La mefedrona se postula como la droga del doblete: "Después de la fiesta, al gimnasio"
Tomar mefedrona durante toda la noche para beneficiarse de sus efectos haciendo deporte al día siguiente se está convirtiendo en una moda
Un gimnasio de CrossFit del distrito Retiro, en Madrid, ha cambiado sus horarios. Lo hace por primera vez, tras seis años abierto: ahora, los sábados y domingos empiezan las clases a las 7 de la mañana. Son dos horas antes de lo normal, las 9, unas clases a las que no iba prácticamente nadie: "A las 9 estábamos el instructor y yo. Muchos sábados no ha venido una sola persona", explica a este periódico el gerente del gimnasio.
Desde hace unos meses, hay un grupo creciente de usuarios que quiere entrenar a primera hora del fin de semana. Sin embargo, no son clases a las que se apunte cualquiera: "A esas horas van los que se están preparando el Iron Man o los que vienen de empalmada", dice el gerente.
Se refiere a un combo que ha ganado popularidad en España recientemente: alargar el consumo de mefedrona, una droga recreativa, hasta el entrenamiento de la mañana. Ha corrido el rumor, como puede comprobarse en cualquier foro sobre fitness de la red, de que la mefedrona tendría un efecto similar, aunque menos intenso, que el de los anabolizantes.
A Álvaro Carmona, Doctor en Medicina Molecular y profesor universitario, le llegó por un amigo. "Un colega me contó que hay grupos en su gimnasio que toman mefedrona por la noche y van directos a entrenar, como si fuera cualquier suplementación alimenticia", explica a este periódico. "Me parece una barbaridad, una práctica con mucho riesgo para la salud".
"Ir de mefedrona al gimnasio y ponerse a tirar como un loco tiene un riego importante"
Carmona explica que la mefedrona funciona como una anfetamina: "Produce la liberación de serotonina, lo que implica euforia y un incremento de la energía, de ahí que la gente pueda pensar que es una sustancia que mejora su rendimiento deportivo", detalla Carmona. "Pero nos encontramos ante un vasoconstrictor, esto es, una sustancia que va a hacer que tus vasos sanguíneos se contraigan. Esto ya va a implicar un mayor trabajo del corazón que, junto a la deshidratación y hacer un ejercicio de alta intensidad, puede ponerte en riesgo de un accidente cardiovascular", explica.
"No entiendo por qué se está pensando en la mafedrona como uso deportivo. Sospecho que tiene que ver con la euforia y la pérdida de peso por deshidratación. Entiendo que es algo que puede inducir a pensar que el ejercicio va a ser más efectivo, pero es una creencia absurda, como la del Monster: los gimnasios están llenos de chicos jóvenes tomándolo, cuando lo único que se están generando son enormes picos de glucemia que pueden derivar en síndrome metabólico o diabetes", continúa el doctor.
Una sustancia en duda
A principios de siglo, varios medios norteamericanos se refirieron a la mefedrona como "la droga del siglo XXI". Sintética y barata de fabricar, durante los primeros años del 2000 se vendió como una variante económica y legal del MDMA, hasta el punto de que se volvió muy popular en la práctica conocida como chemsex. En 2011, varios países europeos, entre ellos España, la incluyeron en sus listas de sustancias ilegales.
En teoría, esto no frenó la dispersión de la sustancia, que sigue presente en la noche de cualquier ciudad, pero solo nominalmente. "Hace años que no detectamos mefedrona en España. Es cierto que se siguen vendiendo sustancias con ese nombre, pero no es la 4-MMC, la mefedrona que se prohibió en 2011", explica Mireia Ventura, coordinadora de Drug Cheking en Energy Control, la institución más prestigiosa en materia de drogas de España.
"Hay que tener en cuenta que la mefedrona era legal hace pocos años. Entonces, cuando la ilegalizan, los productores buscan variantes de la formulación original, 4-MMC, para que no figuren entre la lista de estupefacientes. El problema de esto es que, con un mínimo cambio en la formulación, obtenemos un compuesto nuevo del que no sabemos nada. No hay experiencia de uso, no sabemos qué dosis es tóxica: sus consumidores están haciendo de conejillos de indias", continúa Ventura.
"No hay experiencia de uso: sus consumidores están haciendo de conejillos de indias"
"Según nuestros estudios, solo el 20% de la mefedrona que se vende es auténtica. Esto no sucede con ninguna otra sustancia de las que se venden en la calle", continúa la farmacóloga. "Es más, las nuevas catinonas que se están vendiendo como mefedrona tienen un mayor perfil tóxico que la mefedrona, esto es, que la dosis recreativa está más cerca de la tóxica".
Desde Energy Control no ha registrado casos de uso en gimnasios y afirman que sigue siendo una sustancia propia del chemsex, aunque hace tiempo que llegó a otros ámbitos. "Es habitual que alguien pueda haber consumido mefedrona, o lo que le dijeron que era mefedrona, y la haya confundido con otras drogas, porque esnifada tiene unos efectos parecidos a los de la cocaína, pero por vía oral se parece al éxtasis.
Por último, Carmona ha detectado otro uso preocupante. "He visto a gente combinar la mefedrona con GHB, el conocido como éxtasis líquido, de forma alterna. Incluso hay apps que te dicen cuándo tienes que tomar una, y cuando la otra. Se toman un estimulante y después GHB, que tiene efectos ansiolíticos, para compensar. El GHB es peligroso, porque en grandes cantidades puede provocarte una depresión del sistema nervioso que dejes hasta de respirar, y juntarlo con la mefedrona me parece la forma perfecta para olvidarte de las dosis y meterte en un problema".
Un gimnasio de CrossFit del distrito Retiro, en Madrid, ha cambiado sus horarios. Lo hace por primera vez, tras seis años abierto: ahora, los sábados y domingos empiezan las clases a las 7 de la mañana. Son dos horas antes de lo normal, las 9, unas clases a las que no iba prácticamente nadie: "A las 9 estábamos el instructor y yo. Muchos sábados no ha venido una sola persona", explica a este periódico el gerente del gimnasio.