La Guardia Civil analiza un cuchillo con "restos biológicos" en Mocejón: "Puede ser el arma"

La Guardia Civil analiza desde este miércoles un cuchillo hallado por un operario de limpieza cerca de la casa del padre del detenido por el asesinato del pequeño Mateo en Mocejón (Toledo). Según informan fuentes de la investigación, uno de los perros que colabora con los investigadores "ha marcado positivos restos biológicos".

Estas fuentes precisan que fue un operario de limpieza del Ayuntamiento de Mocejón quien encontró el objeto y ha llamado a la Guardia Civil. El cuchillo estaba en un descampado próximo a la calle Dalí de la localidad, donde reside el padre del detenido. Los agentes han recogido el cuchillo "ya que pudiera ser el arma del homicidio ocurrido este domingo", indica una portavoz oficial del Instituto Armado. A lo largo de la mañana se ha encontrado un segundo cuchillo en la misma zona, pero los investigadores le dan menor relevancia.

La Guardia Civil cuenta con varios indicios para sostener ante el Juzgado la acusación contra Juan, el único detenido por el asesinato, al margen de sus erráticas declaraciones ante los investigadores. Pasará mañana a disposición judicial, según la Guardia Civil. La ropa, los testimonios de los supervivientes o las cámaras de videovigilancia fueron claves para dar con el autor del crimen. Las autoridades se afanan ahora en hallar el arma homicida, determinante para contrastar sus características con el resultado de la autopsia del niño de once años fallecido.

Fuentes conocedoras de las pesquisas afirman a El Confidencial que una de las primeras herramientas con las que contaron los investigadores fueron las grabaciones de videovigilancia de los alrededores del polideportivo en el que se produjo el apuñalamiento. El recinto cuenta con una cámara de 360 grados instalada recientemente. Además, el portavoz de la familia informó a este periódico que un vecino aportó al Instituto Armado otra grabación en la que se aprecia a Juan, de 20 años de edad, en su camino hacia el campo de fútbol en el que jugaba la víctima con al menos otros dos amigos.

La observación de estas imágenes y la ubicación tanto en el tiempo como el lugar del acusado son relevantes para contrastar con su físico de complexión delgada y pelo corto moreno. También la ropa que llevaba en el momento de los hechos. Una de las primeras actuaciones de la Guardia Civil tras identificar y detener al joven fue acudir al lugar en el que se había cambiado de ropa tras el múltiple apuñalamiento. Los registros tuvieron lugar en la casa del padre, ubicada en la calle Dalí de la localidad toledana, y el domicilio de la abuela. Esta señora vive al lado del portavoz de la familia de Mateo y primo del menor, Asell Sánchez.

La distancia entre el polideportivo Ángel Tardío y la casa del padre del detenido y de la abuela es entre uno y dos kilómetros, aproximadamente. Es una distancia que se recorre en menos de 20 minutos si se atraviesa el centro del pueblo. Si el arrestado cruzó por las calles de Mocejón, se expuso a que le captasen otras cámaras de seguridad o algún testigo.

Juan vivía la mayor parte del tiempo con su madre en Madrid. Tiene un hermano menor de edad. Sus progenitores están separados desde hace años. El más conocido es su padre, Fernando, aunque los vecinos también reconocen al asesino. “Se veía que no estaba bien”, advertía este lunes a la Guardia Civil una vez trascendió la detención y se confirmó la identidad. Los investigadores confirman a este periódico que el detenido presenta algún tipo de trastorno mental.

Contradicciones del padre

Su padre ha ofrecido declaraciones a medios a Telecinco y Antena 3 en los que aporta información contradictoria en este punto que será relevante para medir la responsabilidad penal de su hijo. El progenitor alega una “discapacidad” de hasta más del 70%, habla de “autismo”, pero al mismo tiempo asegura que su hijo “está sano”, que “es listo” y que no toma ninguna medicación. Confirma su actitud solitaria y que le gusta dar largos paseos por el pueblo. Expertos juristas y psiquiátricos consultados por este periódico advierten de que una discapacidad o un trastorno no garantizan necesariamente una absolución.

Juan fue detenido y, tras los registros, le trasladaron a las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo. Puede permanecer bajo custodia policial hasta 72 horas desde el momento de su detención antes de pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo, que ha decretado el secreto de las actuaciones. A partir del atestado policial, la autoridad judicial tendrá que decidir si le ingresa en prisión, en un centro psiquiátrico penitenciario o en libertad provisional con medidas cautelares.

La agencia Efe, que cita fuentes de la investigación, informó de que el detenido ha confesado parcialmente los hechos ante la Guardia Civil, pero dice que el crimen lo cometió su “otro yo”. Lo que describe es como si él mismo hubiese asistido como tercera persona al apuñalamiento. Al menos hasta este miércoles, los investigadores también se afanaban en buscar el arma homicida en una acequia que recorre uno de los laterales del polideportivo. También en un descampado aledaño. Las dificultades para dar con el objeto acredita que la colaboración del joven no es del todo precisa. Los investigadores creen que el hallazgo puede servir también para contrastar con los cuchillos que hay en casa del padre y de la abuela.

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Alejandro Requeijo

Los testimonios de los vecinos que acudieron a socorrer a Mateo tras la alerta de sus amigos y el portavoz de la familia indican que el pequeño jugaba al menos con otros dos niños. Sus testimonios a la hora de reconocer a Juan como el autor del crimen tendrá peso en el procedimiento judicial.

Entre las cuestiones todavía por determinar, está la motivación del crimen, aunque no es imprescindible de cara a imponer una posible condena. Los investigadores apuntan a que Mateo fue una víctima propiciatoria. Los testimonios de los supervivientes describen una escena en la que los niños echaron a correr y Mateo no fue capaz de escapar. Eso es lo que determinó el fatal desenlace para él. No consta que un niño de apenas once años mantuviese ningún conflicto previo con el detenido.