Pedro Sánchez replica al 'game over' de Junts: gobernará "con o sin el poder Legislativo"

Pedro Sánchez se sacude de encima su debilidad parlamentaria. Con la Moncloa y Ferraz preparados ya mentalmente para una nueva prórroga presupuestaria por el deterioro de las relaciones con Junts, el jefe del Ejecutivo se reafirmó este sábado en que hay Gobierno "para rato" en su intervención ante el Comité Federal, aunque no disponga de apoyo para aprobar las cuentas del próximo año.

"Estamos listos para esta nueva etapa", defendió y "vamos a avanzar con determinación, con o sin apoyo de la oposición, con o sin concurso del Poder Legislativo". El presidente ratificó así su voluntad de gobernar pese a no disponer de una mayoría parlamentaria sólida. Las desavenencias con Junts son patentes después del impulso a la ley de amnistía y del acuerdo entre el PSC y ERC que ha permitido la investidura de Salvador Illa. Carles Puigdemont no ha sido amnistiado porque el Tribunal Supremo ha excluido del perdón político el delito de malversación. Y, además, los posconvergentes ponen el grito en el cielo porque les parece poco la nueva financiación para Cataluña.

Este miércoles en el Senado, durante la comparecencia de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para hablar de este tema, a petición del PP, el portavoz de Junts, Eduard Pujol, ya advirtió al Ejecutivo. "Quieren pasar del café para todos al kalimotxo para todos. Si se carga Bruselas, game over y fins aquí (hasta aquí)", señaló, en referencia a la vigencia del pacto suscrito con los socialistas y que permitió a Sánchez continuar en la Moncloa. En julio, el secretario general de Junts, Jordi Turull, adelantó que las condiciones de ese acuerdo habían cambiado y debía ser revisado. "La ley de amnistía se ha de aplicar y queremos ver cómo el Gobierno hace todo lo posible para que se aplique".

La amenaza de Junts de retirarle el apoyo es clara y en ese contexto interpretan en el PSOE las palabras de Sánchez de que gobernará "con o sin el Poder Legislativo". A lo largo de esta semana el Gobierno ha puesto en circulación el discurso de que nada cambiará, aunque esta formación les tumbe los presupuestos. La decisión política que se ha adoptado es presentarlos y, su tesis, a diferencia de lo que se defendía en 2019, es que si caen eso no aboca directamente a un adelanto de las elecciones.

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Todos estos mensajes están dirigidos a quienes ven la legislatura muerta, si el Gobierno no logra aprobar las cuentas de 2025, pero también directamente a Junts y su amenaza de "game over". Desde el comienzo de esta nueva etapa, con una mayoría más heterodoxa que incluye a los de Puigdemont y a Podemos, en la Moncloa ya asumían que deberían rebajar su actividad legislativa. Se aprobarían menos leyes pero algunas se aprobarían.

Ahora en el Ejecutivo nadie explica cómo se puede gobernar sin el Legislativo. El margen se limita a acuerdos del Consejo de Ministros y a reales decretos. Poca actividad políticamente transformadora. Las prioridades que se han fijado son leyes sociales donde entienden que es más fácil encontrar apoyos, incluso entre los grupos de la oposición. Y en eso confían, en poder negociar cada iniciativa y que Junts respalde algunas.

La única forma de tumbar al Gobierno es con una moción de censura del PP, que tenga el apoyo de Vox y de Carles Puigdemont. Un escenario que, según creen los socialistas, a los independentistas catalanes les lastraría en unas nuevas elecciones. La realidad es que a Junts no le pesa votar con los populares y la ultraderecha. Lo demostraron ya al tumbar la senda de déficit y en todos sus pronunciamientos avalan seguir haciéndolo con el argumento de que no forman parte de ningún bloque. .