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La enigmática entrada en Ceuta de cientos de migrantes desde un país tan vigilado como Marruecos
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CRISIS MIGRATORIA

La enigmática entrada en Ceuta de cientos de migrantes desde un país tan vigilado como Marruecos

El episodio migratorio del domingo (1.500 intentos de nadar hasta la ciudad autónoma) es el más grave desde mayo de 2021, en plena crisis entre Madrid y Rabat. Ahora la relación bilateral es, en teoría, excelente

Foto: Nueva llegada de migrantes a nado a la playa de Ceuta. (EFE/Reduan)
Nueva llegada de migrantes a nado a la playa de Ceuta. (EFE/Reduan)
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Las imágenes de decenas de jóvenes, en su mayoría marroquíes, nadando en la tarde del domingo para alcanzar la playa del Tarajal, en Ceuta, han dado la vuelta al mundo. Otras de cientos, quizás miles, de chavales caminando de noche hacia la playa de Castillejos, la ciudad marroquí adyacente a Ceuta, para echarse al agua y bracear hasta llegar a España, también han circulado con profusión.

Todas ellas suscitan un sinfín de preguntas que, por ahora, no tienen respuestas. ¿Por qué ahora, cuando la relación hispano-marroquí vive una luna de miel? ¿Cómo son tantos los que se echan a la vez a la mar arriesgando así sus vidas?

La juventud marroquí ansía emigrar. Más de la mitad (55%) de los jóvenes de entre 18 y 29 años desean hacerlo, según el sondeo del último Barómetro Árabe publicado en junio. Muchos están incluso dispuestos a cruzar fronteras europeas sin el indispensable visado Schengen.

Hay episodios espontáneos de intentos masivos de emigrar. A principios del otoño de 2018, miles de jóvenes se concentraron en media docena de playas del norte de Marruecos convencidos de que acostarían barcos para recogerles y trasladarles gratis a España. Era un rumor sin fundamento. La policía impuso controles en las carreteras de acceso al mar para impedir que su número creciese.

Hay episodios alentados de emigración irregular masiva. El más importante fue la entrada en Ceuta, a finales de mayo de 2021, de más de 10.000 inmigrantes, la quinta parte menores de edad. Eran las represalias marroquíes tras la hospitalización en Logroño de Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario, enfermo de covid.

Ceuta (83.300 habitantes) vive desde principios de año un paulatino incremento de la presión migratoria, con 1.605 llegadas hasta mediados de agosto, un 173% más que durante el mismo periodo de 2023, según el Ministerio del Interior. “Entre 150 y 200 rechazamos en frontera” a diario, precisó Cristina Pérez, la delegada del Gobierno en la ciudad, en su primera rueda de prensa sobre inmigración.

Foto: Nueva llegada de migrantes a nado a la playa de Ceuta. (EFE/Reduan)

Esa presión migratoria alcanzó su cenit el domingo cuando, según la delegada, por la “noche hubo hasta 1.500” intentos de entrada. Las fuerzas de seguridad marroquíes abortaron unos cuantos y la Guardia Civil, secundada por la Policía Nacional, interceptó también a varios centenares. De domingo a lunes, cerca de 500 fueron entregados de vuelta a las autoridades de Marruecos, según la agencia EFE.

Cristina Pérez agradeció a Rabat su “extrema” colaboración con las fuerzas de seguridad española. Younes Tazi, wali de la región colindante con Ceuta, se desplazó el lunes a Castillejos para comprobar personalmente el dispositivo de seguridad y tratar de mejorar su eficacia.

Es verdad que, a diferencia de otras épocas, la policía de Marruecos acepta sin rechistar la repatriación de sus ciudadanos adultos que han logrado poner pie en Ceuta. No así de los de otras nacionalidades, empezando por los argelinos, los más numerosos. Llegan de media unos 70 a la semana.

Foto: Pedro Sánchez visita la base logística en Las Palmas del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. (EFE/Ángel Medina)

España no devuelve a los menores que pasan a estar tutelados por la ciudad de Ceuta. Eran ya 475 los que estaban bajo su custodia el lunes a mediodía. En lo que va de mes han llegado 254. Para hospedarles, la Consejería de Presidencia se ha visto obligada a alquilar unas naves industriales. La sobreocupación es del 440%, muy superior a la de Canarias. Hay un menor tutelado por 175 habitantes.

Juan Jesús Vivas, el presidente de la ciudad, pidió el lunes “auxilio” al resto de España y refuerzos al Ministerio del Interior para hacer frente a la ola migratoria. Cristina Pérez anunció la incorporación de 20 agentes más del Grupo de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil. Pocos para un gran desafío.

Hay otras medidas que dificultarían la inmigración, pero que ningún Gobierno español se ha atrevido a tomar, quizás para no molestar al vecino marroquí. Los nadadores llegan a Ceuta bordeando los espigones de Benzú y, sobre todo, del Tarajal que delimitan las aguas territoriales españolas. ¿Por qué no alargarlos 30 metros como reivindican algunas asociaciones de guardias civiles desde hace una década?

Foto: Migrantes desembarcan de un cayuco en el puerto de La Restinga, en El Hierro, este lunes. (Europa Press/Antonio Sempere)

Los aspirantes a emigrar aprovechan la noche y, sobre todo, la niebla para alcanzar braceando las playas ceutíes. A lo largo de los espigones se pueden colocar potentes reflectores que iluminen el mar y, pese a la niebla, mejoren la visibilidad. Si todo esto se pone en práctica, Ceuta y también Melilla serán un poco menos vulnerables a la inmigración cada vez que Rabat relaje sus controles.

Del lado marroquí también se podrían tomar medidas adicionales más allá de reforzar la presencia en las playas de las Fuerzas Auxiliares (antidisturbios) y policías. En un país bajo vigilancia como Marruecos cuesta creer que los servicios de información de policía y Gendarmería no tuviera conocimiento de la que se estaba preparando en Castillejos. La ciudad, que los marroquíes llaman Fnideq, tiene 80.000 habitantes y está a 2,5 kilómetros de Ceuta.

El aluvión de jóvenes que recorrió Castillejos no llegó hasta allí del todo espontáneamente. Algunos vecinos de la ciudad señalaron en redes sociales que muchos de ellos eran de fuera, algo que no es una novedad, pero que fueron transportados en taxis y vehículos colectivos. De ser ciertos estos testimonios hubo una organización que les empujó en mayor número que otros días y que no es una “mafia” porque no la pueden pagar.

Además de los jóvenes desfilando por Castillejos, hay otros vídeos impactantes. En ellos se ve a decenas de padres y, sobre todo, madres en el paseo marítimo de la ciudad esperando por la noche noticias de los hijos que se han marchado. Horas después escrutan ansiosas con la mirada los autobuses en los que las autoridades marroquíes transportan de vuelta a su ciudad a los que recogieron en frontera. Buscan, a través de los cristales, a familiares retornados.

La prensa marroquí dedica, como de costumbre, poco espacio a la entrada masiva en Ceuta que algunos de los principales medios, empezando por los audiovisuales, ignoran por completo. El diario Hespress sí recoge unas declaraciones de Mohamed Benaissa, que encabeza el Observatorio del Norte de Derechos Humanos, sobre lo sucedido. “La atención prestada a los menores en Ceuta ocupada y el éxito de muchos que emigraron hace años resolviendo su estatus legal (...) son factores esenciales que estimulan las motivaciones migratorias”, asegura Benaissa.

Otros miembros de la sociedad civil de Tetuán y Alhucemas proporcionan otra explicación, aunque carecen de datos para demostrarla. Margarita Robles, recuerdan, fue, la semana pasada, la primera ministra de Defensa que visitó el Peñón de Vélez de la Gomera, la isla de Alhucemas y el archipiélago de las Chafarinas, además de Melilla, donde ya había estado anteriormente.

Foto: La Consejera de Hacienda de Ceuta, Kissy Chandiramani. (Gobierno de Ceuta)

Este recorrido por las posesiones españolas a lo largo de la costa de Marruecos no suscitó, a diferencia de lo que hubiese pasado hace años, ninguna reacción hostil por parte de las autoridades marroquíes, aunque parte de la prensa sí criticó el “periplo colonial” de la ministra. En lugar de levantar la voz, Rabat habría preferido dejar rienda suelta a esa juventud que anhela dar el salto a Europa aun poniendo el riesgo sus vidas.

Las imágenes de decenas de jóvenes, en su mayoría marroquíes, nadando en la tarde del domingo para alcanzar la playa del Tarajal, en Ceuta, han dado la vuelta al mundo. Otras de cientos, quizás miles, de chavales caminando de noche hacia la playa de Castillejos, la ciudad marroquí adyacente a Ceuta, para echarse al agua y bracear hasta llegar a España, también han circulado con profusión.

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