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Puesta en valor del producto, fondos europeos o gestión del agua: los retos del campo español
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Puesta en valor del producto, fondos europeos o gestión del agua: los retos del campo español

El sector agroalimentario presume de buenas cifras, pero los expertos creen que debe poner en valor la calidad de sus productos, gestionar mejor el agua y aprovechar los fondos europeos para transformarse

Foto: Foro 'La importancia del sector agroalimentario: la España que alimenta'.
Foro 'La importancia del sector agroalimentario: la España que alimenta'.

El campo español ha duplicado su peso en el PIB nacional en los últimos 15 años, pasando del 5,3% en 2007 al 10% actual. En el conjunto de la Unión Europea, nuestro país se sitúa en cuarta posición en los listados tanto de producción como de exportación, mientras que en el escenario internacional ocupa el séptimo lugar. Sin embargo, pese a lo positivo de esta evolución, existen retos inaplazables a la hora de construir el sector agroalimentario de las próximas décadas, entre los que destacan la traslación del incremento de costes de producción al precio final, el relevo generacional, la digitalización, las exigencias medioambientales o la consolidación de la imagen cualitativa en el exterior.

Una de las regiones españolas más competitivas y con mayor margen de crecimiento es Castilla y León, motivo por el que El Confidencial organizó en Valladolid un foro que lució el título de La importancia del sector agroalimentario: la España que alimenta. El evento, organizado de la mano de CaixaBank y Grupo DIA, contó con las intervenciones de Juan Carlos Suárez-Quiñones, consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León, y Jesús López, director de AgroBank en Castilla y León.

La jornada se completó con un debate cuyo panel de expertos estuvo constituido por Óscar Díez Sánchez, jefe del área de Calidad Alimentaria del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León; Lorenzo Rivera, coordinador de la Alianza UPA-COAG; Santiago Mora, director general del Consejo Regulador de la DO Rueda; Francisco Hevia, director corporativo de Gullón; Paloma Cabral, directora corporativa de McDonald's España, y Óscar Hernández, director de Asuntos Públicos y Comunicación de Pascual.

En su discurso de bienvenida, el consejero Suárez-Quiñones concretó que los desafíos a los que debe hacer frente el campo castellanoleonés, desde su punto de vista, son tres: “Conseguir la gestión sostenible de los residuos para revalorizarlos en un proceso de economía circular, aprovechar la oportunidad que supone para el sector la implantación de energías renovables y mejorar la utilización de un recurso tan escaso en nuestro país como es el agua”. Por su parte, Jesús López puso de relieve la importancia económica del sector agroalimentario en España y en especial en Castilla y León, “donde el peso de esta actividad sobre el PIB duplica la media nacional”.

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Ya en la mesa redonda, Óscar Díez Sánchez aseguró que “en esta tierra tenemos territorio, tradición, historia y, sobre todo, contamos con el excelente trabajo que realizan nuestros agricultores. No obstante, las compañías del sector carecen de herramientas para comunicarlo con eficacia y que se pueda trasladar un precio justo al consumidor final”. El representante del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León puso un ejemplo de iniciativa de éxito que ha conseguido impulsar el campo regional: “Hace 14 años, creamos la marca Tierra de Sabor y hemos conseguido grandes resultados a la hora de poner en valor nuestros productos. Ahora necesitamos que las compañías innoven y se digitalicen para comunicarse mejor con el público y que este quiera pagar un precio más alto por unos productos que pueden presumir de una calidad excelente”, apuntó.

"Es difícil competir con lo que viene de fuera, porque los controles de seguridad alimentaria que se nos aplica son mayores" (Rivera)

Lorenzo Rivera hizo un breve recorrido histórico para evidenciar cómo el campo español se ha ido adaptando a los diferentes problemas que han acontecido en las últimas décadas: “Desde las exigencias de la política agraria de la UE hasta el periodo de sequía actual, siempre nos hemos repuesto a los vaivenes para ofrecer calidad y competitividad. Sin embargo, en estos momentos es muy difícil competir con lo que viene de fuera, porque los controles de seguridad alimentaria que se nos aplican a nosotros son mayores y, además, estamos sufriendo mucho con los incrementos de costes”. El coordinador de la Alianza UPA-COAG se mostró tajante: “La ley de cadena alimentaria es la única arma que tenemos para reclamar un precio justo. Necesitamos una política agraria que sea atrevida y defienda con contundencia al sector que nos da de comer”.

Para Óscar Hernández, la principal necesidad de esta industria es “acometer una transición”. Para ello, su reivindicación pasa "por un pacto de Estado que aborde de frente las cuestiones de mayor gravedad, como son la gestión del agua o la influencia geopolítica". Por otra parte, respecto a la disonancia entre los precios de producción y de venta al público, enfatizó que “la época de la abundancia se ha terminado y esto el consumidor tiene que entenderlo. Hoy en día, los alimentos están incrementando su precio por cuestiones como una energía más cara, materias primas escasas o la crisis que afecta a la cadena de valor”.

placeholder Lorenzo Rivera (Alianza UPA-COAG), Santiago Mora (DO Rueda) y Francisco Hevia (Gullón).
Lorenzo Rivera (Alianza UPA-COAG), Santiago Mora (DO Rueda) y Francisco Hevia (Gullón).

La representante de McDonald’s en la tertulia confirmó que “desde el subsector de la restauración hemos puesto en marcha medidas para poner en valor el trabajo que se hace en el sector agroalimentario español”. En este sentido, aclaró que “en estos momentos existe demasiada distancia entre el consumidor y lo que ocurre en el campo. Por un lado, al cliente final no le llega el esfuerzo real que hay detrás de cada producto y, por otra parte, tampoco conoce los avances en materia de igualdad o de transformación tecnológica que se están acometiendo y que requieren inversiones muy fuertes”.

La receta que aboga por alcanzar el éxito —pese a los hándicaps— basándose en poner en valor la calidad del producto se repitió a lo largo del coloquio. Un ejemplo comprobable de esta premisa llegó de la mano de Santiago Mora. Así, el director general del Consejo Regulador de la DO Rueda precisó que, “mientras el sector vinícola ha experimentado un descenso del 10% en el consumo internacional, nuestra denominación no solo crece a buen ritmo, sino que el año 2022 lo cerramos con récord de ventas histórico”. La clave, en su opinión, es “aprovechar que el medio rural no se puede deslocalizar para dotar al producto de mayor valor: el origen local y los procesos ligados al territorio cada vez son mejor puntuados por los consumidores y, por lo tanto, nos encontramos ante una gran oportunidad”, señaló.

"El origen local cada vez es mejor puntuado por los consumidores: nos encontramos ante una gran oportunidad" (Santiago Mora)

Francisco Hevia se mostró igualmente optimista: “Si nos planteamos que cada vez hay más población en el planeta y esta tiene unos hábitos cada vez más parecidos a los europeos, nuestro sector tiene un potencial de crecimiento ilimitado y nosotros estamos muy bien posicionados, porque somos excelentes productores y nuestra industria agroalimentaria es la más importante de Europa en lo que a calidad se refiere”, puntualizó. Aun así, el director corporativo de Gullón también enumeró algunos de los desafíos más acuciantes, como son “el tamaño de las explotaciones y la internacionalización”. El experto subrayó que “necesitamos interpretar correctamente qué es lo que ocurre en la mesa del consumidor y producir lo que pide. Si lo conseguimos, los precios serán más justos y tendremos un futuro estupendo”.

Transformar el campo con fondos europeos

Al margen de los retos del campo, el gran tema que se coló en el tramo final del debate fue el reparto de fondos de la Unión Europea. Óscar Hernández explicó que, “según el presidente del Gobierno, el Perte Agroalimentario obtendría 1.800 millones de euros. La realidad final fueron 150 millones en subvenciones y 900 en préstamos, pero la gran pregunta es, ¿dónde está ese dinero?”. El director de Asuntos Públicos y Comunicación de Pascual insistió en que “en la segunda convocatoria habrá otro Perte que afecte al campo, esta vez enfocado a la digitalización del ciclo del agua, y en este caso el problema es, de nuevo, la fragmentación y deslealtad entre Administración central y comunidades autónomas”.

placeholder Paloma Cabral (McDonald's), Óscar Hernández (Pascual) y Óscar Díez Sánchez (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León).
Paloma Cabral (McDonald's), Óscar Hernández (Pascual) y Óscar Díez Sánchez (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León).

Sobre esta cuestión, Francisco Hevia afirmó que “nos estamos despistando con los fondos europeos y por eso se devuelve parte del dinero, ya que no se está canalizando bien”. El representante de Gullón recomendó preguntar en otra ventanilla: “Se nos olvidan los programas ordinarios de la UE, que habilitan 400.000 millones de euros al año con otras líneas a las que el campo puede acudir y, quizá, no lo hace”.

El tema planteó diversidad de opiniones. Mientras para Santiago Mora “los fondos europeos traen una reconversión relativa”, para Paloma Cabral “se debe pensar de forma holística para acometer una transformación eficaz y atender también a los sectores e industrias que conviven con el agrario”. Por su parte, Óscar Díez Sánchez sí ve en los fondos NextGenerationEU “una ocasión para poner a disposición de los agricultores las herramientas que necesitan para transformar la industria y sus procesos”.

Finalmente, dado que la exigencia de Europa para liberar las diferentes partidas está ligada, principalmente, a la tecnología y la sostenibilidad, Lorenzo Rivera se quiso detener a reflexionar sobre ambas tendencias. Respecto a la primera, destacó que “la digitalización llega más tarde al campo que a otros sectores”, mientras que sobre la segunda remarcó que, “pese a que los agricultores ya tomamos algunas medidas para que nuestro impacto medioambiental sea el menor posible, el despliegue masivo de renovables está produciendo situaciones insólitas y poco aceptables”. Y puso un ejemplo: “Producir un litro de hidrógeno verde consume 11 litros de agua que, en algunos casos, procede de acuíferos vírgenes del cuaternario. Pero hay que entender que para un agricultor mayor, sin relevo generacional y con una explotación deficitaria, es rentable delegar en este tipo de compañías”, concluyó.

El campo español ha duplicado su peso en el PIB nacional en los últimos 15 años, pasando del 5,3% en 2007 al 10% actual. En el conjunto de la Unión Europea, nuestro país se sitúa en cuarta posición en los listados tanto de producción como de exportación, mientras que en el escenario internacional ocupa el séptimo lugar. Sin embargo, pese a lo positivo de esta evolución, existen retos inaplazables a la hora de construir el sector agroalimentario de las próximas décadas, entre los que destacan la traslación del incremento de costes de producción al precio final, el relevo generacional, la digitalización, las exigencias medioambientales o la consolidación de la imagen cualitativa en el exterior.

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