Pedro Sánchez prevé adelantar el congreso federal del PSOE tras el incendio interno por el cupo catalán
Fuentes socialistas señalan que la dirección plantea celebrar el cónclave este otoño para atajar la revuelta en los territorios y mostrar unidad. Aragón, Extremadura, Asturias y Castilla-La Mancha censuran el pacto con ERC
El incendio por el cupo catalán coge fuerza entre las baronías del PSOE. El último aviso ha llegado desde Aragón, una de las federaciones críticas con Pedro Sánchez, con el rechazo unánime de su ejecutiva al acuerdo suscrito entre los socialistas y ERC para la nueva financiación de Cataluña. El mensaje coincide con el inicio del curso político y los intentos de Ferraz de acallar la contestación interna en los territorios, hasta el punto de que ya se maneja un adelanto del próximo congreso federal, previsto inicialmente para finales de 2025, para escenificar una imagen de unidad y encarar el complejo horizonte a corto y medio plazo.
Fuentes socialistas detallan que el cónclave, en principio, se celebrará este otoño, si bien no ha habido una comunicación oficial por parte de la dirección. El partido, como publicó este periódico, manejaba la posibilidad de alejar la fecha del congreso lo máximo posible por la inestabilidad interna y para evitar la estampa de desunión, pero Sánchez se decanta ahora por un adelanto que permita coger un nuevo impulso y desbloquear los congresos regionales pendientes, con especial atención en Andalucía, además de Aragón y Castilla y León. La cúpula se reunirá el lunes para convocar el comité federal el 7 de septiembre.
La situación en los territorios, sin embargo, dista mucho de esa pretensión. Las federaciones comienzan a pasar de las declaraciones aisladas y personales a posicionamientos oficiales de partido. Aragón, con Javier Lambán a la cabeza, ha mostrado su rechazo al acuerdo firmado con ERC y a la proposición no de ley presentada en las Cortes. El texto, conocido este jueves, fue respaldado por los 29 miembros presentes en la reunión, que se desarrolló durante más de tres horas de debate y sin otra propuesta alternativa, según detalla la propia formación.
El secretario de Organización del PSOE aragonés, Darío Villagrasa, justificó el tirón de orejas a Sánchez, aunque dejó claro que sus diputados en el Congreso no pondrán en riesgo la viabilidad de la legislatura. "El PSOE lleva décadas defendiendo la igualdad y la justicia en un sistema de financiación autonómica en el que se refleje el coste real de los servicios y sin privilegios de ningún tipo", declaró. No es un mensaje aislado.
Los barones de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, y de Asturias, Adrián Barbón, llevan semanas con críticas y reproches en la misma dirección. Y esta semana hicieron lo propio los socialistas de Extremadura, con la advertencia de que nunca apoyarán una reforma del sistema de financiación que no cumpla con los principios de solidaridad, cohesión y suficiencia económica para la prestación de los servicios públicos. "No lo apoyaremos nunca y lo decimos en Extremadura, en Madrid y en Bruselas", subrayó el secretario general en la región, Miguel Ángel Gallardo.
El Gobierno del PSOE encara ahora un futuro incierto. Destacados dirigentes del partido, de hecho, han dado muestras de hasta qué punto el incendio en los territorios es una preocupación de primer orden. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sorprendió a todos la semana pasada negando la existencia de un cupo o reforma del sistema, aunque sus socios lo han dicho hasta la saciedad.
"Ni es un concierto económico ni es una reforma al uso del modelo de financiación", dijo la vicepresidenta, con un mensaje que se entendió como un intento de apagar los incendios abiertos en las comunidades autónomas, especialmente las controladas por sus compañeros. "Que exista una financiación singular para Cataluña no supone ningún agravio con el resto de territorios. Es compatible una financiación singular con un modelo de financiación que sea justo para el conjunto del territorio", argumentó Montero.
ERC, aunque reaccionó al instante y amenazó con retirar el apoyo a cualquier iniciativa del Ejecutivo, también mostró cierta comprensión y encuadró el episodio en la presión ejercida desde los territorios. "Entendemos las declaraciones de la vicepresidenta Montero en un contexto de presión por parte del resto de Comunidades Autónomas y partidos políticos, pero sabe perfectamente que es lo que se firmó", señalaron los republicanos en un comunicado.
Sea como fuere, la realidad es que el cupo supone ya un quebradero de cabeza para los socialistas. En clave interna, por supuesto, pero también ante el inicio del curso y la viabilidad de la legislatura, con los presupuestos a la vuelta de la esquina y la mayoría de la investidura en el aire. Los apoyos a cualquier iniciativa o reforma de la ley de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca) están más que comprometidos, con Junts cocinando su venganza tras la investidura de Salvador Illa y varios de los miembros de Sumar, como Compromís o IU, contrarios al concierto. Y a esto hay que sumar la variable de José Luis Ábalos, que ya advierte de que no hará ningún tipo de "seguidismo" con el PSOE.
El incendio por el cupo catalán coge fuerza entre las baronías del PSOE. El último aviso ha llegado desde Aragón, una de las federaciones críticas con Pedro Sánchez, con el rechazo unánime de su ejecutiva al acuerdo suscrito entre los socialistas y ERC para la nueva financiación de Cataluña. El mensaje coincide con el inicio del curso político y los intentos de Ferraz de acallar la contestación interna en los territorios, hasta el punto de que ya se maneja un adelanto del próximo congreso federal, previsto inicialmente para finales de 2025, para escenificar una imagen de unidad y encarar el complejo horizonte a corto y medio plazo.
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