El debate sobre la continuidad de Cerdán explota en el PSOE por el descontrol territorial y el caso Ábalos
Los escándalos del exministro y el malestar de algunos barones modifican el enfoque inicial del cónclave. Sánchez ha confirmado cambios en la dirección, que serán de más o menos calado en función del impulso que quiera dar al partido
A dos meses escasos del congreso federal del PSOE en Sevilla, convocado para ofrecer una imagen de unidad, renovar el ideario socialdemócrata y superar las heridas sangrantes del concierto catalán, nada es como debería ser en el partido. Uno de los barones más pacíficos, sanchista además de primera hora, el secretario general de Castilla y León, Luis Tudanca, se ha lanzado contra Ferraz, hay conatos de revuelta contra la dirección en otras autonomías y un malestar muy transversal por la marginación de los territorios dentro del proyecto socialista. En palabras de un veterano: "Donde no existía ninguna contestación al federal ahora existe".
Al hecho de que "empieza a dar la impresión de que no se controlan los territorios", se añadió este jueves otra traca del caso Ábalos (ya no se le puede llamar caso Koldo), que apunta a más jugosas comisiones por los contratos de las mascarillas y otros apaños. Y lo que iba a ser un cónclave para aplaudir el liderazgo de Pedro Sánchez, un modo de tomar la iniciativa y llenar el espacio hasta que se sepa si Junts apoya los presupuestos, discurrirá al final en un momento de incerteza.
Las dudas sobre el futuro, sobre cómo saldrá ahora el PSOE de ese congreso en este nuevo contexto, alcanzan a la figura de su secretario de Organización, Santos Cerdán. Las especulaciones respecto a si continuará o no forman parte de las conversaciones internas desde hace semanas, con opiniones de todo tipo. Desde quienes le ven sentenciado hasta los que creen que el presidente del Gobierno no sacrificará a una persona de su máxima confianza, el interlocutor con Carles Puigdemont y con Arnaldo Otegui y quien se prestó a ser la imagen del reencuentro con Junts en Bruselas. Entre medias están quienes piensan que "se le planta cara a Santos porque no se atreven con Sánchez".
La novedad de estas últimas horas es que el PSOE se ve golpeado por nuevos escándalos del caso Ábalos y el presidente, sostienen fuentes socialistas, se puede ver obligado a reaccionar. Y hasta quienes veían "poco previsible" la salida de Cerdán estiman ahora que "no se puede dar nada por sentado". No porque él tenga alguna relación con este turbio asunto, aunque fue la persona que recomendó a Koldo García como chófer de Ábalos (su primer empleo antes de hacerlo asesor del Ministerio de Transportes y hombre para todo). Si no porque a Sánchez le puede hacer falta una renovación profunda en el partido para coger impulso. "En los días previos al congreso el presidente puede hacer cualquier cosa". "Lo que suceda, lo sabremos con muy poco tiempo de margen", reflexionan en la organización.
El propio jefe del Ejecutivo, en conversación informal con los periodistas este sábado en la recepción de la Fiesta Nacional en el Palacio Real, adelantó que habrá cambios en el discurso y en los equipos. No dio más detalles, por lo que es imposible adivinar si se refería o no a los pesos pesados de la Ejecutiva Federal, Santos Cerdán o la vicesecretaria general, María Jesús Montero.
"Vienen meses de mucho ruido", vaticina un alto cargo. Después del informe de la Unidad Central Operativa (UCO), la consideración de Ábalos ha acabado de caer a plomo dentro del PSOE. Pese a que llegó a ser una persona querida en el partido, a nivel interno se estima que nunca lideró la organización, básicamente por falta de dedicación. Pepe Blanco, explican, "cambió el PSOE, lo modernizó, y eso no lo han hecho ni Ábalos ni Santos".
Esa dejadez es uno de los mayores reproches que se hacen al actual secretario de Organización. Pero se entremezclan con críticas por sus "malos modos". "Amenaza" a quienes osan discrepar con la línea oficial, revela uno de los afectados. Una actitud que, corroboran otros, también mantiene su adjunto Juanfran Serrano. No en todos los territorios se comparte esta opinión y hay quien apunta que la relación con ellos ha sido "buena", incluso en momentos de profundas diferencias de criterio.
Desde el acuerdo con ERC para un concierto catalán hay un "malestar latente" en el PSOE
Toda esta discusión interna trasluce una incomodidad de los territorios que no existía antes. Los únicos díscolos eran Emiliano García-Page y Javier Lambán y ahora la rebelión se ha extendido. La mecha ha sido el acuerdo del PSC con ERC para una financiación singular de Cataluña. Esto, confirman distintos dirigentes, ha sido el "punto de inflexión" porque ha impactado en el ámbito de la mayoría clara de Sánchez y va más allá de Castilla-La Mancha y Aragón.
La concesión de la amnistía a los independentistas ya fue un duro trago para el PSOE, pero ha dado sus frutos con la pacificación política de Cataluña. El cupo ha sido otro "salto" inesperado que el partido ha tenido que digerir en soledad, sin información de la dirección o aclaraciones ante el mantra de ERC de que es un concierto fiscal. "Echamos en falta que se nos contara cuál era la línea política", indican en los territorios.
Algo que se considera insólito y donde vuelve a surgir el recuerdo de José Luis Rodríguez Zapatero. "Blanco habría reunido a los secretarios generales", sostienen. "Había una voz clara y se tenía presencia en las federaciones". En ese sentido, se preferiría un número tres con un perfil "más didáctico", que dé explicaciones dentro y fuera del PSOE.
La posibilidad de conceder un concierto a Cataluña y rebajar su aportación a la caja común ha soliviantado a muchas federaciones afines a la dirección como Castilla y León, Madrid, Extremadura, Asturias e inicialmente Andalucía. Ese "malestar latente" motivó el primer Comité Federal del PSOE realmente complicado para la dirección. Aunque después se superó sin sobresaltos, hubo contactos como nunca entre los distintos territorios. Y se ha reforzado la comunicación al margen de Ferraz entre los secretarios generales y sus respectivos responsables de Organización.
Muchos consideran que la política nacional o les ha perjudicado o no les ayuda para construir una alternativa en sus propios territorios
Muchos consideran que la política nacional o les ha perjudicado o no les ayuda para construir su alternativa. Y todavía se duelen de la campaña de las autonómicas y las municipales del 28-M diseñada por Moncloa, donde el presidente, en un momento de evidente desgaste, tuvo un papel estelar y se impuso su presencia y la de los ministros. Se saldó con una debacle motivada sobre todo por la caída de la izquierda a la izquierda del PSOE.
Todo esto dibuja una dirección que opera al margen de los territorios, sin tener en cuenta su criterio ni dejar que participen en el debate nacional y con actitudes muy discutibles de democracia interna. "En la convención de A Coruña aprobamos un documento político que ni siquiera repartieron". Y el calendario del congreso federal, citan también como ejemplo, "se envió a los miembros del Comité Federal horas después de ser aprobado".
Aun así hay voces que defienden la continuidad de Santos Cerdán por el papel que ha jugado con Junts, porque Sánchez lo mandó a Bruselas a hacerse una foto con Puigdemont que, mantienen, ahora le impide ir a un restaurante con normalidad: "No creo que lo vaya a cambiar ni que sea aconsejable", afirman fuentes del PSOE, "por todo lo que ha tenido que hacer".
El debate ha explotado, pero todo depende de Sánchez. En algunas federaciones se asegura que el presidente "ha perdido autoridad", en otras se cree que vive instalado en la convicción de que dentro de seis meses nadie se acuerda de nada y por eso "piensa que puede hacer casi de todo". En Ferraz consideran que se equivocan quienes opinan que se le agota el crédito entre las bases del PSOE y afirman que "los militantes le adoran". Y en eso apuntalan su idea de que no es rentable para los barones ir contra Pedro Sánchez.
La realidad es que el presidente no habla con los secretarios generales y que crece el descontento interno porque Ferraz no conoce los territorios "al detalle". El congreso que iba a ser de las ideas, será sobre todo el del concierto catalán. Pero, ¿pasará algo en el PSOE? ¿Esa desazón por cómo se dirige el partido tendrá consecuencias? Pues la respuesta es que probablemente no. Aunque el cambio, apuntan en el partido, respecto a la situación de hace un año es palpable: "Todo el mundo está hablando por abajo".
A dos meses escasos del congreso federal del PSOE en Sevilla, convocado para ofrecer una imagen de unidad, renovar el ideario socialdemócrata y superar las heridas sangrantes del concierto catalán, nada es como debería ser en el partido. Uno de los barones más pacíficos, sanchista además de primera hora, el secretario general de Castilla y León, Luis Tudanca, se ha lanzado contra Ferraz, hay conatos de revuelta contra la dirección en otras autonomías y un malestar muy transversal por la marginación de los territorios dentro del proyecto socialista. En palabras de un veterano: "Donde no existía ninguna contestación al federal ahora existe".