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Correa se reinventó en la cárcel de Valdemoro como líder de la asesoría legal para presos
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Le sancionaron por tener un móvil

Correa se reinventó en la cárcel de Valdemoro como líder de la asesoría legal para presos

Asumió en 2020 la dirección de este organismo en el centro penitenciario, donde ayuda a reclusos a entender documentos jurídicos y les enseña a relacionarse con los tribunales

Foto: Correa, en una de sus visitas a la Audiencia Nacional. (EFE/Fernando Villar)
Correa, en una de sus visitas a la Audiencia Nacional. (EFE/Fernando Villar)
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Francisco Correa era un empresario de éxito que terminó liderando la trama Gürtel, uno de los mayores casos de corrupción de la historia reciente en España, capaz de provocar la caída de un Gobierno. Cuando ingresó en prisión, dedicó buena parte del tiempo a estudiar las múltiples causas por las que fue condenado. Esa experiencia en los tribunales y todas las horas que gastó leyendo sumarios judiciales le sirvieron para convertirse en el responsable de la Comisión Legal de la cárcel madrileña de Valdemoro. Así es como uno de los corruptos más mediáticos de los últimos años se reinventó como asesor jurídico de otros presos.

El juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, considera que Francisco Correa presenta una evolución positiva suficiente como para acceder ya a un régimen de semilibertad. El magistrado ha tenido en cuenta los informes de los profesionales que le tratan en prisión y en su resolución ofrece detalles de su día a día entre rejas: “Desde octubre de 2020 se ha hecho cargo de la Comisión de Ayuda Legal que trata de ayudar al resto de compañeros a hacer recursos pertinentes en sus causas, a comprender los diferentes autos y momentos procesales de su situación, a interpretar los textos legales, etc.”. Según dice, esto “es la actividad que mayor reconocimiento le ha dado entre los internos”.

Foto: La carta remitida por Correa a la Fiscalía Anticorrupción.

Correa ha pasado nueve años y ocho meses preso. La resolución a la que ha tenido acceso El Confidencial abre la puerta a que salga regularmente ocho años antes de lo previsto. El preso acumula múltiples condenas. Solo por la primera época de Gürtel (1999-2005) le impusieron 51 años de prisión. Al sumar diferentes penas, los jueces le impusieron un máximo de tiempo de 18 años privado de libertad, el resultado de multiplicar por tres el delito más grave cometido, algo habitual y previsto en la ley. Según ese cálculo, no terminará de saldar sus cuentas con la Justicia hasta julio de 2031.

Lejos quedan los años en que amasó una fortuna o estaba entre los invitados a la boda de la hija del presidente del Gobierno, José María Aznar. La ceremonia, un símbolo de aquellos tiempos, se celebró en el Monasterio de El Escorial. Ahora Correa tiene 67 años y 20,7 millones menos en su patrimonio. Es la cantidad que ha aportado para saldar las responsabilidades civiles que le iban imponiendo las sentencias. A la espera de que su progresión al tercer grado sea firme, el empresario se encuentra ubicado en un módulo de respeto de la prisión madrileña. Ingresó en febrero de 2017 tras algo menos de cinco años en libertad provisional. Antes había pasado tres años y medio en prisión preventiva tras su arresto en febrero de 2009.

En un módulo de respeto

Los módulos de respeto son zonas de la prisión donde se da mayor grado de confianza a presos no conflictivos. Son instancias con margen para cierta autogestión donde los presos se reparten las tareas de limpieza. Hay menos presencia de funcionarios. Correa era uno de estos internos con una hoja de comportamiento inmaculada hasta que en 2019 incumplió una norma básica en prisión. Le pillaron con un teléfono móvil que le costó una sanción por falta grave en marzo de 2019 y la expulsión del módulo de respeto durante tres meses.

Foto: Francisco Correa, en 2016, a su llegada a la Audiencia Nacional para declarar por la trama Gürtgel. (EFE)

Su labor como asesor jurídico de otros presos le brindó una oportunidad para cambiar su actitud, según dicen los informes oficiales. “Coincidiendo con el desempeño de esta responsabilidad, se han producido una serie de cambios en su conducta personal, como es el reconocimiento de errores cometidos a lo largo de su trayectoria”, refleja el educador social que le trata en prisión. En 2021, Correa llegó a firmar un texto en el que manifestó su deseo de transmitir su arrepentimiento a la opinión pública. Pero el cabecilla de la Gürtel no fue siempre así en la cárcel.

“Durante largo tiempo —dice el auto— ha tenido un perfil bajo entre la población del módulo sin destacar intencionadamente, salvo inevitablemente por tratarse de un personaje mediático, dedicando su tiempo mayormente a la preparación de su defensa por la multitud de juicios a los que ha sido citado y también buena parte de su tiempo libre a mantenerse en forma haciendo uso del gimnasio del módulo y haciendo deporte en el patio, lugares donde socializa con el resto de internos adecuadamente”. En sus conversaciones en la cárcel, Correa verbalizó su preocupación por lo que se encontrará al salir de la cárcel, “teniendo en cuenta quién es públicamente y la edad que tiene”.

Foto: Imagen: EC Diseño.

De momento, el juez argumenta, como uno de los motivos para otorgarle el régimen de semilibertad, la existencia de una oferta de trabajo fuera de la prisión. Se trata de una posibilidad laboral en un medio de comunicación tras casi tres lustros generando muchos de los titulares más relevantes de la prensa judicial y política.

Francisco Correa era un empresario de éxito que terminó liderando la trama Gürtel, uno de los mayores casos de corrupción de la historia reciente en España, capaz de provocar la caída de un Gobierno. Cuando ingresó en prisión, dedicó buena parte del tiempo a estudiar las múltiples causas por las que fue condenado. Esa experiencia en los tribunales y todas las horas que gastó leyendo sumarios judiciales le sirvieron para convertirse en el responsable de la Comisión Legal de la cárcel madrileña de Valdemoro. Así es como uno de los corruptos más mediáticos de los últimos años se reinventó como asesor jurídico de otros presos.

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