El policía de confianza del PSOE declara la guerra a la Guardia Civil: "Por aquí no pasan”

El inspector de Policía que fichó el exministro José Luis Ábalos para un puesto como alto cargo de Transportes, Rubén Eladio López, protagoniza desde hace meses un conflicto con la Guardia Civil que ha entrado en una escalada en pleno periodo electoral. Tiene que ver con las competencias de seguridad en los edificios gubernamentales y se remonta al menos al mes de febrero de este año con enfrentamientos verbales, tensión y hasta un cambio de cerradura sin previo aviso. El último episodio es un correo remitido por este policía dirigido a los vigilantes de seguridad del ministerio en el que les insta a no ceder ante los agentes de la Guardia Civil porque esta "no tiene competencia alguna". El Instituto Armado le acusa de estar “perjudicando gravemente la seguridad del ministerio”.

Rubén Eladio López integró hace años la Unidad de Asuntos Internos, donde investigó al polémico comisario Villarejo y al conocido como el Pequeño Nicolás. Fue cesado de sus funciones y él lo achacó a la campaña de desprestigio impulsada desde los medios de comunicación. Recientemente, la Justicia tumbó sus maniobras contra periodistas en los tribunales. Antes de eso, se querelló sin éxito contra la última cúpula policial del PP y el responsable de la investigación contra Villarejo que provocó la apertura de decenas de piezas en la Audiencia Nacional. Lo mismo sucedió contra este periódico, que desveló su visita a Marruecos con los gastos pagados para reunirse con un empresario afín a los servicios secretos de Marruecos.

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Ahora, su nombre aparece de nuevo en el centro de un conflicto que le ha enfrentado a la Guardia Civil por las competencias de seguridad en el recinto de los Nuevos Ministerios de Madrid. En esta pugna, ha habido denuncias cruzadas y acusaciones entre cuerpos policiales. Lejos de remitir, ha ido a más en las últimas fechas. El inspector Rubén Eladio López, que ocupa el cargo de director general de Emergencias y Gestión de Crisis de Transportes, envió el martes de la semana pasada un correo al jefe de los vigilantes de seguridad que cumplen su labor en los accesos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma). Les recuerda que tienen que identificar a todo guardia civil que quiera pasar y que les tienen que obligar a que dejen su arma reglamentaria en la puerta. En su misiva, advierte a los vigilantes de que su contrato con el ministerio depende directamente de él.

“La gestión y dirección de la seguridad se llevará a cabo por las diferentes áreas de seguridad ministeriales, es más, el responsable de la supervisión y ejecución de ese contrato recae en mi persona, que soy un mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en servicio activo”, dice el correo al que ha tenido acceso El Confidencial. “Se vuelve a informar —añade— que la Guardia Civil no tiene competencia alguna en la seguridad del Mitma, ni siquiera en la seguridad interior del complejo de los Nuevos Ministerios, tan solo tiene la seguridad perimetral del citado complejo, teniendo la obligación en esa función de coordinarse con las autoridades competentes de los diferentes ministerios”.

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La intención de esta comunicación es recordarles a los agentes de seguridad privada que al único al que tienen que rendir cuentas es a él y les imparte directrices sobre qué hacer “si algún miembro de la Guardia Civil decide o tiene instrucciones de desobedecer o desafiar” lo que él describe como “los protocolos establecidos”. En ese sentido, exige a los vigilantes que identifiquen a los agentes de la benemérita y le manden parte con la incidencia “de manera detallada”. Deben incluir aspectos como la “actitud” del uniformado, “amenazas” o “represalias”.

En el mismo correo, se admite que este clima de tensión en el recinto donde hay varias sedes ministeriales se viene larvando desde “hace semanas”. Rubén Eladio López trata de contestar con este correo a un escrito de la Guardia Civil avanzado por El Independiente. El Instituto Armado dirigió dos oficios clasificados como “confidencial” al Ministerio de Transportes y al propio Rubén Eladio López, al que se dirigía en términos contundentes: “Usted no ostenta potestad ni competencia para ordenar los servicios de la fuerza pública o su modo de presentación”.

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El coronel jefe de la Unidad de Protección y Seguridad que firma el oficio le recuerda que el Ministerio del Interior asigna a la Guardia Civil la responsabilidad de la protección del Ministerio de Transportes. En ese sentido, le indica que si tiene algo que objetar, la vía correcta es que el departamento que dirige Raquel Sánchez se lo comunique al ministerio que encabeza Fernando Grande-Marlaska. Este conflicto ya ha llegado a los despachos de los altos responsables de ambas carteras. Consultado el Ministerio del Interior a este respecto, de momento guarda silencio.

En el oficio, la Guardia Civil acusa al policía de confianza del PSOE de estar vulnerando la ley y afectar “gravemente en la eficacia de la posible reacción ante la ocurrencia de incidentes graves, delitos violentos e incluso agresiones armadas contra las autoridades, funcionarios y demás personas”. El Instituto Armado daba la orden, por tanto, de permitir a sus agentes portar armas y que solo tengan que mostrar su carné profesional para poder circular por la sede ministerial. Ni el DNI ni dejar su TIP (tarjeta de identificación profesional) para que la anoten o la fotocopien. El rastro documental de este conflicto se remonta al menos a los primeros meses del año.

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El 6 de febrero, el jefe de la Sección de Seguridad de la Guardia de Nuevos Ministerios redactó un informe en el que dio cuenta de “incidentes protagonizados” por Rubén Eladio López. El documento explica que unos días antes, personal del Ministerio de Transportes había cambiado la cerradura de una puerta por la que pasan los guardias civiles para acceder a sus dependencias. La Guardia Civil consultó con el oficial mayor del Ministerio de Transportes, que no sabía nada al respecto, y les remitieron al Área de Seguridad, que depende de Rubén Eladio López.

Cambio de cerradura: "Prohibido el paso a la Guardia Civil"

El documento de la Guardia Civil relata otra escena protagonizada por este inspector de Policía, fichado por Ábalos en 2020 en pleno escándalo por el Delcygate. Según narra, Rubén Eladio López cerró con llave la puerta de madera y se la entregó al vigilante, al que ordenó que “bajo ningún concepto permitiera el paso a los miembros de la Guardia Civil”. Hasta el lugar se personó un sargento primero para interesarse por lo que estaba pasando y el policía le contestó de forma autoritaria: “Por esta puerta no pasa la Guardia Civil, porque lo digo yo”. El guardia civil pidió la identificación tanto a Rubén Eladio López como al vigilante de seguridad y les advirtió de que lo que estaban haciendo era sancionable por la Ley de Seguridad Ciudadana. “Haga lo que tenga que hacer”, contestó el policía.

Horas después, Rubén Eladio López regresó acompañado de una patrulla uniformada de la Policía Nacional perteneciente al Grupo de Atención Ciudadana. Al otro lado estaban un subteniente, dos sargentos primeros, un cabo primero y un guardia civil. “La situación era muy tensa”, admite el documento al que ha tenido acceso El Confidencial. El vigilante de seguridad había sufrido una crisis nerviosa y Rubén Eladio López culpó a la Guardia Civil de habérsela provocado con amenazas y coacciones. Los miembros del Instituto Armado trataron de identificar a los policías, pero el inspector fichado por Ábalos se interpuso para impedirlo: “Vosotros no podéis identificar a nadie, no sois quien para poder hacerlo (...) por aquí está prohibido el paso a la Guardia Civil”.

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La Guardia Civil denuncia que cada vez que uno de sus uniformados pasa por el hall del Ministerio de Transportes es interceptado por un vigilante de seguridad por orden de Rubén Eladio López, quien llegó a situar a un miembro de la seguridad privada en la puerta de la cafetería. Fuentes de UGT citadas por The Objective señalan que este conflicto está afectando a la salud de los vigilantes y que ocho de ellos se encuentran de baja por ansiedad. Los agentes del Instituto Armado pidieron que este nuevo protocolo de actuación se lo comunicaran por escrito. Así lo hizo el que fuera subordinado de Rubén Eladio López al frente del Área de Seguridad. Su nombre es Mateo Cuadrado y hace unas semanas dejó el Ministerio de Transportes para ejercer como liberado sindical.

En su correo, además de fijar las nuevas competencias de la Guardia Civil, acusaba a sus agentes de los “serios incidentes”, de acceder al ministerio con “armas de guerra”, de “desobediencia reiterada”. También les culpaba de haber “violentado las normas de seguridad” y les instaba a deponer de inmediato esa actitud y desafío manifiesto. Las fuentes consultadas no atisban un desenlace próximo a este desencuentro sin la intervención directa de los responsables ministeriales.