Koldo, Begoña, Azagra... Guardias civiles ven "fines políticos" en la vuelta de Mercedes González
La exdiputada del PSOE leal a Sánchez asume el cuerpo del que dependen las investigaciones al entorno del presidente y evita un nuevo pulso entre Robles y Marlaska
El Gobierno ha recuperado a Mercedes González para dirigir la Guardia Civil. Ya ocupó ese puesto durante cuatro meses el año pasado y lo dejó para integrar las listas del PSOE en las elecciones generales. Es una dirigente próxima al presidente Pedro Sánchez y vuelve a una institución que en este tiempo ha asumido tres investigaciones sensibles que afectan al entorno más cercano del líder socialista. Sectores de la Guardia Civil han recibido su nombramiento con escepticismo. Denuncian la “inestabilidad” en la que se encuentra el cuerpo y ven “fines políticos” en un nombramiento de marcado perfil político que daña su imagen.
“La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) quiere expresar su preocupación ante la creciente inestabilidad en la dirección de la Guardia Civil”. De este modo arranca el comunicado de la principal asociación profesional del Instituto Armado. Señalan al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien acomete su cuarta permuta al frente de la Guardia Civil. Primero cesó al juez Félix Azón al inicio de su mandato. En su lugar, nombró a María Gámez, con un perfil más próximo al PSOE. Mantuvo esa línea cercana al partido con Mercedes González, que venía de desempeñar el cargo de delegada del Gobierno en Madrid. Había protagonizado las quinielas para alguna candidatura en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023, pero su destino fue la Guardia Civil.
Cuando Pedro Sánchez adelantó las elecciones en ese verano, el partido llamó a filas a esta militante, que consiguió un escaño por Madrid en el Congreso de los Diputados. Mercedes González solo estuvo entre marzo y junio de ese año al frente de la Guardia Civil. Su sustituto fue Leonardo Marcos, un perfil más técnico. Ahora el Gobierno vuelve a confiar las riendas del instituto armado a una mujer del partido. “Hemos sido testigos de un número insólito de cambios, un hecho que genera gran inquietud y preocupación en la institución”, se queja la AUGC.
“El liderazgo en la institución parece obedecer más a intereses políticos que a criterios técnicos o estratégicos, lo que pone en riesgo no solo la estabilidad interna, sino también la imagen y confianza de la ciudadanía en la Guardia Civil”, añade esta asociación, que hace suyo el comentario que comparten en privado otros consultados por El Confidencial que prefieren permanecer en el anonimato. “Son motivos políticos y de control de los mandos”, dice un miembro de esa escala de oficiales consultado.
Hay quienes no ven con buenos ojos que Mercedes González dejase el cuerpo “a las primeras de cambio” tras solo cuatro meses para concurrir a unas elecciones. “Me parece una falta de respeto, no le dio no tiempo ni a quemarse. Se ve que no era importante para ella”, comentan. En la institución no obvian tampoco la actual coyuntura, marcada por las investigaciones judiciales y periodísticas que afectan a La Moncloa.
Tres investigaciones sensibles
Mercedes González pasa de la bancada socialista a la Guardia Civil en un momento en el que el cuerpo tiene entre manos las investigaciones del llamado ‘caso Koldo’, el ‘caso Begoña Gómez’ y la causa que investiga al hermano del presidente del Gobierno en Badajoz. En concreto, las tres corren a cargo de la Unidad Central Operativa (UCO), el grupo de élite de la Guardia Civil en la lucha contra la corrupción.
El caso Koldo se investiga en la Audiencia Nacional y tiene que ver con el cobro de comisiones ilegales a cambio de adjudicaciones de contratos públicos para comprar material sanitario durante la pandemia. Por estos hechos está imputado, entre otros, el principal asesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos. Este ministro fue el secretario de organización del PSOE y la persona que acompañó a Sánchez en su lucha por hacerse con las riendas del partido.
Ábalos fue cesado en julio de 2021 por una pérdida de confianza de la que nunca trascendieron los motivos. Las pesquisas sobre su gestión siguen su curso y amenazan con seguir escalando. El sucesor de Ábalos en el ministerio, Óscar Puente, encargó una auditoria interna que deja a Ábalos a un paso de la imputación. Fuentes conocedoras del caso avanzan que la UCO prepara un nuevo informe que remitirá al juez del caso Ismael Moreno.
En cuanto a Begoña Gómez, la UCO registró hace semanas la casa y las oficinas del empresario al que apoyó la mujer de Pedro Sánchez para que se hiciera con contratos públicos millonarios. Todo ese material está pendiente de ser analizado en su totalidad y remitido al juez de instrucción número 41 de Madrid, Juan Carlos Peinado. La Guardia Civil también interviene en el caso de presunta corrupción que investiga el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz y que afecta al hermano de Pedro Sánchez.
Pérez de los Cobos y el pulso con Defensa
En la Guardia Civil hay quien ha recordado en las últimas horas lo que pasó con el coronel Diego Pérez de los Cobos. El mando fue cesado por la entonces directora María Gámez porque se negó a revelar detalles de una investigación judicial en la que trabajaban sus subordinados y que afectaba a los intereses del Gobierno de Sánchez. Grande-Marlaska propuesto condecorar a aquella directora general con la Gran Cruz al Mérito, la máxima distinción en el cuerpo. Ya el año pasado, la premió con otra medalla con distintivo de Plata.
La elección de Mercedes González también significa una elección salomónica ante el habitual pulso entre Interior y Defensa por influir en la Guardia Civil, un instituto armado de naturaleza militar, pero integrado en la estructura de las fuerzas de seguridad. El juez Félix Azón era próximo a la ministra Margarita Robles y Grande-Marlaska lo cesó para nombrar a alguien de su confianza como María Gámez, quien dimitió porque su marido resultó imputado en un caso de corrupción del que luego resultó exonerado. La llegada de Mercedes González es una apuesta de partido que pone paz en ese conflicto en el seno del Consejo de Ministros.
Las molestias que pudiera provocar la llegada de Mercedes González se han visto aminoradas por el malestar generalizado que existía en el instituto armado en torno a la figura del director saliente, Leonardo Marcos. Este responsable había perdido también la confianza del ministro, según fuentes conocedoras de la relación. Mantuvo un liderazgo conflictivo y temperamental que le llevó a mantener roces con Grande-Marlaska y con altos mandos del cuerpo. Según el ministerio, presentó su dimisión el pasado 12 de septiembre.
Ha habido asociaciones profesionales que se han mostrado más cautas que la AUGC con la llegada de Mercedes González. Desde JUCIL, le han dado la bienvenida y han manifestado su confianza en un "cambio de rumbo" con más diálogo con las asociaciones profesionales y una mejora de las condiciones laborales de los agentes. APROCG, la asociación que engloba a los mandos, no ha emitido ninguna valoración.
Sin embargo, guardias civiles del entorno de este colectivo consultados por este periódico recordaron este martes que Leonardo Marcos fue quien abrió expediente y suspendió cautelarmente a dos de sus integrantes por una nota de prensa en la que se mostraban en contra de la ley de amnistía. En el comunicado aludían a su juramento como militares para "derramar sangre" en defensa de España y la Constitución. La sanción no llegó a completarse porque la suspendió el Tribunal Militar Central.
El Gobierno ha recuperado a Mercedes González para dirigir la Guardia Civil. Ya ocupó ese puesto durante cuatro meses el año pasado y lo dejó para integrar las listas del PSOE en las elecciones generales. Es una dirigente próxima al presidente Pedro Sánchez y vuelve a una institución que en este tiempo ha asumido tres investigaciones sensibles que afectan al entorno más cercano del líder socialista. Sectores de la Guardia Civil han recibido su nombramiento con escepticismo. Denuncian la “inestabilidad” en la que se encuentra el cuerpo y ven “fines políticos” en un nombramiento de marcado perfil político que daña su imagen.
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