Rebelión en los territorios de Podemos: exigen pactar con Sumar o "pasos al lado"

Las direcciones territoriales de Podemos redoblan la presión en favor del pacto con Sumar a poco más de 48 horas de que expire el plazo para registrarlo. Hay movimientos en Galicia, Navarra y Madrid, los hubo hace días en Canarias pero son especialmente claros en Extremadura. La líder de Podemos en la región, Irene de Miguel, ha reclamado este miércoles "un paso a un lado" a quienes "no quieren la unidad", además de recordar que el "mandato" de la Ejecutiva morada es "llegar a un acuerdo", y que existe "un consenso absoluto" en su homóloga extremeña sobre la necesidad de "participar en el Movimiento Sumar".

"Aquellos que no quieran unidad tienen que dar un paso a un lado y dejar a los que creemos que la unidad sí es el camino", afirmó la líder morada en una entrevista en Canal Extremadura Radio. La suya es una de las escasas regiones en las que las siglas Unidas Podemos han mantenido su representación parlamentaria tras el fatídico 28-M. En una organización tan jerarquizada, que presume habitualmente de sus cierres de filas, no es habitual que las direcciones regionales marquen el paso o muestren signos de rebeldía ante la dirección estatal. El elefante en la habitación para la cúpula es la posibilidad de que alguna de las direcciones se desmarque de la posición final que marquen Belarra, Irene Montero y otros dirigentes estatales, con alguno de estos dirigentes integrándose en las listas de Díaz. Desmembrando a la organización. Desde la dirección morada sostienen que el pacto con Díaz es necesario, si bien fuera de cámara hay quienes afirman que no tragarán con un acuerdo que suponga una "humillación".

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Más allá de la petición de dimisiones del vicepresidente de Baleares, Juan Pedro Yllanes -sin cargo orgánico-, y de los gestos de apoyo a Sumar en Euskadi, Baleares, o en las regiones que hoy mueven ficha, las direcciones territoriales han medido sus pasos, conscientes de la sensibilidad de la negociación. Distintos dirigentes abogaban por dar tiempo a la cúpula de Ione Belarra, antes de exigir públicamente "generosidad y humildad" a la dirección estatal, como ha hecho De Miguel. La coordinadora autonómica morada ha reconocido que tendrán que hacer "cesiones", y ha incidido en que "Podemos no puede dejar de estar" en el proyecto de Díaz: "En otra forma, en otro nombre", pero tiene que estar", ha aseverado. Su caso es paradigmático: siempre se ha mostrado alineada con la dirección de Belarra, sin dejar de mostrar su cercanía con Sumar, y hasta este miércoles había evitado ser tan contundente en público.

De Miguel ha incidido en que "no entra en la ecuación que no haya acuerdo", y ha asegurado que así se lo trasladó a la propia Belarra estos días. Cuestionada sobre si la marca Podemos está hoy amortizada, la líder morada ha negado la mayor, recordando que en Extremadura han "revalidado" sus cuatro escaños en la Asamblea, aunque se han dejado 8.000 votos en el camino. Medía sus palabras, pero deslizaba su visión sobre la ausencia de autocrítica en su partido: "No sé si hemos reconocido errores".

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Horas antes, su homóloga en Navarra, Begoña Alfaro, advertía de que sería "una irresponsabilidad impresionante" no lograr este acuerdo. Navarra es el único territorio en el que crecieron en las elecciones autonómicas y municipales. Durante la tarde entraba en escena Borja San Ramón, que advertía de que "acordar no es resignarse". "Hay que hacer posible lo necesario", afirmaba, señalando que aún "hay tiempo" para pactar con Sumar. Y, el domingo, el Consejo Ciudadano de Canarias lanzó un comunicado para defender su compromiso "inequívoco" con la unidad en torno a Sumar.

Los dos se pronunciaban en la misma línea que Jesús Santos, líder en Madrid y concejal en Alcorcón (con un 15% de los votos), el viernes. El propio Jesús Santos compartió en sus redes sociales un tuit de Podemos Extremadura que reproducía las palabras de la líder regional morada. Dirigentes como Alfaro o San Ramón se consideran alejados de las tesis de la dirección estatal, pero no así de Miguel, ni tampoco la candidata a la Comunidad de Madrid el 28-M, Alejandra Jacinto.

En una entrada en su blog compartida por la dirección morada en Madrid, Jacinto publica reflexiones ante sus votantes tras quedarse a escasas décimas de revalidar la representación institucional en el Parlamento regional, y pide "leer lo sucedido" de cara al 23-J. Lamenta que habrían conseguido "frenar a la derecha" en Madrid, de haber logrado la "unidad de las fuerzas progresistas a la izquierda del PSOE", y sostiene que este convencimiento va "íntimamente" unido a otra de sus conclusiones, que opta por la "esperanza frente a la resignación". "La primera conclusión alumbra el camino a seguir para la próxima cita electoral". "Si sabemos leer lo sucedido, tenemos ante nosotros las pistas para escribir el futuro".

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Estrictamente, Jacinto mide sus palabras, pero reclama la "unidad como forma de hacer política en común, tanto dentro como fuera de las instituciones"."Unidad, no como fetiche, unidad no sólo como resultado", abunda.

Uno a uno, los territorios van posicionándose, mientras la dirección estatal, en palabras del portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, aprieta a Díaz para zanjar las negociaciones cuanto antes, y mantiene que desde otros partidos han vetado a figuras de Podemos. Es precisamente lo que negaba el portavoz de campaña de Sumar, Ernest Urtasun, después de que lo hicieran desde Más Madrid, Compromís y los comunes, las tres formaciones señaladas por Pablo Iglesias como contrarias a la incorporación de Podemos al acuerdo, el lunes.

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Y, si Echenique señalaba el retraso en las negociaciones, Urtasun devolvía la pelota y advertía de que, en esta ocasión, no habrá pacto 'in extremis', como ocurrió en Andalucía. "No vamos a esperar hasta el último minuto, estamos finalizando el acuerdo", advirtió. El eurodiputado verde esquivaba la batalla interna que ayer enmudeció a Podemos, cuando los comunes denunciaron que la dirección de Belarra les había trasladado que negociaban un pacto con ERC para las generales, en lugar de reeditar la fórmula de concurrir conjuntamente, que han repetido desde 2015 en todas las citas electorales.

La tildó de "ruido", mientras la líder de Podem en Cataluña, integrada también en la cúpula de Ada Colau, Jessica Albiach, trataba de no echar "más leña al fuego" tras un episodio que generó un nuevo frente a la izquierda en un momento especialmente delicado: "Podemos nos lo traslada, ERC lo desmiente y lo doy por cerrado", intentó zanjar. El tiempo apremia, los aliados de Sumar se muestran convencidos de que habrá pacto -con o sin Podemos-, y tratan de realinearse para rebajar decibelios.