"Reclutar a Satán": cuando el Mosad captó en España a un jefe nazi para ayudar a Israel
El periodista Sal Emergui desgrana en su libro ‘Descifrando Israel’ cómo el servicio secreto hebreo frustró un plan de Egipto para desarrollar misiles con una reunión clave en Madrid
Israel asesinó hace días a un alto dirigente de Hezbolá en Beirut en una operación respaldada por sus servicios de inteligencia en respuesta a la muerte de 12 niños drusos. Irán le acusa de haber matado también en su territorio al líder Hamás, Ismail Haniyeh, y el régimen de los ayatolás prepara su venganza. Ambas ejecuciones se suman a una larga lista de operaciones secretas que han marcado la historia reciente de Israel y Oriente Próximo. Una de ellas pasó por la España de Francisco Franco, hasta donde se desplazó un legendario agente del Mosad, el servicio secreto hebreo. El objetivo era reclutar para la causa israelí a un viejo oficial nazi que vivía escondido para no responder por sus crímenes durante el Holocausto. El viaje resultó clave para el éxito de la llamada ‘operación Damocles’.
La misión secreta le fue encomendada a un espía que hoy sigue siendo un mito en Israel, Rafi Eitan. Había sido uno de los participantes de la ‘operación Garibaldi’ en la que un comando del Mosad viajó en 1960 hasta Buenos Aires para secuestrar a Adolf Eichmann y trasladarlo a Israel para ser juzgado y condenado como artífice de “la solución final”. Fue la expresión usada por los nazis para referirse a la matanza de millones de judíos en los campos de concentración. El plan era borrar su presencia de la faz de la tierra. Eichmann acabó ahorcado dos años después e Israel comenzó a sacudirse el tabú de la Shoah.
El espía Eitan murió en 2019 con 92 años y se llevó a la tumba infinidad de secretos. Tras su éxito en la localización y captura de Eichmann, sus jefes le mandaron a España para ‘cazar’ a otro nazi, aunque en este caso el plan no era secuestrarlo, sino pedirle ayuda. Ese gerifalte del Tercer Reich escondido en Madrid era Otto Rolf Skorzeny, ex jefe de comandos de Hitler. Con una cicatriz que le recorría todo el rostro, se había inventado una vida nueva como comerciante de armas. Hasta los oídos del Mosad había llegado la información de que Skorzeny quería colaborar con algún servicio secreto a cambio de mucho dinero. La inteligencia hebrea vio ahí una oportunidad para repeler una amenaza que acechaba al joven Estado judío.
Skorzeny fue un teniente coronel de las Waffen SS, considerado el hombre de acción favorito de Hitler. En mayo de 1945 fue hecho prisionero por soldados norteamericanos, juzgado y absuelto en Núremberg (1945-46). Tras 3 años internado en un campo de prisioneros de guerra escapó a España. Pedro de Echave y Pablo Azorín reconstruyeron la vida de este individuo, apoyados en imágenes y documentos desclasificados de la CIA y el FBI en un documental titulado 'El hombre más peligroso de Europa, Otto Skorzeny en España', disponible en la web de RTVE.
Parar los pies a Nasser
El plan de Israel era tumbar el proyecto secreto de misiles que había puesto en marcha el vecino Egipto del presidente Gamal Abdel Nasser. Igual que hoy lo es Irán, Hamás o Hezbolá, en la década de los 60 el gran enemigo era Egipto. Para su desarrollo armamentístico, Nasser había fichado a 300 científicos, expertos e ingenieros alemanes y ahí es donde el nazi Skorzeny podía resultar útil a los judíos. “Israel reclutó a Satán”, dice el periodista Sal Emergui, que recoge esta y otras historias en su libro ‘Descifrando Israel’ (Editorial Confluencias). El capítulo más largo es el que aborda las operaciones del Mosad, algunas más confesables que otras.
El periodista, nacido en Barcelona en 1974, explica a El Confidencial que “cuando Israel se enteró de los planes de Nasser, intentó desbaratarlo y la orden fue dedicar muchos recursos a neutralizarlo. El Mosad vio que muchos de los científicos que empleó Egipto eran alemanes que habían formado parte de la estructura nazi y por eso fueron a buscar a Skorzeny. Vivía en Madrid, era una persona que tenía contactos con la CIA y el Mosad lo sabía”.
Según cuenta en el libro, Eitan viajó hasta España acompañado de otro agente y tuvo una reunión con el nazi en un conocido hotel de la capital. Llegaron hasta a él porque un contacto conocía a su esposa. En un primer momento, el espía judío se presentó como enviado de la inteligencia de la OTAN, pero finalmente confesó a su interlocutor el motivo real de su visita. Unos años antes, Skorzeny le habría matado, pero aceptó colaborar. Pidió inmunidad como condición. Hizo prometer a Israel que no correría la misma suerte que su compañero Eichmann y el Mosad aceptó.
Corresponsal en Oriente Próximo desde finales de la década de los noventa, Sal Emergui entrevistó a Rafi Eitan meses antes de morir. El espía, superviviente del Holocausto, le compartió confidencias como el debate interno que hubo dentro del Mosad antes de recurrir a un exoficial que había colaborado en la estrategia de eliminar al pueblo judío.
“Hubo muchas críticas internas –cuenta Emergui– porque a Alemania todavía se le consideraba el enemigo por el Holocausto, los nazis eran la representación del mal. En el mismo Mosad hubo reticencias porque decían que no todo vale. Había que reclutar a Skorzeny y pagar mucho dinero para que les ayudase. Pero se impuso el principio de que para Israel era en ese momento más importante atacar a las amenazas presentes que perseguir a los monstruos del pasado”. Para convencerse, concluyeron que no tuvo implicación directa en los campos de concentración.
La operación dio resultado. Skorzeny tenía buenos contactos con El Cairo y les facilitó información sobre 12 científicos alemanes que trabajaban en secreto para Nasser. Él mismo había colaborado en la selección de los mejores científicos del antiguo organigrama nazi. Uno de ellos, de hecho, había sido admirador suyo en los tiempos del Tercer Reich. Con esos datos, Israel comenzó una campaña de detenciones e intimidación sobre los expertos alemanes. Le costó un conflicto con Alemania Occidental, pero sirvió para sacar a la luz el plan de Egipto y que las autoridades germanas impidieran a sus compatriotas seguir colaborando con Nasser.
“En Israel se conoce la 'operación Damocles' y la réplica de Israel al plan de Nasser, pero en concreto el tema de Skorzeny no se conoce mucho. El Mosad debe ser el único organismo en Israel que no habla demasiado”, concluye con humor Emergui. Hoy, muchos años y muchas misiones después de Skorzeny, nadie se ha atribuido el asesinato del líder de Hamás. El Mosad cumplió su parte del trato y el nazi Skorzeny vivió tranquilamente hasta que murió por causas naturales en España en 1975, el mismo año que falleció el dictador Franco y el país iniciaba su transición hacia la democracia.
Sal Emergui cuenta que su objetivo con este libro “no ha sido reflejar si los israelíes son muy buenos o muy malos, simplemente contar cómo son porque casi siempre se habla de los israelíes, pero no se habla con los israelíes. Antes de juzgar hay que conocer”. ‘Descifrando Israel’ es un reportaje extenso sobre el país plagado de datos y entrevistas a personas de diferente origen, religión y lugar que van desde el Ejército al mundo del arte. Termina abordando lo sucedido el 7 de octubre y lo que sucederá después de esa fecha que ha sacudido Oriente Próximo.
“Israel es una potencia del estrés más allá de los contrastes. Es un país en ansiedad constante. Por ejemplo, te resumo algunas noticias que tuvieron lugar este lunes por la noche: un joven palestino que había sido liberado en el acuerdo de tregua y canje en noviembre realizó un atentado en Cisjordania, Hamás anunció que captores asesinaron a un rehén e hirieron a dos secuestradas en la Franja de Gaza, Hezbulá lanzó proyectiles contra el norte de Israel que respondió atacando objetivos suyos en sur del Líbano, se multiplicaron las informaciones sobre un ataque inminente de Irán lo que obligó al portavoz militar a dar una conferencia de prensa para calmar a la población, ciudadanos sintieron los efectos de un terremoto en Siria ", cuenta.
"La mentalidad del israelí es desconfiar de todo, ir siempre sin rodeos, a veces rozando la antipatía, no temer al fracaso, resiliente. Es muy diferente a España y a Europa porque el contexto es diferente, el barrio es diferente, está rodeado de países hostiles y grupos armados cuyo objetivo desde la mañana a la noche es intentar matar israelíes. Una de las desgracias o ventajas de Israel es que es juzgado con ojos occidentales, pero sin darse cuenta de dónde vive”, concluye el periodista.
Israel asesinó hace días a un alto dirigente de Hezbolá en Beirut en una operación respaldada por sus servicios de inteligencia en respuesta a la muerte de 12 niños drusos. Irán le acusa de haber matado también en su territorio al líder Hamás, Ismail Haniyeh, y el régimen de los ayatolás prepara su venganza. Ambas ejecuciones se suman a una larga lista de operaciones secretas que han marcado la historia reciente de Israel y Oriente Próximo. Una de ellas pasó por la España de Francisco Franco, hasta donde se desplazó un legendario agente del Mosad, el servicio secreto hebreo. El objetivo era reclutar para la causa israelí a un viejo oficial nazi que vivía escondido para no responder por sus crímenes durante el Holocausto. El viaje resultó clave para el éxito de la llamada ‘operación Damocles’.
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