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El PP apuesta por dilatar los pactos con Vox para centrarse en la batalla con Sánchez
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ELECCIONES GENERALES 23-J

El PP apuesta por dilatar los pactos con Vox para centrarse en la batalla con Sánchez

Feijóo da libertad a los barones para decidir su futura relación con los ultraconservadores en sus territorios. Catalá abre la veda de la lista más votada en ayuntamientos y ensayará en Valencia un Gobierno en minoría sin Vox

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el candidato del PP en la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y la alcaldable de Valencia, María José Catalá. (EFE/Kai Forsterling)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el candidato del PP en la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y la alcaldable de Valencia, María José Catalá. (EFE/Kai Forsterling)

La convocatoria de elecciones generales ha irrumpido como un huracán en el tablero político nacional. Sin mediar aviso, Pedro Sánchez disolvió las Cortes este lunes y fijó elecciones generales para el próximo 23 de julio, en un intento de mitigar el impacto de la debacle del PSOE en los comicios del domingo. La maniobra tiene consecuencias inmediatas y las negociaciones para formar gobiernos territoriales coincidirán con la carrera hacia la Moncloa. El PP firmó el 28-M una victoria indiscutible y arrebató a los socialistas seis comunidades autónomas. Pero en la mayoría necesitará entenderse con Vox para gobernar. Esa es precisamente una de las bazas sobre las que Sánchez prevé construir su campaña para resistir ante Alberto Núñez Feijóo. La izquierda y el PSOE como alternativa a entregar España a la ultraderecha.

En el PP, no son ajenos a que una de las aristas de la maniobra de Sánchez es la de acorralarles junto a Vox. Y los pactos que deberá abordar en las próximas semanas no juegan precisamente a su favor. En este contexto, en las filas de los populares son proclives a dilatar en la medida de lo posible las negociaciones con Vox para "centrarnos en lo importante". Pese a que el anuncio ha sorprendido en términos generales, en el PP creen primordial no desviar el foco del auténtico objetivo, que no es otro que sacar a Sánchez en la Moncloa. "Es una oportunidad de oro", sintetizan. Los pactos con los de Abascal, por tanto, pueden esperar... aunque hasta cierto límite.

Foto: Comité de Dirección en Génova tras el 28-M. (PP/David Mudarra)

Los plazos para la formación de los gobiernos autonómicos varían en función del territorio. La constitución de las asambleas regionales está fijada para el mes de junio. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se celebrará el 26 de junio; en Aragón, el 23; en Murcia, el 14, y en Cantabria, el 22. En Extremadura y Baleares, donde el PP también está en condiciones de sumar con Vox, no hay aún una fecha cerrada, pero el plazo máximo finaliza el 27 de junio. A partir de ese momento, hay un margen aproximado de 15 días para decidir la fecha de la investidura. Si en el primer intento no hay acuerdo, los parlamentos autonómicos tienen un plazo máximo de dos meses para forzar una segunda investidura, para la que el candidato propuesto necesitaría mayoría simple. Un margen exiguo, pero suficiente como para alejar de la campaña de las generales el relato de los pactos con Vox.

Génova no permitirá que Vox marque el ritmo de las negociaciones, como creen que sucedió en Castilla y León. La primera experiencia de Gobierno de coalición con los de Abascal se saldó con un acuerdo global in extremis, en el que se pactaron al mismo tiempo tanto el reparto de puestos de las Cortes como los asientos que pasaría a ocupar Vox en el Ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco. La estrategia, por tanto, pasaría por hablar primero de la constitución de los parlamentos autonómicos y dejar dormir los posibles pactos de coalición con los de Santiago Abascal, al menos hasta que pase el vendaval de las elecciones generales.

Pero la decisión de alejar las negociaciones no solo depende del PP, sino también de Vox. Los de Abascal pueden tensar la cuerda en las próximas semanas, ya que la orden en el partido es cobrar a precio de oro los escaños de los que dependa la gobernabilidad de los barones populares, especialmente en el caso de la Comunidad Valenciana, donde ya asumen que la formación de Gobierno, como en Baleares o Extremadura, "irá para largo". "Si Vox va a primar sillones en lugar de centrarse en echar a Sánchez, se equivocará", sintetizan en una baronía del PP.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal (EFE/Ismael Herrero)

Génova no ha tomado oficialmente ninguna decisión respecto a cómo gestionará su relación con Vox. La intención de Feijóo es abordar este asunto junto a los líderes territoriales del PP este mismo martes, durante la reunión de la Junta Directiva Nacional que se celebrará en la sede del partido. Según avanzó el líder nacional en la declaración institucional que realizó este lunes en Génova, la dirección dejará libertad a las organizaciones territoriales para ordenar su relación con la ultraderecha. A ellos corresponderá el "análisis fino" de la situación, mientras que Feijóo abordará junto a su equipo el panorama general, así como el margen con el que cuentan para alejar los órdagos de los de Abascal.

Santiago Abascal volvió a tender este lunes la mano a Feijóo aunque, ante el anuncio de adelanto electoral de Sánchez, bajó el pistón. "Hoy no es día de exigencias, de ultimátums o de palabras gruesas", declaró el líder de Vox en la sede nacional del partido. No obstante, también se comprometió a que los comicios generales no influirán ni distorsionarán los contactos para la configuración de los gobiernos autonómicos. El resultado del 28-M permite a Vox hacerse grande ante Feijóo y, a priori, podría pedir la entrada en hasta cinco ejecutivos autonómicos del PP: Aragón, Extremadura, Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares. En Cantabria, el PP puede esquivar el órdago explorando un acuerdo con el PRC tras el hundimiento de Revilla en los comicios.

Foto: Santiago Abascal durante el cierre de campaña en Toledo. (EFE/Ismael Herrero)

Feijóo y Abascal ya han tenido un primer acercamiento, según confirmó el propio líder popular este lunes. Los dos mandatarios cruzaron mensajes de felicitación en la noche electoral. También hubo una conversación el lunes por la mañana, si bien en el entorno de Feijóo aseguran que en ningún momento se ha hablado de pactos territoriales. Se trata del primer contacto que mantienen ambos líderes desde el mes de febrero, cuando Abascal contactó con su homólogo del PP para tantear su apoyo a la moción de censura de Ramón Tamames.

Órdago del PP en los ayuntamientos

El PP tiene margen para separar la negociación autonómica con Vox de las elecciones generales, pero no es el caso de los ayuntamientos, que deberán conformarse el próximo 17 de junio. Pero, a priori, no será un problema para los populares, convencidos de que podrán esquivar a los de Abascal a nivel municipal si sus exigencias pasan por asumir cuotas de poder. El Partido Popular ensayará gobiernos en minoría en ciudades en las que ha ganado las elecciones.

Así se desprende de los anuncios que algunos de los vencedores de la noche electoral del 28 de mayo han hecho en capitales importantes en las que no existen mayorías absolutas ni en el flanco izquierdo ni el derecho. La candidata conservadora en Valencia, María José Catalá, llevaba semanas explicando que si su lista resultaba la más votada y no había mayoría alternativa, cabía la posibilidad de esperar la segunda votación para asumir directamente la vara de mando, tal como establece la Loreg como mecanismo de elección de alcaldes.

Este lunes, Catalá insistía en que ser la lista más votada es “suficiente” para alcanzar la alcaldía, dando a entender que no buscaría el apoyo de Vox y, por tanto, no compartiría las competencias de gestión. El PP obtuvo el domingo por la noche 13 concejales, frente a los nueve de Joan Ribó (Compromís) y los siete de Sandra Gómez (PSOE). Vox ha cosechado cuatro actas. “A partir ahí, serían acuerdos para aprobar presupuestos, ordenanzas y cosas puntuales”, añadió Catalá. Esta es la intención también de otra de las capitales importantes del país, la de Alicante. El actual alcalde, el popular Luis Barcala, ha anunciado también que no recurrirá a los cuatro ediles de Vox para conservar la vara de mando. Y en Castellón, la popular Begoña Carrasco también dejó la puerta abierta a esa opción.

Cerrar la puerta de las competencias a Vox en los ayuntamientos no es una posición aún oficial, aunque se debatirá este martes durante la Junta Directiva Nacional del partido. No obstante, durante la campaña sí se agitó desde Génova la tesis de que si el PP era la lista más votada en municipios sin mayorías absolutas, Vox tendría que bajar el pistón de sus condiciones. Se parte de la base de que Vox difícilmente podría explicar una oposición conjunta con el PSOE y partidos de izquierda. Según el escrutinio del Ministerio del Interior, el PP ha logrado 1.460 mayorías relativas en el conjunto de España, en las que podría aplicar la estrategia de adjudicarse la alcaldía de forma automática si el resto de fuerzas no logra armar una mayoría absoluta en primera votación.

La convocatoria de elecciones generales ha irrumpido como un huracán en el tablero político nacional. Sin mediar aviso, Pedro Sánchez disolvió las Cortes este lunes y fijó elecciones generales para el próximo 23 de julio, en un intento de mitigar el impacto de la debacle del PSOE en los comicios del domingo. La maniobra tiene consecuencias inmediatas y las negociaciones para formar gobiernos territoriales coincidirán con la carrera hacia la Moncloa. El PP firmó el 28-M una victoria indiscutible y arrebató a los socialistas seis comunidades autónomas. Pero en la mayoría necesitará entenderse con Vox para gobernar. Esa es precisamente una de las bazas sobre las que Sánchez prevé construir su campaña para resistir ante Alberto Núñez Feijóo. La izquierda y el PSOE como alternativa a entregar España a la ultraderecha.

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