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Retrato de un engaño: la tortura de Junts, la súplica a Ábalos y Sánchez al raso
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Ley de alquileres vacacionales

Retrato de un engaño: la tortura de Junts, la súplica a Ábalos y Sánchez al raso

Errejón contactó 5 veces con Nogueras para atar la abstención de Junts, que pasó al "no" cuando Sánchez, descorbatado, entró en el Pleno. "Son unos descerebrados", lamenta el PSOE. "Un mentiroso ha sido mentido", resume el PP

Foto: El presidente del Gobierno Pedro Sánchez (i) y la vicepresidenta primera del Gobierno María Jesús Montero, en la votación fallida. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez (i) y la vicepresidenta primera del Gobierno María Jesús Montero, en la votación fallida. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
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Son varias las teorías que tratan de explicar la inesperada derrota de la ley de alquileres vacacionales de Sumar el martes en el Congreso. Pero al final todas conducen al mismo punto. Junts ha escalado su guerra psicológica sobre el Gobierno de Pedro Sánchez. No le perdona la investidura de Salvador Illa en Cataluña. Y machaconamente le recuerda, semana a semana, que la legislatura en España depende de sus siete diputados. "Son unos descerebrados", se quejaban ayer en la dirección socialista. "Un mentiroso ha sido mentido. Bonito baño de realidad", se jactaron en el grupo del PP.

La jornada había transcurrido con una extraña calma en la Cámara Baja por el anuncio de Junts de que se abstendría ante la proposición de ley de Sumar para regular los alquileres vacacionales. Rechazaban cada punto del texto, pero su portavoz parlamentaria, Míriam Nogueras, confirmó a los periodistas lo que su secretario general, Jordi Turull, había anunciado en público a primera hora: "Abstención".

A las 13.30 horas el PNV anunció su "apoyo crítico" tras una última reunión de Aitor Esteban con Errejón. A los de Sabin Etxea tampoco les gustaba la letra, pero permitirían tramitarlo para enmendarlo. Lo mismo anunció la diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido. De esta manera, a Íñigo Errejón se le despejaba el camino para salvar el veto del PP, Vox y UPN, aunque fuera por un solo voto de diferencia. Hasta cinco veces contactó Íñigo Errejón con Nogueras para asegurarse: "Abstención".

Pero aún quedaba un fleco suelto. José Luis Ábalos. El portavoz de Sumar había enviado a una diputada de su grupo a su despacho en el destierro del grupo mixto pero no lo encontró y Errejón cogió el teléfono para pedirle el voto pasada la hora de comer. "Te necesitamos", le rogó mientras Ábalos se dirigía en coche al Congreso. "Votaré que sí solo porque me has llamado", le respondió el exministro y exsecretario de Organización de Ferraz caído en desgracia tras el estallido del caso Koldo, quien se quejó de que el PSOE solo le contacta a través de la secretaria del grupo parlamentario, para informarle del sentido del voto de los socialistas.

Foto: La presidenta del grupo parlamentario de JxCAT en el Congreso, Miriam Nogueras. (EFE)

Ábalos, quien precisamente ayer solicitó su readmisión como militante del PSOE, le recordó a Errejón que la situación "había cambiado" desde la auditoría que el Ministerio de Transportes de Óscar Puente encargó sobre la trama de Koldo dentro de su departamento, y que no tenía "compromiso" con la dirección socialista. Pero la llamada personal del diputado de Sumar le ablandó. Y Errejón transmitió a los socialistas que las cuentas salían. Había que llamar al presidente para que acudiera al Pleno porque su voto era imprescindible.

Sin embargo, todo cambió cuando Sánchez, descorbatado, entró en el hemiciclo. Tres minutos antes de iniciar la votación, Nogueras le informó a Errejón del giro brusco de guion: Junts votaría "no". El luminoso confirmó la derrota para desesperación de Sumar y enfado notable de Sánchez, quien buscó con la mirada a su secretario de organización, Santos Cerdán, sentado dos filas detrás. El diputado navarro, principal negociador del PSOE con Junts, abandonó el hemiciclo junto a Sánchez para intentar explicarle qué había pasado. "Con Junts no funcionan los chantajes", les respondió ayer Carles Puigdemont por redes sociales.

Foto: La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras (EFE / Javier Lizón)

"Me van a cortar la cabeza", se dolió Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, aunque no fuera él responsable del resultado. "Un mentiroso ha sido mentido. Baño de realidad", celebraron desde el grupo del PP, que rompió a aplaudir en el hemiciclo para escarnio del Gobierno.

"Es indecente", se quejó el portavoz de Sumar al finalizar la sesión, en la que, curiosamente, sí se aprobó la toma en consideración de una proposición de ley de los de Puigdemont para endurecer las penas a los multirreincidentes. "No podemos fiarnos de su palabra", se quejaban en los grupos que conforman el Ejecutivo de coalición. La misma crítica que entonan los socios sobre Sánchez.

Son varias las teorías que tratan de explicar la inesperada derrota de la ley de alquileres vacacionales de Sumar el martes en el Congreso. Pero al final todas conducen al mismo punto. Junts ha escalado su guerra psicológica sobre el Gobierno de Pedro Sánchez. No le perdona la investidura de Salvador Illa en Cataluña. Y machaconamente le recuerda, semana a semana, que la legislatura en España depende de sus siete diputados. "Son unos descerebrados", se quejaban ayer en la dirección socialista. "Un mentiroso ha sido mentido. Bonito baño de realidad", se jactaron en el grupo del PP.

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