Puente se enreda con el AVE: presume de obras en medio del caos ferroviario
El ministro de Transportes saca pecho por los avances de la conexión entre Almería y Murcia a pesar de los problemas que acumula el funcionamiento en las líneas ya operativas a causa de los trabajos de mejora
Óscar Puente ha dado buena cuenta en sus redes sociales de su visita a Almería para revisar el avance de las obras del AVE que conectará Murcia con la ciudad andaluza al final de esta legislatura. Desde los trabajos del viaducto que sorteará el Barranco del Cebollero, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible ha certificado que este tramo del Corredor Mediterráneo avanza según lo previsto. Pero si uno entra en la cuenta de X del político socialista, lo primero que se encuentra es un vídeo suyo, con el casco y el chaleco reflectante reglamentarios, donde explica los problemas que sufren en la estación madrileña de Chamartín cada vez que hay un incidente. Esa es la losa con la que tendrá que cargar mientras el sistema ferroviario español viva la dicotomía entre su ampliación y los problemas que acumula, y que se han convertido en un quebradero de cabeza para el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
El exalcalde de Valladolid, uno de los puntales del Gobierno, llegó al cargo justo cuando empezaron a saltar las costuras de un sistema de alta velocidad que cumplió 32 años el pasado abril. Las tres décadas que han pasado desde que el AVE conectó Madrid con Sevilla por la Exposición Universal de 1992 se han aliado con la falta de inversiones que derivó de la crisis económica que comenzó en 2008 y que ahora empieza a recuperarse.
La prueba de esta congelación es la ausencia de nuevos trenes, con 16 años sin convoyes para las cercanías y 14 en alta velocidad, aunque es cierto que en los segundos la situación cambió hace unos meses con la llegada de los ahora polémicos Avril (S106) de Talgo. Y a todo ello hay que sumar la presencia de otros actores, los operadores privados, que han generado una cierta saturación en una red acostumbrada al monopolio en sus primeros años de vida.
España es el segundo país, por detrás de China, en kilómetros de alta velocidad y la cuenta seguirá creciendo según se cumplan los compromisos del actual Ejecutivo. Las obras entre Murcia y Almería están ya todas en ejecución o finalizadas y la intención es que el tren llegue a la provincia más oriental de Andalucía antes del final de la legislatura. El hito no es baladí, ya que supone avanzar en una de las pocas conexiones que escapan al modelo radial de infraestructuras que impera en el país.
El Corredor Mediterráneo es una vieja aspiración de los empresarios almerienses, aliados con los de la Comunidad Valenciana, para conectar todo el levante español hasta llegar a Francia. Más al norte están pendientes de las obras para convertir las vías entre Alicante y Valencia en otras de ancho internacional para que puedan circular trenes de alta velocidad.
Junto con estas obras en el Mediterráneo, Adif tiene en marcha también las mejoras en la conexión de AVE con el aeropuerto de Barajas, la otra tarea pendiente en la cartera de la alta velocidad española en un plazo más corto. Más lejos quedan las conexiones con las capitales vascas o el tren a Extremadura que debe acabar, ya en la siguiente década, en Lisboa. "La red ferroviaria española es la que tiene una velocidad media más alta. Y una de las más puntuales", publicó el titular de Transportes en su cuenta de X este martes. El esfuerzo de Puente por defender las bondades de los trenes españoles se combina con otros mensajes, como el que actualizó la situación de las obras en Chamartín para garantizar que la ampliación del vestíbulo estará lista en octubre.
El lobby de la vieja estación del norte de la capital se ha convertido en el paradigma de la situación de Óscar Puente, que presume del avance de las obras en las ampliaciones del AVE mientras intenta apagar los fuegos de los problemas que sufren las líneas operativas. "Los usuarios están sufriendo, pero no todo son malas noticias", expresaba el titular de Transportes en uno de sus mensajes en redes sociales. El dirigente socialista dará cuenta de la situación en el Congreso a petición del PP, pero ya ha dado pistas de cuál es la clave de bóveda: las obras de "adaptación" de un sistema que sufre el desgaste propio del tiempo, al mismo tiempo que bate récords de usuarios.
A todo ello hay que sumar el problema sobrevenido de los trenes Avril de Talgo, que venían a solucionar en parte la falta de material rodante que impedía, por ejemplo, ampliar frecuencias en Extremadura o el corredor sur. Las incidencias que han provocado los convoyes de la compañía española han encendido todas las alarmas hasta el punto que Renfe plantea una compensación económica a Talgo. "Se ha puesto las pilas", dijo el lunes Puente en RNE respecto a la empresa fabricante, que ha destacado a técnicos en los trenes para intentar atajar los problemas que aparezcan y que tienen en el bloqueo de un convoy en el túnel de Atocha a Chamartín el mayor exponente.
"Las incidencias que se producen en el ámbito ferroviario no son por falta de inversión, sino todo lo contrario", dijo Puente este martes desde Níjar en ese intento por hacer entender a la opinión pública que Transportes no está de brazos cruzados a pesar de las incidencias, amplificadas por las redes sociales y también por la bronca política. Poco después de asumir la cartera, el exalcalde de Valladolid se enzarzó con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, a cuenta de unos incidentes en la red de Cercanías de la capital provocados por dos descarrilamientos en menos de 10 días. La baronesa popular acusó a Sánchez entonces de "despreocuparse" por los trenes de la capital y su área metropolitana.
A estos choques, que han bajado de intensidad en los últimos meses, Puente tendrá que sumar la responsabilidad en el traspaso de la gestión de los Rodalies a la Generalitat de Cataluña, ahora en manos de su compañero de partido Salvador Illa. Parte de los 383 trenes de cercanías que deben llegar a España en las próximas fechas dentro de una compra realizada por el actual Ejecutivo serán para las cercanías catalanas, mientras que el refuerzo también llegará a Madrid y a las redes de cercanías de Cantabria, País Vasco y Asturias.
Óscar Puente ha dado buena cuenta en sus redes sociales de su visita a Almería para revisar el avance de las obras del AVE que conectará Murcia con la ciudad andaluza al final de esta legislatura. Desde los trabajos del viaducto que sorteará el Barranco del Cebollero, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible ha certificado que este tramo del Corredor Mediterráneo avanza según lo previsto. Pero si uno entra en la cuenta de X del político socialista, lo primero que se encuentra es un vídeo suyo, con el casco y el chaleco reflectante reglamentarios, donde explica los problemas que sufren en la estación madrileña de Chamartín cada vez que hay un incidente. Esa es la losa con la que tendrá que cargar mientras el sistema ferroviario español viva la dicotomía entre su ampliación y los problemas que acumula, y que se han convertido en un quebradero de cabeza para el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
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