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Sánchez desconcierta al PSOE: extraña el destino de López y que se aísle en la Moncloa
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Cambios en el Gobierno

Sánchez desconcierta al PSOE: extraña el destino de López y que se aísle en la Moncloa

Su nombramiento como ministro de Transformación Digital se interpreta como un "premio" pero también como una "pérdida de confianza". Se teme que la burbuja alrededor del presidente aumente porque "nadie le lleva la contraria"

Foto: El exjefe de gabinete de Pedro Sánchez y nuevo ministro de Transformación Digital, Óscar López. (EFE/Mariscal)
El exjefe de gabinete de Pedro Sánchez y nuevo ministro de Transformación Digital, Óscar López. (EFE/Mariscal)
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El PSOE no puede seguirle el paso a Pedro Sánchez. Ni acostumbrados a su hiperliderazgo han podido adivinar que el presidente convertiría a Óscar López en el sustituto de José Luis Escrivá y estrenaría una nueva etapa en su gabinete de la Presidencia del Gobierno. El movimiento se percibe como el primer temblor de una operación de más calado, con cambios en el Ejecutivo y en la cúpula del partido y la colocación de todas las piezas necesarias en los territorios, cuando a finales de noviembre y principios de diciembre se celebre el congreso del PSOE y se produzca la marcha a Bruselas de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para formar parte de la nueva Comisión Europea.

Esto es lo que atisba a corto plazo en el partido, según distintas fuentes. Nadie sabe cómo procederá Sánchez pero sí conocen su inclinación a plantear decisiones inesperadas en los momentos en que quiere recuperar la iniciativa. Pero el resultado de esta primera metamorfosis ha resultado desconcertante. En la organización se celebra que López, un veterano del PSOE, se convierta en ministro pero "extraña" que su destino haya sido el Ministerio de Transformación Digital. Un dirigente netamente político para relevar a uno de los últimos tecnócratas del Gobierno, ahora gobernador del Banco de España.

Menos aún se comprende que el presidente prescinda de él como jefe de gabinete y le sustituya por Diego Rubio, de quien no se sabe nada. Un absoluto "desconocido" para los socialistas. El recambio ha dado pie a todo tipo de interpretaciones que van desde la teoría del "premio" a Óscar López a la del "destierro". "Siempre quiso ser ministro", sostiene un dirigente, y Sánchez lo nombra ahora "en agradecimiento a su trabajo". "Le libera de Moncloa porque estaba ya al límite de sus fuerzas", añade.

En esta valoración coinciden varias de las fuentes consultadas. Y también hay cierta unanimidad en que "puede dar más peso político al Ejecutivo". Pese a que Transformación Digital no sea un ministerio en el que se vea a López, sí se cree que contribuirá a defender la acción del Gobierno como hacen María Jesús Montero, Félix Bolaños y Óscar Puente. Que opinará de todo, sea o no de su negociado. Otros simplemente lo perciben como un cambio normal en el que "no hay nada raro" porque, recuerdan, tras la investidura, en la formación del Ejecutivo de coalición, "ya estuvo a punto de ser ministro".

Foto: El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. (Europa Press/Ricardo Rubio)

Pero esta visión convive con la de quienes consideran que Sánchez simplemente ha aprovechado que este ha sido el primer ministerio disponible para darle una salida. Porque el recambio de un jefe de gabinete, exponen, sólo se produce cuando existe una "pérdida de confianza". La sensación es que con él fuera de Presidencia se marcha la única persona que aún podía ofrecer una opinión distinta, discrepante, ante el jefe del Ejecutivo. Y esto sucede justo tras la tensión que se ha vivido en la Moncloa por las informaciones de El Confidencial sobre la esposa del presidente y la investigación judicial que se sigue contra Begoña Gómez. "Uno no se cansa de ser el jefe de gabinete del presidente", destacan estas fuentes.

Nadie del círculo de Sánchez participó de su decisión de tomarse un receso de cinco días para decidir sobre su continuidad al frente del Gobierno, cuando su mujer fue imputada. El propio Óscar López conoció su carta a la ciudadanía cuando el jefe del Ejecutivo dio la orden de publicarla. La desconexión con su equipo más cercano fue ostensible entonces.

Su mudanza está marcada además por la promoción de Diego Rubio. A Escrivá le podía haber sustituido cualquier otra persona pero para que Rubio se convirtiera en jefe de gabinete era impepinable que Óscar López abandonara ese puesto. Y ese viraje también desubica al partido. A que casi nadie en el PSOE conoce a Rubio se suma la incomprensión por el cambio de perfil.

Los socialistas entendieron perfectamente que Sánchez prescindiera de Iván Redondo y aplaudieron el aterrizaje de una persona como López, que conoce la organización. Había que alinear la acción del Ejecutivo con el partido y con sus presidentes autonómicos, y él era la pieza de enganche.

La impresión es que ahora se deshace este engarce y se opta de nuevo por alguien sin referencias sobre el PSOE. Rubio, con un apabullante currículum académico, lleva cuatro años en la Moncloa. Con 38 años conquista el cargo más importante de la casa, tras ser secretario general de Políticas Públicas, Asuntos Europeos y Prospectiva Estratégica y antes director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia.

Durante este tiempo se ha ido ganando la confianza del presidente, hasta el punto de influir en la estrategia política del Gobierno. Su nuevo puesto genera dudas internas, por desconocimiento y porque "se deja fuera al partido otra vez". "No tiene memoria de lo que es el PSOE", razonan. A expensas de que pueda empezar a desarrollar su tarea, sí se cree que esta nueva configuración del gabinete puede contribuir a un mayor aislamiento de Sánchez porque "no le lleva nadie la contraria".

Foto: Óscar López en una imagen de archivo. (Europa Press/Eduardo Parra)

No todos los cargos consultados penalizan a Rubio por su juventud o su falta de conexión con la organización. Esto último también se percibe por algunos como una fortaleza. "Si no conoce el partido pero sí el mundo, ni tan mal", reflexiona un parlamentario, en referencia a que acompaña al presidente en sus viajes europeos, en calidad de 'sherpa'.

Ahora falta saber qué cambios hará en el gabinete y el futuro de dos hombres de peso en la Moncloa, como son Antonio Hernando, número dos de López, y Paco Salazar, secretario general de Planificación Política. Hernando, cuyo nombre también es recurrente cuando se habla de nuevos ministros, podía haber sido el relevo natural de Óscar López. Salazar es un perenne aspirante a la secretaría de Organización del PSOE. El dedo del presidente decidirá.

El PSOE no puede seguirle el paso a Pedro Sánchez. Ni acostumbrados a su hiperliderazgo han podido adivinar que el presidente convertiría a Óscar López en el sustituto de José Luis Escrivá y estrenaría una nueva etapa en su gabinete de la Presidencia del Gobierno. El movimiento se percibe como el primer temblor de una operación de más calado, con cambios en el Ejecutivo y en la cúpula del partido y la colocación de todas las piezas necesarias en los territorios, cuando a finales de noviembre y principios de diciembre se celebre el congreso del PSOE y se produzca la marcha a Bruselas de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para formar parte de la nueva Comisión Europea.

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