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El PP evitará un trato de favor a Vox en la constitución de la Mesa en los parlamentos
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El PP evitará un trato de favor a Vox en la constitución de la Mesa en los parlamentos

La composición del órgano de gobierno en las cámaras autonómicas es la primera piedra de toque en las negociaciones de la derecha, con la Comunidad de Madrid (13 de junio) y Murcia (14) como primeros escenarios

Foto: Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, durante el desfile del 12 de octubre. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, durante el desfile del 12 de octubre. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Las negociaciones para la constitución de los parlamentos autonómicos y sus órganos de gobierno son la primera piedra de toque en la tensa relación entre el PP y Vox tras el 28-M. Lo será en territorios donde los dos partidos de la derecha deben ponerse de acuerdo para la investidura, pero también en lugares donde no existe esta situación aunque el contacto es inexistente. El punto de partida, señalan fuentes populares, es que no habrá trato de favor a sus potenciales socios de coalición, bajo la premisa de minimizar su presencia en las respectivas mesas para reducir su capacidad de influencia en los futuros ejecutivos populares. Los dos primeros escenarios serán los de la Comunidad de Madrid, con la sesión inaugural programada para el 13 de junio, y la Región de Murcia, fechada para un día después.

La Asamblea madrileña será la primera Cámara regional que se constituya. La gobernabilidad está asegurada tras la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso, pero la composición de los siete integrantes de la Mesa está todavía por decidir, con el morbo añadido de que Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio no se hablan desde hace meses. Lo cierto es que la presencia de Vox en el máximo órgano de gobierno parlamentario solo depende de la generosidad del PP.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo y José Luis Martínez-Almeida, en el balcón de Génova. (EFE/Juanjo Martín)
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En los comicios de 2021, cuando Ayuso necesitaba el apoyo de Monasterio para gobernar, le hizo un hueco y le concedió con sus votos uno de los asientos, aunque no le correspondía por representación (13 diputados). El órgano quedó dispuesto con la presidencia, la vicepresidencia primera y dos secretarías para el PP; una vicepresidencia para Vox y otra para Más Madrid, y una secretaría para el PSOE. Podemos quedó fuera. La propia presidenta destacó el movimiento y recordó que Vox contaba "solo con 13 de 136 diputados". "Voy a buscar la manera de que tengan un puesto en la Mesa porque creo que eso es de ley, porque nos vamos a tener que entender en algunas ocasiones", declaró Ayuso. La situación ahora es completamente distinta.

El PP ya no necesita a Vox en la Comunidad de Madrid. Todo lo contrario. Y a nadie se le escapa que la relación entre los dos partidos se ha deteriorado notablemente en la región. Todos los puentes entre Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio se vinieron abajo en el tramo final de la legislatura, tras el boicot de la formación ultraconservadora a los presupuestos y otras iniciativas de los populares. Fuentes de ambas fuerzas políticas aseguran que a una semana para la constitución del Parlamento aún no han empezado a negociar y no se ha abordado si mantendrán la estructura actual. El resto de grupos sí han empezado a moverse y esperan que la izquierda tenga ahora la misma representación que en los dos últimos años. El PP, según el reglamento, no podrá tener más de cuatro miembros en el órgano.

La otra gran incógnita en la Asamblea de Madrid es quién ostentará la presidencia. El PP mantiene en secreto a su candidato, aunque todos los focos apuntan a una de las personas de máxima confianza de la dirigente autonómica: Enrique Ossorio. El consejero de Educación, número dos en el Ejecutivo saliente, se sitúa en un lugar destacado en todas las quinielas e incluso él ha alimentado los rumores sin desmentir esta posibilidad. "Yo, como siempre, y de momento me ha ido muy bien, haré lo que diga la presidenta", dijo este lunes. La última presidenta ha sido la popular María Eugenia Carballedo, que concurrió como cuatro en la lista al 28-M.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (d); y el expresidente del Gobierno, José María Aznar (EFE/Kiko Huesca)

La siguiente en la lista para constituir la Mesa regional es la Región de Murcia. Aunque Vox advirtió desde la campaña de que allí donde el PP necesitase uno solo de sus votos para gobernar habría condiciones, lo cierto es que Fernando López Miras se quedó solo a dos escaños de la mayoría absoluta. Las negociaciones para su investidura aún no han comenzado, pero los populares de Murcia avanzan ya que no habrá demasiadas cesiones al partido situado a su derecha. Fuentes de la formación avanzan que el PP se hará con tres de los cinco puestos que se repartirán en la Asamblea el próximo 14 de junio. Y los otros dos se repartirán de forma equitativa entre las dos fuerzas con más votos: uno para PSOE y otro para Vox.

Génova ha pedido a sus cargos territoriales dormir los pactos con los ultraconservadores hasta después de las próximas elecciones generales, incluso aunque ello implique forzar primeras votaciones de investidura fallidas en los territorios. Pero el PP no podrá esquivar la bala de la constitución de los parlamentos autonómicos, que deben formarse obligatoriamente antes de que acabe el mes de junio. La conformación de las mesas autonómicas suele definir los pactos que posteriormente se materializarán en los ejecutivos autonómicos. Una regla no escrita es la de conceder al partido con que se quiere pactar un eventual Ejecutivo de coalición la presidencia de las Cortes, como hizo Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, donde además se concedió a Vox una vicepresidencia y tres consejerías.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Raúl Caro)

Ese es precisamente el marco que busca evitar el PP. Cualquier cesión a los ultraconservadores hipotecará el futuro de Alberto Núñez Feijóo y alimentará la campaña en la que Pedro Sánchez basará su estrategia de cara a las generales: situar al PP en el marco de la "derecha extrema", junto a Abascal. "Ceder las presidencias de los parlamentos a Vox sería de idiotas", sintetiza un destacado dirigente popular, que tacha de "error garrafal" la estrategia que siguió Mañueco con Gallardo y que resume el sentir del partido al respecto: darse la mano con Vox, sí; permitir que cojan el brazo, no.

Por el momento, en Aragón y la Comunidad Valenciana los contactos entre PP y Vox son prácticamente inexistentes. El deshielo entre las dos fuerzas se cocina "a fuego lento" y en las filas de los populares aragoneses apuestan también por la estrategia de un reparto equitativo en función de la representación electoral en las Cortes de Aragón, aunque aún no conocen los requisitos que pondrá Vox en los próximos días. En su caso, la sesión inaugural del Parlamento autonómico se celebrará el 22 de junio, mientras que en el caso de la Comunidad Valenciana no se producirá hasta el 26.

La situación es especialmente tensa en Extremadura. Guillermo Fernández Vara ha activado el contador para presionar a la popular María Guardiola, que debe cerrar un acuerdo con Vox antes de que la Asamblea se constituya la próxima semana. En el entorno de la mandataria popular, aseguran que están dispuestos a "entablar un diálogo" con los ultraconservadores, por lo que, en este caso, PP y Vox sí deberían llegar a un acuerdo para controlar la Asamblea autonómica y repartirse los puestos de la Mesa para evitar que el PSOE haga lo propio con Podemos. El tiempo corre, y la reunión entre Guardiola y el candidato de Vox, Ángel Pelayo, aún no se ha producido. "Vox puede poner encima de la mesa lo que considere, pero lo primero es sentarnos", inciden los populares.

Aunque Génova ha dejado libertad a sus barones para que organicen como consideren los pactos con Vox, lo cierto es que el discurso que se realiza desde Madrid condiciona, y mucho, el desarrollo de esos acuerdos. Este lunes, el portavoz de campaña, Borja Sémper, tensaba aún más la relación con los de Abascal al asegurar que Feijóo es el único candidato nacional que "no quiere pactar con ultras", en alusión velada a los ultraconservadores. Y lanzaba una advertencia: el PP intentará "hasta el final" que no haya pactos de coalición con Vox. Ni en los territorios, ni en la Moncloa.

Las negociaciones para la constitución de los parlamentos autonómicos y sus órganos de gobierno son la primera piedra de toque en la tensa relación entre el PP y Vox tras el 28-M. Lo será en territorios donde los dos partidos de la derecha deben ponerse de acuerdo para la investidura, pero también en lugares donde no existe esta situación aunque el contacto es inexistente. El punto de partida, señalan fuentes populares, es que no habrá trato de favor a sus potenciales socios de coalición, bajo la premisa de minimizar su presencia en las respectivas mesas para reducir su capacidad de influencia en los futuros ejecutivos populares. Los dos primeros escenarios serán los de la Comunidad de Madrid, con la sesión inaugural programada para el 13 de junio, y la Región de Murcia, fechada para un día después.

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