Abascal amenaza al PP con romper sus gobiernos si no frena la amnistía en el Senado
El líder de Vox, que pide la ilegalización de ERC y Junts a través de la Cámara Alta, abandonó el Congreso junto a sus diputados tras acusar a Sánchez de "dar un golpe de Estado". Armengol lo retiró del diario de sesiones
Santiago Abascal elevó el tono hasta el extremo en su intervención durante la investidura de Pedro Sánchez. El líder de Vox, que habló de un "golpe de Estado en ciernes", instó a Alberto Núñez Feijóo a paralizar la amnistía en el Senado bajo la amenaza de romper sus gobiernos autonómicos. "Tiene la obligación legal y moral de hacerlo. De lo contrario, estarían colaborando lateralmente con el golpe y eso nos impediría a nosotros colaborar con ustedes en el resto de las instituciones. Nos lo pondrían muy difícil", subrayó Abascal, que también anunció el registro de una moción en la Cámara Alta para iniciar la ilegalización de ERC y Junts.
Abascal y sus 32 diputados incluso abandonaron la Cámara sin escuchar la réplica de Sánchez. El líder de Vox acusó al presidente del Gobierno en funciones de dar un "golpe de Estado" y lo comparó con tiranos como Adolf Hitler, Hugo Chávez o Nicolás Maduro, bajo el argumento de que ellos también llegaron al poder a través de elecciones democráticas y como reproche a su respuesta a Alberto Núñez Feijóo sobre la "dictadura de los votos". Acto seguido se desató una enorme algarada en el Congreso.
Francina Armengol obligó a Abascal a retirar sus palabras, pero este se negó. Y una vez finalizado su discurso, de poco más de media hora, enfiló la puerta. "Ahora puede usted lanzar a sus embustes a quien quiera escucharle, que nosotros nos iremos junto al pueblo español", dijo al dirigente socialista.
La intervención de Abascal marcó el punto más tenso de la sesión. Prácticamente a gritos cargó contra Sánchez por "acabar con la división de poderes", "subvertir el orden constitucional y el orden constituyente" y "preparar un golpe en connivencia con las minorías separatistas". La presidenta del Congreso intentó aplacar el encendido discurso del líder de Vox y le instó a retractarse, pero tuvo que ser a la fuerza y retirar sus palabras del diario de sesiones. "España sabe perfectamente lo que es una dictadura y lo que es un golpe de Estado", dijo Armengol.
La advertencia no desvió ni un milímetro el discurso de Abascal, que no solo no retiró sus palabras, sino que fue a más. "Está demostrando que efectivamente nuestra denuncia es una realidad, que ya ni los diputados tienen libertad de expresión en la tribuna de oradores del Congreso", subrayó el líder de Vox, de nuevo a gritos.
La réplica de Vox agitó aún más si cabe al Congreso, sumergido desde primera hora en un constante de cruce de reproches, gritos e insultos. La ida y vuelta no fue en este caso. Sánchez no pudo contestar a la formación ultraconservadora, aunque lo cierto es que trufó todas sus intervenciones de referencias a Abascal, su partido y las alianzas con el PP en los Gobiernos autonómicos y municipales tras el 28-M. Tanto antes como después de la bronca. Los discursos del candidato a la presidencia, más allá de su programa y algunos anuncios, se centraron en armar un frente contra la "derecha reaccionaria".
El único que contestó a Vox fue el portavoz parlamentario del PSOE, Patxi López, con una breve intervención. El socialista, que destacó que la sesión investirá a un "presidente legítimo y democrático", calificó las acusaciones de Santiago Abascal como una ofensa al "grupo socialista, esta Cámara y la inteligencia", espetó con tono serio. "Han sido una serie de expresiones que en sí mismas son un discurso de incitación al odio", añadió, para pedir la urgencia de retirar del diario de sesiones las palabras ya descritas. "Como presidenta del Congreso me toca, y a todos los diputados y diputadas, defender el decoro de la Cámara y defender más que nunca las instituciones democráticas y así lo haremos", concluyó Armengol.
Protestas en la calle
La estrategia de Vox apunta ahora a la calle, como ha hecho durante la última semana, frente a la sede del PSOE. La formación, que según salió del Congreso acompañó a los manifestantes congregados en Neptuno, después hará lo propio en la calle Ferraz. "Sus mentiras, su risa siniestra que recordaba a la del emperador Nerón mientras ardía Roma, su falta de moralidad, la sensación de que ha perdido el juicio con este ataque a la Constitución y de que es hoy una mezcla de Maduro vestido de Cantinflas que pasa de un gobierno ilegítimo a un gobierno ilegal nos hace tener la convicción absoluta de que no estamos ante una investidura. Estamos ante el inicio de un golpe a la Constitución y a la nación", añadió Abascal para cerrar su intervención.
El segundo pilar de su plan también continuará. Vox ya ha presentado una querella por cohecho contra Sánchez en el Supremo y hará lo propio con los miembros de la Mesa del Congreso y el Senado por un presunto delito de prevaricación. La formación seguirá la senda en los tribunales que tantos éxitos le brindó en el pasado, si bien esta legislatura ha perdido dos herramientas fundamentales al bajar de 52 a 33 escaños, sin posibilidad de presentar mociones de censura (la pasada legislatura impulsó dos, la última con Ramón Tamames como protagonista) ni recursos de inconstitucionalidad.
El partido busca resquicios para retomar la iniciativa, algo que también se refleja en la reclamación para ilegalizar a ERC y JxCAT a través del Senado. Un extremo que dependerá del PP, con mayoría absoluta en la Cámara Alta. "Le ruego a Feijóo que dejen al lado cualquier duda y acariciar elecciones que son imposibles", declaró.
Santiago Abascal elevó el tono hasta el extremo en su intervención durante la investidura de Pedro Sánchez. El líder de Vox, que habló de un "golpe de Estado en ciernes", instó a Alberto Núñez Feijóo a paralizar la amnistía en el Senado bajo la amenaza de romper sus gobiernos autonómicos. "Tiene la obligación legal y moral de hacerlo. De lo contrario, estarían colaborando lateralmente con el golpe y eso nos impediría a nosotros colaborar con ustedes en el resto de las instituciones. Nos lo pondrían muy difícil", subrayó Abascal, que también anunció el registro de una moción en la Cámara Alta para iniciar la ilegalización de ERC y Junts.