Edmundo González niega "coacciones" del Gobierno y desbarata la estrategia del PP
El líder opositor desmiente a Génova y asegura no haber recibido "presiones" del embajador español en Caracas. González elogia la labor del Ejecutivo después de que el PP situase a Sánchez como "implicado" en el "golpe" de Maduro
Génova ensayó la estrategia más dura contra el Gobierno por la crisis de Venezuela, y resbaló. Fue el propio Edmundo González el que desmintió al PP y negó en un comunicado haber recibido ningún tipo de "presión" o "coacción" por parte del embajador español en Caracas, Ramón Santos, ni por ningún miembro del Ejecutivo de Sánchez. Horas antes, el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, abrió la veda acusando sin paños calientes al Gobierno de estar "implicado" en el "golpe de Estado" en Venezuela.
El PP montó en cólera cuando el líder opositor hizo público en la tarde del miércoles que firmó, bajo amenaza del régimen y en la embajada española de Caracas, un documento en el que reconocía la victoria de Nicolás Maduro para poder salir de Venezuela. A partir de ese momento, la tensión en el debate político nacional escaló a su cota máxima. La mecha la prendió González Pons al situar a Albares y Sánchez como "cómplices" de "descabezar a la oposición" en Venezuela, pero no fue el único. También FAES, la fundación dirigida por el expresidente José María Aznar, acusó al ministro de Exteriores de poner "mesa y mantel" para "coaccionar" a Edmundo González.
Génova ni desautorizó ni matizó a su vicesecretario de Institucional, como sí ha hecho en otras ocasiones en que González Pons se ha pasado de frenada. Le forzó a rectificar, por ejemplo, cuando aseguró en un foro en Barcelona a principios de año que el Tribunal Constitucional es "el cáncer del Estado de Derecho". Fuentes de la dirección nacional del PP aseguraban incluso compartir el fondo del mensaje de González Pons, aunque ni ellos ni Feijóo repliquen "semánticamente" sus declaraciones.
En efecto, el líder del PP no repitió las palabras gruesas del dirigente, pero sí pidió la dimisión de José Manuel Albares y el "reemplazo" de Santos en Caracas. "Bajo ningún supuesto es tolerable que en una embajada española se coaccione a un representante legítimo de un pueblo soberano, menos aún de quienes son protagonistas de un demoledor informe de Naciones Unidas por violación de derechos humanos", afirmó, en alusión a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez; y a su hermano y presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, ambos presentes en la firma del documento que permitió a González pedir asilo en España.
La foto de la extorsión.
— Cayetana Álvarez de Toledo (@cayetanaAT) September 18, 2024
Extorsionadores: Jorge y Delcy Rodriguez. Ella, sancionada por la UE.
La víctima: el presidente electo de Venezuela.
Lugar: la residencia del Embajador de España en Caracas.
Criminal. pic.twitter.com/YffyuMHnnu
Pero el comunicado del propio Edmundo González partiendo una lanza a favor del Gobierno desbarató la estrategia 'dura' del PP. El Gobierno siempre ha negado negociación alguna con el régimen chavista para facilitar el exilio de Edmundo González. "El embajador tenía instrucciones precisas para no inmiscuirse en su libertad", justificó Albares tras estallar la polémica, visiblemente molesto con las acusaciones del PP. "España no tiene absolutamente nada que ver con ningún tipo de negociación, con ningún tipo de documento que haya podido haber entre Edmundo Gonzalez y el Gobierno de Venezuela", aseguró.
Y el líder opositor le dio la razón. El escrito no daba lugar a dudas. "No he sido coaccionado ni por el Gobierno de España ni por el embajador español en Venezuela. Las gestiones diplomáticas realizadas tuvieron como único propósito facilitar mi salida del país, sin ejercer ningún tipo de presión sobre mí", escribió González, que relató cómo el Ejecutivo "garantizó su seguridad" en todo momento, y destacó la labor del Ministerio de Asuntos Exteriores en el proceso. "Con esta declaración, espero aclarar cualquier duda o malentendido sobre la naturaleza de mi traslado y reiterar el agradecimiento a las autoridades españolas por su apoyo y compromiso".
"La equidistancia es colaboracionismo"
Desde el principio, la estrategia del PP tenía sus riesgos. Pero aún así decidió abrir fuego acusando directamente al Ejecutivo de participar en el golpe de Maduro por el episodio de la embajada española. Desde el principio, los decibelios del vicesecretario de Institucional desviaron el foco de la polémica, y es por ello que hay voces en los cargos intermedios del partido que lamentaban que Pons "se haya vuelto a pasar" en sus críticas al Gobierno.
Con todo, los populares se reafirman en que Sánchez sigue teniendo la urgente responsabilidad de tomar una postura clara a favor o en contra del régimen. "La equidistancia", a su juicio, "es colaboracionismo". Y Feijóo se encargó incluso de llevar ese mensaje a instancias comunitarias.
El líder del PP mantuvo este jueves una cita con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y con el ministro de Exteriores, Antonio Tajani. El guion de la cita lo marcó la inmigración, pero el presidente de los populares no perdió la oportunidad de aprovechar la visita internacional para visibilizar la supuesta connivencia de Sánchez con el régimen venezolano, por su negativa a encumbrar a Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela. "La diplomacia española no puede estar al servicio de un régimen dictatorial", afirmó en Roma.
La presión fue a más después de que el Parlamento Europeo aprobase simbólicamente el reconocimiento al líder opositor. El grupo de los socialdemócratas (S&D), donde se encuadra el PSOE, se opuso. La única excepción fueron los socialistas portugueses, que avalaron el trámite junto al PPE, los ultraconservadores del ECR y la extrema derecha de Patriotas por Europa.
Para Génova, Sánchez sólo tiene una salida si no quiere que se le relacione con Maduro: "liderar el frente internacional" gracias a su papel como presidente de la Internacional Socialista, desmarcarse de forma "clara" del régimen chavista y presionar en la esfera exterior para respetar el criterio de las urnas en Venezuela. "España es el freno para que el mundo reconozca a Edmundo González", sentencian en la dirección nacional del PP.
Génova ensayó la estrategia más dura contra el Gobierno por la crisis de Venezuela, y resbaló. Fue el propio Edmundo González el que desmintió al PP y negó en un comunicado haber recibido ningún tipo de "presión" o "coacción" por parte del embajador español en Caracas, Ramón Santos, ni por ningún miembro del Ejecutivo de Sánchez. Horas antes, el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, abrió la veda acusando sin paños calientes al Gobierno de estar "implicado" en el "golpe de Estado" en Venezuela.
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