya no existen las medias tintas. Génova contempla amplificar su batalla en los tribunales cuando se conozcan más datos del volcado de los teléfonos móviles, y aseguran no temer la posible contraofensiva judicial de los socialistas. "Toda opción que encontremos, la utilizaremos", zanjan.

El clima de desconfianza entre los dos grandes líderes es casi irrespirable. La relación ya era prácticamente inexistente antes del estallido del caso Koldo, pero la evolución de los múltiples frentes judiciales solo ha aumentado la profundidad de sus trincheras. La interlocución es nula, y las opciones de un pacto similar al que se logró con el desbloqueo del Poder Judicial, un espejismo. "No habrá política de Estado mientras Sánchez siga al frente del Gobierno", subrayan en Génova. "El PSOE ha planteado la legislatura en términos de guerra. Ellos no quieren interlocución. No van a plantearse acercamientos de ningún tipo".

Los socialistas responden a Génova que para hacer política de Estado es necesario "dos hombres o dos mujeres de Estado". "Ahora mismo está Pedro Sánchez y enfrente de él un hombre en estado de desesperación, que no asume lo que sucedió el 23-J", defienden. "Pretenden tumbar un Gobierno sustentado por una mayoría de votantes". "Que no nos infravaloren", repiten en la dirección del PSOE. "Este partido tiene 143 años de historia y Feijóo es un guisante en toda esta trayectoria", sentencian.

Recepción del 12 de octubre en el Palacio Real. Más de 1.300 invitados. En otros tiempos, un momento de distensión, de saludos y bromas entre políticos de distinto pelaje. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, aprovechó para acercarse a algunos barones del PP. El portavoz popular en el Congreso, Miguel Tellado, se paró con la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo ni se saludaron. El protocolo se rompió hasta para lanzarse fuertes reproches el uno al otro en sus respectivos corrillos.

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