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Estupor general ante el último truco de Sánchez con Junts: "Improvisa. Está dispuesto a todo"
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Equilibrios imposibles

Estupor general ante el último truco de Sánchez con Junts: "Improvisa. Está dispuesto a todo"

El Partido Socialista se da un respiro con Carles Puigdemont confiado en atraerle a la senda pactista con más cesiones, aunque la mayoría parlamentaria seguirá siendo una gran ficción

Foto: Pedro Sánchez, Santos Cerdán y Míriam Nogueras. (EFE/J.P. Gandul)
Pedro Sánchez, Santos Cerdán y Míriam Nogueras. (EFE/J.P. Gandul)
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Pedro Sánchez se ha dado un respiro con Carles Puigdemont para reforzar la ilusión de que la legislatura será larga. Aunque el camino esté lleno de dificultades —y trampas, del Gobierno hacia la oposición y viceversa— y nadie sepa cómo lo logrará ni a qué precio. Porque incluso si llegara a seducir al político de Waterloo, el PSOE tendrá que seguir haciendo equilibrios imposibles entre sus socios parlamentarios, enfrentados en dos bloques ideológicos —ERC, Bildu, Podemos frente a Junts, PNV y CC— y con el fuego cruzado entre independentistas catalanes que es abrasador para Moncloa.

La orden de retirar in extremis la senda de déficit presupuestario para renegociarla directamente con Junts, vía Suiza, ha generado estupor entre los aliados parlamentarios, que se sienten maltratados y acomplejados de ejercer de meros "costaleros" del sanchismo mientras este otorga prioridad absoluta a Junts. Un complejo que desde el PSOE intentan disipar alegando que ni ellos mismos saben cuál es el plan, más allá de "tender la mano a todos" y, sobre todo, "improvisar".

Pero también hay preocupación en Sumar, con voces que lamentan en privado la deriva del presidente al que ven "dispuesto a todo" para ganarse a los independentistas, aunque sin la fuerza suficiente para marcar la agenda de reformas sociales (ley de vivienda, reducción de jornada o plan fiscal).

"Están dispuestos a todo y han pedido que se remueva cielo y tierra para sacar los Presupuestos con Junts", exponen desde el equipo económico de Díaz. Distintas fuentes cuestionan el último requiebro del PSOE que, de entrada, significa beneficiar a las comunidades autónomas en detrimento del Estado. Un escenario imposible para Hacienda, hasta ayer. El "error conceptual", según el equipo de la vicepresidenta, es que se dé más margen de endeudamiento a los gobiernos autonómicos del PP para "quitar impuestos a los ricos" en vez de reforzar los servicios públicos.

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En el grupo parlamentario de Sumar existe división de opiniones entre los que tienen una óptica "confederal", como el propio Errejón, los comunes o Compromís, y defienden un reparto de los objetivos de déficit más beneficiosos para los territorios, y los que se llevan las manos a la cabeza ante las continuas cesiones del PSOE con Junts y ERC y denuncian en privado que "hay cosas que no son asumibles". Se refieren también a la pérdida de capacidad recaudatoria del Estado, como plantea el acuerdo con los republicanos para investir a Salvador Illa, y que la ministra de Hacienda ciñó el viernes al traspaso del impuesto de la renta. "Más agua en el vino", se jactó el secretario general de los posconvergentes, Jordi Turull.

Un pacto fiscal o "concierto económico solidario", según María Jesús Montero, que aún no ha sido explicado y que podría retrasarse más de lo inicialmente contemplado (primer semestre de 2025), lo que desata la desconfianza de los socios hacia la voluntad real de Sánchez de cumplir sus compromisos. Y que permite a Junts golpear en el riñón de ERC con su mantra de que apoya al PSOE "a cambio de nada", mientras ellos mantienen al límite sus pulsos, como este último en el que han forzado la renegociación de la senda presupuestaria.

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Pese a este contexto de incredulidad general, la conversación pública apunta a un cambio de rasante en la legislatura aún no visible. En Moncloa aseguran que hay "agua en la piscina" de Puigdemont, al que ven en disposición de seguir jugando la partida para convertirse en el "conseguidor" de Cataluña, aunque sea entre amenazas y con Salvador Illa en la Generalitat. Pero otros miembros del Gobierno prefieren ser prudentes por temor a que el pozo sea un espejismo de Sánchez en medio del desierto parlamentario.

De momento, Sánchez se toma un respiro y gana unos meses más con Junts. Estos le habrían reclamado esperar hasta que celebre su congreso orgánico donde Puigdemont será aclamado y en el que revisarán su corpus ideológico —con el plato fuerte del debate migratorio— y, lo más interesante, su línea estratégica. La gran incógnita sigue siendo si Junts logrará superar el marco del "legitimismo" y, ahora que se ve fuera de la Generalitat, volver al "circuito".

A la espera de saber si se aprueban la senda de déficit y los Presupuestos, hay pocas certezas en la actual vida política española, pero sí algunas ideas claras:

La supuesta "mayoría progresista" no existe y el Congreso seguirá siendo un calvario para el Gobierno. Aun así, Sánchez está dispuesto a aguantar en Moncloa, "con o sin el poder legislativo", ya sea con cuentas actualizadas o prorrogadas. Porque el factor decisivo es que no hay una suma alternativa que le tumbe, dado que el PNV y Junts tienen más que ganar con él que en una moción de censura con el PP y Vox, que descartan. De modo que será el líder del PSOE el que convoque elecciones cuando mejor le convenga. Y mientras las previsiones económicas vayan bien y no se recompongan los partidos a su izquierda, no llamará a las urnas.

Pedro Sánchez se ha dado un respiro con Carles Puigdemont para reforzar la ilusión de que la legislatura será larga. Aunque el camino esté lleno de dificultades —y trampas, del Gobierno hacia la oposición y viceversa— y nadie sepa cómo lo logrará ni a qué precio. Porque incluso si llegara a seducir al político de Waterloo, el PSOE tendrá que seguir haciendo equilibrios imposibles entre sus socios parlamentarios, enfrentados en dos bloques ideológicos —ERC, Bildu, Podemos frente a Junts, PNV y CC— y con el fuego cruzado entre independentistas catalanes que es abrasador para Moncloa.

Pedro Sánchez Junts per Catalunya Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
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