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Junts cocina su venganza tras la investidura de Illa y aviva las dudas por los presupuestos de 2025
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NEGOCIACIÓN POR LAS CUENTAS

Junts cocina su venganza tras la investidura de Illa y aviva las dudas por los presupuestos de 2025

El Gobierno evitó por la mínima que Sánchez, Montero y otros ministros comparezcan en el Congreso como pedía el PP y apoyaron los independentistas, pero la amenaza de fracaso con las cuentas no se diluye. Al contrario

Foto: La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras. (Europa Press/Fernando Sánchez)
La portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, Míriam Nogueras. (Europa Press/Fernando Sánchez)
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Junts ya ha comenzado a cocinar su venganza tras la investidura de Salvador Illa. La formación independentista se alineó este martes con el PP y Vox para forzar las comparecencias de Pedro Sánchez y María Jesús Montero en el Congreso, con la crisis migratoria y el cupo catalán como pretextos, y evidenció de nuevo hasta qué punto hará sudar al Gobierno en cada votación. El Ejecutivo dribló finalmente las solicitudes de los populares y ni el presidente, ni la titular de Hacienda, ni ningún ministro tendrá que explicar en sede parlamentaria estas cuestiones. Pero eso no diluye las dudas que rodean a los presupuestos. Todo lo contrario.

El partido de Carles Puigdemont dejó claro que nada ha cambiado en el inicio del curso político. Junts se marchó de vacaciones tras tumbar la reforma de la Ley de Extranjería y los objetivos de estabilidad, frenando la tramitación de los Presupuestos Generales de 2025, y este martes le recordó al Gobierno que está en sus manos.

La portavoz en la Cámara Baja, Míriam Nogueras, aprovechó la votación sobre las comparecencias en la Diputación Permanente del Congreso para hurgar en la relación entre el Ejecutivo y ERC a cuenta del denominado cupo catalán y presionar a María Jesús Montero. "Llevamos tres semanas escuchando a ERC diciendo que se ha aprobado un concierto económico y al PSOE diciendo que no. Queremos que Montero nos explique qué es lo que se ha aprobado", dijo la dirigente desde Barcelona, que acto seguido atacó a la Moncloa: "El problema no es Cataluña, sino un Gobierno que no paga ni la mitad de lo que tiene que pagar a Cataluña".

Foto: La portavoz, Pila Alegría, y la ministra Ribera comparecen tras el primer Consejo de Ministros del curso. (EFE/Chema Moya)

La distancia marcada por Nogueras, como cada movimiento de Junts, anticipa que la negociación de los presupuestos será a cara de perro. El Gobierno, casi en paralelo, lanzó el primer globo sonda sobre las cuentas y aseguró que presentará el proyecto en "tiempo y forma". “Vamos a trabajar para presentar unas cuentas, unos nuevos presupuestos acordes a la coyuntura económica”, subrayó la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, sobre sus planes. Que tenga los apoyos es otra historia.

Moncloa, explican las fuentes consultadas, trabaja desde hace tiempo en la elaboración de los presupuestos de 2025. "Es nuestra tarea y nuestra responsabilidad", dicen respecto a los plazos que manejan. Pero a nadie se le escapa la debilidad del Ejecutivo y el endeble equilibrio parlamentario en el Congreso. La propia Alegría, de hecho, deslizó una especie de llamamiento a sus socios, conscientes de que la prórroga presupuestaria es una opción más que plausible. “Cuando el Gobierno cumpla con su tarea, entrará [en juego] la responsabilidad de los distintos grupos políticos. A todos ellos les corresponderá decir qué opinan", subrayó la portavoz durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

La incertidumbre es total. La relación con ERC está más que afianzada, especialmente tras el acuerdo de investidura de Salvador Illa, pero con el resto de socios es más complejo. Podemos, por ejemplo, ya ha dado muestras de que su apoyo no está garantizado. Y algunos sectores de Sumar han mostrado públicamente sus reticencias a la reforma del sistema de financiación autonómica y el concierto catalán.

Foto: El portavoz del PP, Miguel Tellado, durante la reunión de la Diputación Permanente este martes. (EFE/Fernando Alvarado)

Junts suscita una lectura aparte. La formación independentista va por libre y presume de negociar "pieza a pieza" cada iniciativa del Gobierno. Cada episodio es una oportunidad para llenar el zurrón y las cuentas son caza mayor. La amnistía a Puigdemont continúa en punto muerto y la polémica por el cupo y cómo denominarlo ha abierto una ventana inesperada para atacar a Sánchez y, de paso, tratar de desgastar a ERC. El fondo de las palabras de Montero, que dijo que no habrá ni un concierto ni una reforma del sistema, son utilizadas por JxCAT como una prueba de que todo es una farsa. Los presupuestos están en el aire.

Nuevo aviso de Junts

Los neoconvergentes ya avisaron en julio. Condenaron las cuentas en el primer envite y advirtieron de que la gobernabilidad sería imposible si Salvador Illa era presidente de Cataluña. El socialista ya está en la Generalitat y solo queda la segunda parte. La dirección de Junts ha mostrado sus intenciones en las últimas semanas y el secretario general, Jordi Turull, planteó incluso una revisión del pacto de investidura para Pedro Sánchez. El "marco mental", dijo, es distinto. "En la próxima reunión con el mediador internacional este tema estará sobre la mesa y a partir de entonces se tienen que tomar decisiones", aseveró en una entrevista con Rac1, tras la toma de posesión de Illa y la nueva fuga de Puigdemont.

En Moncloa, pese al mensaje público de optimismo, saben que su socio es imprevisible. JxCAT ha sido protagonista en varias de las derrotas de Moncloa, con fracasos o negociaciones al límite hasta el último momento. El traspié con la reforma de la Ley de Extranjería lleva su sello, así como la primera votación de la amnistía. Cada debate es un parto y los presupuestos, como ya ha quedado claro, no serán una excepción. El primer día del nuevo curso fue el siguiente aviso.

Junts ya ha comenzado a cocinar su venganza tras la investidura de Salvador Illa. La formación independentista se alineó este martes con el PP y Vox para forzar las comparecencias de Pedro Sánchez y María Jesús Montero en el Congreso, con la crisis migratoria y el cupo catalán como pretextos, y evidenció de nuevo hasta qué punto hará sudar al Gobierno en cada votación. El Ejecutivo dribló finalmente las solicitudes de los populares y ni el presidente, ni la titular de Hacienda, ni ningún ministro tendrá que explicar en sede parlamentaria estas cuestiones. Pero eso no diluye las dudas que rodean a los presupuestos. Todo lo contrario.

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