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Feijóo devuelve el PP a las victorias en su primera cita con las urnas
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MÁS CERCA DEL OBJETIVO

Feijóo devuelve el PP a las victorias en su primera cita con las urnas

Aunque el líder del PP ha defendido que serán los barones los que negocien sus investiduras, la dirección nacional tendrá la última palabra

Foto: Feijóo, Almeida y Ayuso saludan a los simpatizantes desde el balcón de Génova. (EFE/Juanjo Martín)
Feijóo, Almeida y Ayuso saludan a los simpatizantes desde el balcón de Génova. (EFE/Juanjo Martín)

"Aquí vale quien gana". Ha sido la consigna que más ha repetido al PP Alberto Núñez Feijóo. Aterrizó en Génova de manera abrupta tras el enfrentamiento entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. El partido cerró filas en torno al gallego, en lo que para muchos fue el momento más "convulso" de la historia de la formación. Hubo aclamación para que diese el paso al que se resistió en 2018. Su aval era la capacidad para sumar mayorías absolutas en tiempos de Vox y Ciudadanos. Arrancó lo que se bautizó como efecto Feijóo, que ha superado con nota su primer test en las urnas. El PP llevaba desde 2016 sin anotar una victoria. Hoy ya se habla de “cambio de ciclo” en España tras imponerse al PSOE en las municipales y arrebatar feudos simbólicos como la Comunidad Valenciana con la muleta de Vox.

"Con Pablo, esto no hubiera sido posible", afirma un veterano del partido que coloca el mérito de Feijóo en que los ciudadanos le perciben como a "un presidente". El papel de hombre de Estado es el que ha venido cultivando el gallego desde que desembarcó en Madrid con la finalidad de visualizarse como un alter ego de Pedro Sánchez. El empeño de ofrecer pactos al presidente del Gobierno pronto chocó con el muro del no es no y ha ido virando a una oposición más dura que desembocó en el eslogan de "derogar el sanchismo".

Foto: Pedro Sánchez, después de votar este domingo en Madrid. (Reuters/Juan Medina) Opinión

En Génova, ven hoy más cerca ese objetivo, aunque saben que dependerá de cómo se articulen los pactos con la formación de Santiago Abascal desde mañana. Feijóo es consciente de que si quiere mantener su discurso de "centro y moderación", debe minimizar su dependencia de Vox en aras de esa "mayoría suficiente" que predica y que hasta este momento se le ha resistido en los sondeos. Ahora esperan que la distancia sobre Pedro Sánchez se consolide como históricamente ha sucedido cuando un partido ha ganado en municipales y autonómicas. El primero siempre crece en las parlamentarias.

Aunque el líder del PP ha defendido que serán los barones los que negocien sus investiduras, la dirección nacional tendrá la última palabra. La orden es que en todas aquellas plazas donde no haya una mayoría alternativa, es decir, que la izquierda no sume, no habrá coalición con la ultraderecha. En territorios como la Comunidad Valenciana, Baleares o Aragón, donde son decisivos, fuentes del partido adelantan que la formación de Gobierno "irá para largo", porque no se aceptarán las exigencias de Vox "si no son razonables". En los próximos días, se medirá hasta dónde van los órdagos. Desde los territorios ya advierten de que "no se puede pedir a nadie que no gobierne con Vox si lo hace Mañueco".

En clave interna, el liderazgo de Feijóo es incuestionable. Los que miraban a Isabel Díaz Ayuso tendrán que esperar, apuntan desde el PP. La baronesa ha logrado su deseada mayoría absoluta, pero también el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. El hasta ahora barón de barones, Juanma Moreno, también ha arrasado en las municipales en Andalucía y ha felicitado por ello a Feijóo. En Génova celebran estos resultados que suponen "un trampolín" para Feijóo de cara a las generales. Recuerdan que cuando el PP ha logrado victorias históricas lo ha hecho contando con “pluralidad” de voces, en relación con las discrepancias que se han evidenciado entre Feijóo y Ayuso en asuntos como la ilegalización de Bildu.

Foto: José Luis Martínez-Almeida, durante el cierre de campaña. (EFE/Fernando Alvarado)

Hay quorum en que el líder ha unido el partido. La imagen de los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy juntos en la convención de Valencia cerró las heridas. "Hace mucho que una campaña no se nos hacía larga", celebraba ayer un barón autonómico, que ponía en valor cómo Feijóo ha sabido "dosificar los mensajes y apelar al voto útil para absorber todos los votantes de Ciudadanos" y los "desencantados" con el sanchismo.

Los menos complacientes, pocos anoche, repartían el éxito con los "errores" del PSOE y advertían de que la victoria puede ser “pírrica” si se cede en los pactos con Vox. Alertan de que Sánchez agitará el fantasma de la ultraderecha como último recurso y eso les puede penalizar: "Si se visualiza que Abascal será el vicepresidente de Feijóo, estamos muertos". Hoy, los que piensan así son muy pocos en el PP. La euforia es la tónica general. El gallego ha apostado por su equipo de gallegos y los ciudadanos han respaldado su forma de dirigir el PP. Hace apenas unos meses, Feijóo trasladaba en una conversación entre amigos que se le pedía hacer "en 10 meses lo que otros han hecho en 10 años". Hoy está más cerca de conseguirlo.

"Aquí vale quien gana". Ha sido la consigna que más ha repetido al PP Alberto Núñez Feijóo. Aterrizó en Génova de manera abrupta tras el enfrentamiento entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. El partido cerró filas en torno al gallego, en lo que para muchos fue el momento más "convulso" de la historia de la formación. Hubo aclamación para que diese el paso al que se resistió en 2018. Su aval era la capacidad para sumar mayorías absolutas en tiempos de Vox y Ciudadanos. Arrancó lo que se bautizó como efecto Feijóo, que ha superado con nota su primer test en las urnas. El PP llevaba desde 2016 sin anotar una victoria. Hoy ya se habla de “cambio de ciclo” en España tras imponerse al PSOE en las municipales y arrebatar feudos simbólicos como la Comunidad Valenciana con la muleta de Vox.

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