El penúltimo servicio de Mercedes González: la mujer para todo de Sánchez
Moncloa recupera a la exdiputada para dirigir la Guardia Civil, que ya fue delegada del Gobierno en Madrid e impulsada sin éxito como candidata del PSOE a la alcaldía de la capital
No hace tanto que Mercedes González era la gran esperanza del PSOE para Madrid. Pedro Sánchez le asignó ese papel hace tres años, primero como delegada del Gobierno y después como líder del partido en la ciudad, y ella lo ejerció con entrega hasta que le dijeron lo contrario. El propio Sánchez, amigo personal de González, la apartó de la candidatura para la capital antes de las elecciones del 28 de mayo y ella lo asumió con la misma disciplina. Pero la lealtad y la discreción tuvieron premio entonces, con la dirección de la Guardia Civil, y también ahora, recuperada para el cargo en el Instituto Armado tras concurrir en las últimas generales.
La ya exdiputada del PSOE es una especie de comodín al servicio del partido. Esa, precisamente, fue la explicación que dieron en su equipo cuando Sánchez dio un golpe de mano y buscó otra candidata para Madrid. Está para lo que le digan. Y lo cierto es que el penúltimo encargo de Moncloa alimenta aún más esa percepción, con González elegida para dirigir la Guardia Civil ante un horizonte más que complicado por las investigaciones que afectan al Gobierno socialista, como el caso Koldo o el de Begoña Gómez y el hermano del presidente del Ejecutivo.
Mercedes González ha tenido varias idas y venidas en apenas tres años. Exconcejal en el Ayuntamiento de Madrid con fama de guerrera, fue designada delegada del Gobierno en marzo de 2021 para batallar con Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida en todos los frentes. Todo el mundo daba por hecho que el nombramiento era una estrategia política para catapultar a González y disparar su popularidad antes de las elecciones autonómicas y municipales de 2023, en las que sería candidata.
La sala de máquinas de Ferraz buscaba la némesis del tique electoral del PP, convencidos de que la ahora directora del Instituto Armado iba a hacer gala de su reputación y no iba a callarse ante nadie ni rehuir ninguna polémica. El resultado fue una bronca casi constante, con episodios como el que protagonizó con Almeida, con quien tiene una buena relación, al estilo del dúo Pimpinela. El PSOE impulsó en unos meses la agrupación de Madrid Ciudad, con la pretensión de agrupar todos los distritos bajo un mismo mando, y puso todos los huevos en la cesta de González. Ni siquiera hubo rivales, aunque la decisión no sentó demasiado bien en algunos sectores socialistas en la región.
El PSOE de Madrid creyó entonces haber encontrado el antídoto, tras décadas de derrotas y condenado a la irrelevancia y a un segundo plano en la izquierda. Pero tan pronto se dispararon las expectativas como cayeron de golpe. La propia Mercedes González llegó a explicar públicamente la estrategia de la nueva agrupación, aunque nunca llegó a confirmarse su candidatura. El runrún de que Ferraz se había equivocado comenzó a tomar forma a las puertas del 28-M, al tiempo que los nombres de los ministros aparecían en todas las quinielas. Mercedes, la mujer para todo de Sánchez, no tenía tirón.
Pedro Sánchez descartó a su primera opción para la alcaldía de Madrid, soliviantando aún más a algunos cuadros internos socialistas, que ya hablaban del enésimo bandazo, y eligió en su lugar a Reyes Maroto. La exministra de Industria salvó los muebles y contuvo la fuga de escaños en Cibeles, aunque continuó como tercera fuerza política y por detrás de Más Madrid. Mercedes González encontró acomodo en la Guardia Civil durante solo unos meses, entre marzo y junio, antes de entrar en las listas del PSOE para las elecciones generales de julio de 2023. Y ahora, como tantas veces, vuelta a empezar: nuevo servicio en el Instituto Armado.
No hace tanto que Mercedes González era la gran esperanza del PSOE para Madrid. Pedro Sánchez le asignó ese papel hace tres años, primero como delegada del Gobierno y después como líder del partido en la ciudad, y ella lo ejerció con entrega hasta que le dijeron lo contrario. El propio Sánchez, amigo personal de González, la apartó de la candidatura para la capital antes de las elecciones del 28 de mayo y ella lo asumió con la misma disciplina. Pero la lealtad y la discreción tuvieron premio entonces, con la dirección de la Guardia Civil, y también ahora, recuperada para el cargo en el Instituto Armado tras concurrir en las últimas generales.