El discurso de Sánchez contra la inmigración irregular enciende a sus socios: "Nos tendrá enfrente"
El presidente del Gobierno insiste en fomentar una inmigración "regular y ordenada" frente al "infierno" de la irregular. Sumar y Podemos cargan contra el PSOE y Génova tiende la mano al Ejecutivo: "Es el camino correcto"
Pedro Sánchez pretendía arrancar el nuevo curso con buen pie tras meses de calvario parlamentario por la complicada aritmética que le sostiene en el Congreso. Y decidió poner el foco en el desafío migratorio con una gira por tres países africanos. El resultado ha sido una nueva trifulca política que alcanza ya a sus propios socios y que anticipa un septiembre convulso para el Ejecutivo. El germen de la polémica radica en la apuesta nítida por la devolución de inmigrantes irregulares a sus países de origen, que el presidente del Gobierno verbalizó el pasado miércoles en Dakar (Senegal), alineándose en parte con una de las grandes proclamas de la derecha.
"Para combatir esta amenaza que afecta a la seguridad de nuestras sociedades, es imprescindible también el retorno de quienes han llegado a España irregularmente, porque este retorno traslada un mensaje desincentivador, nítido, claro y contundente a las mafias y a quienes se ponen en sus manos", pronunció Sánchez. Tuvo oportunidad de matizar esta afirmación en el cierre de su gira este jueves. Pero se limitó a reiterar su apuesta por una inmigración "regular y ordenada" porque "la irregular es un infierno". Y el incendio dentro y fuera del Gobierno fue inmediato.
Sánchez se alinea así con el recrudecimiento de la postura migratoria de otros dirigentes europeos de su misma familia política, como el canciller alemán Olaf Scholz, que se ha comprometido a aumentar las deportaciones de inmigrantes con órdenes de expulsión. El líder socialdemócrata ha firmado, además, un acuerdo bilateral para combatir las mafias de migrantes con el primer ministro británico, Keir Starmer, quien, a su vez, ha suscrito otro tratado de cooperación bilateral con Emmanuel Macron para luchar contra la inmigración irregular.
Desde la Moncloa niegan un cambio en el discurso migratorio de Sánchez e insisten, en declaraciones a EFE, que el Ejecutivo mantendrá una política solidaria y respetuosa con los derechos de los migrantes. Pero la matización no apaciguó los ánimos de sus socios. El primero en abrir el melón de las críticas fue Podemos, a través de un duro mensaje de su secretaria general, Ione Belarra. "Si Sánchez compra el argumentario racista de la derecha nos tendrá tan enfrente como ellos", lanzó. E Irene Montero dio la puntilla. "Las devoluciones en caliente son racismo institucional", espetó al presidente del Gobierno.
Lo diré tantas veces como sea necesario, las personas en situación administrativa irregular no están así porque quieren, sino porque no hay otra alternativa para migrar. Si Sánchez compra todo el argumentario racista de la derecha nos tendrá tan enfrente como ellos.
— Ione Belarra (@ionebelarra) August 29, 2024
El debate sobre la inmigración irregular no anticipa tampoco una paz duradera en el seno de la coalición. La postura esgrimida por Sánchez en Senegal le costó un primer aldabonazo público de Sumar, formación que volvió a alzar la bandera de la regularización de ilegales en plena crisis migratoria. Frente a la receta de las devoluciones que planteó el jefe del Ejecutivo, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, exigió en una entrevista en EFE retomar el debate parlamentario para regularizar a medio millón de inmigrantes en España, además de trabajar para habilitar "vías de entrada seguras" y fomentar un sistema de "reubicación y acogida solidario".
"Seguir las mismas recetas en migración que la derecha es un fracaso y un error", advirtió la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que rompió su silencio estival para entrar en la corriente de críticas al presidente del Gobierno y exhibir una nueva división interna en materia migratoria. "Nuestras políticas tienen que ser de acogida y de solidaridad, no de deportaciones masivas. Hablamos de derechos humanos", añadió.
Es importante recordar que fue Sumar, precisamente, quien ejerció una gran presión a su socio para que facilitase la toma en consideración de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) suscrita por 700.000 personas para regularizar a 500.000 ilegales. Tanto PSOE como PP dieron la sorpresa y votaron a favor de admitir la propuesta a trámite el pasado mes de abril. Sólo Vox se opuso. Desde entonces la iniciativa continúa estancada en el plazo de presentación de enmiendas. Y todo apunta a que su tramitación podría alargarse por la ingente presión migratoria, que sigue batiendo récords en España, y por el escoramiento de la postura de socialistas y populares.
Seguir las mismas recetas en migración que la derecha es un fracaso y un error.
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) August 29, 2024
Nuestras políticas tienen que ser de acogida y de solidaridad, no de deportaciones masivas. Hablamos de derechos humanos.
Las declaraciones de Sánchez causaron también "sorpresa" en el PNV, donde también consideran que existe un "cambio de criterio" en el discurso del Gobierno. Aunque prefirió optar por la "prudencia" por la complejidad del debate migratorio, el lehendakari Imanol Pradales sí recordó que, hasta la fecha, "el Gobierno español lo que había defendido era la habilitación de procedimientos de regularización", y animó a Sánchez a desvelar su "plan de actuación" para cortar los flujos migratorios de irregulares que colapsan los centros asistenciales de Canarias o Ceuta. Por el momento, EH Bildu se ha quedado al margen de la polémica, aunque los abertzales mantienen también una postura contraria a las devoluciones de irregulares.
Génova tiende la mano para las deportaciones
En la dirección nacional del PP han pasado de los reproches a la connivencia en cuestión de horas. En Génova continúan con las espadas en alto por los "insultos" que recibieron a principios de semana por defender abiertamente las devoluciones de inmigrantes irregulares y el control férreo de las fronteras, lo que les costó que Félix Bolaños o José Manuel Albares les tachasen de "xenófobos". Pero también admiten que el último "cambio de opinión" de Sánchez va en la dirección correcta para intentar llegar a puntos de encuentro.
"Es una realidad que el PSOE nunca ha hablado de expulsar inmigrantes hasta ahora. Y ese es el camino correcto", sentencian fuentes de la cúpula nacional, donde aseguran estar "a disposición" del Gobierno para pactar una solución conjunta que ponga coto al desafío migratorio y aumente las devoluciones de extranjeros irregulares. Según los últimos datos de Eurostat, España fue el quinto país de la UE que más expulsiones de migrantes extracomunitarios efectuó en el primer trimestre de 2024, con más de 2.500 devoluciones y otras 1.505 órdenes para abandonar el país de personas en situación irregular.
Pese a exhibir mano tendida, en el PP recalcan que no será Feijóo quien descuelgue el teléfono para intentar llegar a un acuerdo, aunque inciden en que las puertas están abiertas ante las "evidentes fisuras" en la mayoría parlamentaria de Sánchez. El Ejecutivo, por su parte, continúa presionando a los populares para retomar las negociaciones que desatasquen la reforma de la Ley de Extranjería que naufragó en julio en el Congreso. Pero en Génova son claros al respecto: pese a la situación límite por la que atraviesan Canarias o Ceuta, inciden en que antes de abordar la problemática del reparto de menores hay que atajar el desafío de las continuas oleadas de inmigración irregular. "Si el barco está hundiéndose, los parches no sirven de nada", recalcan.
Pedro Sánchez pretendía arrancar el nuevo curso con buen pie tras meses de calvario parlamentario por la complicada aritmética que le sostiene en el Congreso. Y decidió poner el foco en el desafío migratorio con una gira por tres países africanos. El resultado ha sido una nueva trifulca política que alcanza ya a sus propios socios y que anticipa un septiembre convulso para el Ejecutivo. El germen de la polémica radica en la apuesta nítida por la devolución de inmigrantes irregulares a sus países de origen, que el presidente del Gobierno verbalizó el pasado miércoles en Dakar (Senegal), alineándose en parte con una de las grandes proclamas de la derecha.
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