Los Mossos admiten a Llarena que su dron no enfocó a Puigdemont justo cuando huía
El informe del Cuerpo remitido al Supremo explica que el dispositivo dejó de grabar al coche blanco de la fuga para fijarse en las autoridades que se dirigían al Parlament: "La huida no se contempló"
El dron aéreo con cámara que usaron los Mossos d’Esquadra para controlar la llegada de Carles Puigdemont a Barcelona el pasado 8 de agosto dejó de enfocar el punto donde estaba el expresidente de Cataluña justo antes del momento de emprender la fuga en coche. En lugar de mantener el plano sobre la zona donde estaba el vehículo blanco en el que escapó, se centró en las autoridades y la masa de gente que al mismo tiempo emprendía su camino hacia el Parlament. Este es uno de los detalles que incluye el informe de 25 folios que la policía autonómica le ha remitido al Tribunal Supremo y al que ha tenido acceso íntegro El Confidencial.
Los Mossos tratan de explicar la sucesión de acontecimientos que llevaron a Carles Puigdemont a burlar el dispositivo y huir tras lanzar un mitin ante una multitud de seguidores. Las explicaciones del cuerpo policial apuntan en todo momento a una estrategia de "confusión" y engaño orquestada por un grupo de fieles de Junts y pintan a agentes y mandos como víctimas. "Que el señor Puigdemont regresara a España para después huir no se contempló como una posibilidad", admite el escrito que firma el comisario jefe, Eduard Sallent.
El informe, que reclamó el magistrado Pablo Llarena, apela al caos que fue desarrollándose a lo largo de aquella mañana, según los Mossos. El momento clave se produjo entre las 09:03 y las 09:10, en siete minutos. En ese breve lapso, el dron que sobrevolaba la zona observó a Puigdemont abandonar el escenario montado para su discurso. Detectó que el expresidente prófugo se introdujo en una de las dos carpas que la organización del acto había instalado detrás del escenario y ahí se le perdió de vista.
Las carpas estaban "delimitadas por vallas metálicas y protegidas por alrededor de un centenar de personas que formaban filas y que mantenían los brazos unidos a modo de barrera de protección". Cinco minutos más tarde, cuando Puigdemont se encontraba fuera de la visión de cualquier persona, se produjeron "dos movimientos simultáneos".
Un vehículo blanco, el de la huida, ascendió por la rampa de salida de un aparcamiento subterráneo cercano y se situó justo al lado del perímetro exterior del vallado de las carpas. Además, una de las personas que habían acompañado al líder de Junts se colocó a la altura del coche, pero en la parte interior de la valla. El aparato de vigilancia grabó cómo este colaborador manipulaba las verjas, cortando las bridas que las sujetaban para permitir la salida de Puigdemont.
A las 9:09:15 horas, las imágenes mostraban que el vehículo blanco seguía aparcado en el mismo lugar y el hombre de la valla en la posición mencionada. "En esos momentos el plano del dron cambia de ubicación y se dirige a ofrecer imágenes de los políticos y autoridades que se estaban desplazando hacia el Parlament", dice el escrito. El aparato no grabó la salida de Puigdemont desde la carpa hasta el auto. A las 09:10:06, menos de un minuto más tarde de ese momento crítico, el dron volvió a enfocar la zona del vallado y "se comprobó que el vehículo blanco ya no se localizaba allí".
Los movimientos del expresidente solo fueron apreciados por un agente de paisano mezclado entre la multitud. El resto de los policías que estaban desplegados en la vía pública y todos los efectivos que se encontraban en el Centro de Coordinación siguiendo las imágenes de lo que estaba sucediendo, "estaban convencidos de que el señor Puigdemont se encontraba entre los políticos y autoridades y que se estaba dirigiendo andando por el tronco central del paseo Lluís Companys" hacia el Parlament, insisten los Mossos. Para entonces ya había escapado. El relato concluye que cayeron en una trampa muy bien diseñada.
Este periódico ha tenido acceso a los primeros atestados elaborados por los Mossos el mismo día de la fuga. En ellos se detalla la actuación de ese agente vestido de paisano e infiltrado entre la gente. Según se recoge en esos documentos iniciales, el policía detectó los movimientos de Puigdemont y le vio meterse en la carpa. También le vio salir de la carpa tras la ruptura de las vallas por el colaborador y vio cómo se metía en el coche blanco acompañado del secretario general de Junts, Jordi Turull. Tanto es así que el mosso infiltrado siguió a la carrera el recorrido del coche hasta que le perdió en un semáforo. Pero de estos movimientos informó a su superior por teléfono mientras los manifestantes le increpaban tras haberle detectado.
Sin americana y con gorra de béisbol
El informe remitido ahora al Supremo que firma el comisario jefe de los Mossos menciona, al igual que ya apuntaban los atestados, que este agente de paisano dio cuenta a su superior de que estaba viendo a Puigdemont y que la zona clave estaba donde el coche. Sallent insiste en que todo estuvo ideado para "distraer la atención policial" gracias a una sucesión de acciones coordinadas. Picaron el anzuelo ante la "simulación" de que Puigdemont se estaba desplazando junto a la comitiva de políticos.
"Estas acciones –se excusan– provocaron una situación de confusión, incertidumbre y alto tráfico en las comunicaciones que propiciaron el desplazamiento en vehículo de Puigdemont sin que los efectivos policiales tuvieran conocimiento. La rapidez con la que se sucedieron los hechos anteriores, en un entorno con una presencia de unas 4.500 personas y con una perfecta sincronización por parte de los intervinientes provocó una confusión en el operativo policial, que queda plasmada en el registro de las comunicaciones de la Sala da Coordinación".
Destacan que la altura de las vallas impedía la visibilidad y que la megafonía del acto de acogida indicaba a todos que se prepararan para marchar hacia la cámara autonómica, por lo que la atención de los policías y de los drones se centró en ellos. Puigdemont aprovechó el hueco de la valla para salir "apresuradamente y con elementos para camuflar su identidad". "Se desprendió de la americana y se colocó una gorra", dicen.
El informe también desvela que la policía autonómica no contó con la cooperación del Parlament, presidido por Josep Rull, miembro de Junts. Destaca que 24 horas antes de la investidura, los Mossos pidieron autorización para acceder a la cámara y registrar sus dependencias y el permiso se les negó por distintos motivos. Primero solicitaron que el comisario jefe formalizara la petición por escrito, después exigieron que la comunicación se le entregara a Rull y por último se negaron "porque no había personal laboral adecuado" para el acompañamiento.
En conclusión, aseguran que la huida se produjo "gracias a una maniobra de distracción desarrollada con la cooperación involuntaria de miles de personas y la actividad organizada de un grupo de colaboradores próximos". Esto impidió que se pudiera dar cumplimiento a la orden de detención emitida por el Tribunal Supremo, "a pesar de ser esta su voluntad y determinación". "En ningún caso se previó, teniendo en cuenta parámetros de razonabilidad y congruencia, que el retorno sería meramente fugaz y no orientado a participar en el Pleno". "El escenario finalmente acaecido escapa a toda lógica racional o política", se queja Sallent.
El máximo responsable de los Mossos precisa que el dispositivo fallido contó con 40 efectivos de la Comisaria General de Información y 18 del Grupo Especial de Intervención. Participaron, además, 542 efectivos uniformados. Proporciona la identidad de una decena de mandos en respuesta a la orden de Llanera de que se le indicara quienes fueron los responsables. Interior obvió este requisito y despachó la diligencia con un breve resumen de cinco folios sin firma en el que no se detallaba quién dio la orden de activar sus unidades tras la fuga.
Por estos hechos se produjeron hasta tres detenciones de mossos d’Esquadra, acusados de colaborar con Puigdemont. Las pesquisas las lleva la Comisaría General de Información y el Área de Investigación Interna y Asuntos disciplinarios (Asuntos Internos) del cuerpo autonómico. Uno de los mossos arrestados era el dueño del coche blanco y los otros dos prestaron labores de escolta al líder independentista para evitar su detención tras siete años fugado de la Justicia española.
Al día siguiente de la fuga, el jefe de los Mossos ofreció una rueda de prensa ante los medios de comunicación para dar explicaciones sobre el dispositivo. La comparecencia se extendió más allá de las dos horas en las que le preguntaron por los drones. La explicación que dio Sallent es que todo sucedió muy rápido. Sí se refirió al mosso de Información que vio huir a Puigdemont y trasladó el número de matrícula del coche, pero lo perdieron y por eso activaron la operación jaula. El máximo responsable policial de los Mossos negó que el cuerpo autonómico hiciera el "ridículo" y defendió que cumplieron con el objetivo de garantizar la celebración del pleno de investidura como nuevo presidente de Salvador Illa en el interior del Parlament.
El dron aéreo con cámara que usaron los Mossos d’Esquadra para controlar la llegada de Carles Puigdemont a Barcelona el pasado 8 de agosto dejó de enfocar el punto donde estaba el expresidente de Cataluña justo antes del momento de emprender la fuga en coche. En lugar de mantener el plano sobre la zona donde estaba el vehículo blanco en el que escapó, se centró en las autoridades y la masa de gente que al mismo tiempo emprendía su camino hacia el Parlament. Este es uno de los detalles que incluye el informe de 25 folios que la policía autonómica le ha remitido al Tribunal Supremo y al que ha tenido acceso íntegro El Confidencial.
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