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El PP busca el golpe de gracia a Cs y se lanza a por una bolsa de 350.000 votantes indecisos
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ELECCIONES AUTONÓMICAS Y MUNICIPALES

El PP busca el golpe de gracia a Cs y se lanza a por una bolsa de 350.000 votantes indecisos

Génova teme que las papeletas perdidas al partido naranja frustren los planes de Feijóo en una noche electoral ajustada: "Sus últimos votos pueden decidir una presidencia autonómica"

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto de campaña. (EFE/Ángel Medina)
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto de campaña. (EFE/Ángel Medina)
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Alberto Núñez Feijóo centró la primera parte de la campaña electoral en exprimir al máximo la polémica de las listas de Bildu y los pactos del Gobierno con Arnaldo Otegi para hacer corresponsables a los candidatos del PSOE que se enfrentan a las urnas. Pero Génova ha pasado ya esa página para centrar todos sus esfuerzos en la estrategia del voto útil. El objetivo no es sólo afianzar el trasvase que ya detectan de los socialistas descontentos con Pedro Sánchez o arrastrar a los votantes de Vox hacia la opción mayoritaria. La obsesión del PP en la recta final de la campaña es dar la puntilla a Ciudadanos y arrebatar el suelo electoral en el que se mantienen los naranjas. "Sus últimos votos pueden decidir una presidencia autonómica", sintetizan en la dirección nacional.

En apenas cuatro años, los populares han logrado absorber casi toda la masa electoral de los liberales, un movimiento que se ha producido en paralelo al progresivo desembarco de cargos de Ciudadanos entre sus filas. No obstante, según los cálculos que manejan en la cúpula de Génova, aún queda una tarea: atraer a unos 350.000 electores que apostaron por los naranjas en las últimas elecciones territoriales y que ahora se sitúan en la bolsa de indecisos. Importante recordar que en mayo de 2019 fueron 1,8 millones de electores los que apostaron por las siglas que entonces encabezaba Albert Rivera.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante un acto de precampaña. (EFE/Jero Morales)

El PP asume que el próximo domingo habrá un pequeño margen "indestructible" que seguirá apostando por Ciudadanos o que, directamente se irá a la abstención. Pero su consigna en los últimos días ha sido echar el resto para que los miles de votos que aún tienen en cartera los liberales no les penalice en unas elecciones que, en muchos territorios y ayuntamientos, serán "de foto finish" y se decidirán "por un puñado de papeletas". Los populares llevan tiempo insistiendo en la idea de que el voto a los naranjas, salvo en contadas excepciones, "va a la basura" porque no les permitirá sobrepasar la barrera electoral mayoritariamente fijada en el 5%. Pero en su caso puede decantar mayorías. "Un 2% de voto puede hacer presidente a Mazón", ejemplifican en el entorno de Feijóo. En la Comunidad Valenciana, de hecho, la situación que avanzan las encuestas es de un empate técnico entre bloques.

Génova ha pisado el acelerador con esta estrategia, aunque es un objetivo en el que llevan tiempo trabajando. "Creo que Ciudadanos en este momento es un partido que debe despedirse del ámbito político de la forma más digna posible. En las urnas no va a tener representación", aseguró Feijóo en diciembre de 2022, un pronóstico que más bien era un deseo. Los naranjas han reducido a la mitad el número de listas para estas elecciones respecto a las que presentaron en 2019, pero aun así lograron salvar los muebles con 800 candidaturas territoriales que amenazan los planes del líder del PP.

El pasado domingo, impulsado por la inyección de euforia de los 12.000 asistentes al acto central del PP en Valencia, Feijóo se dirigió por primera vez a los votantes de Vox y de Cs para que diesen a su proyecto "una oportunidad" este domingo. Fue casi un ruego que en el cuartel general de Génova creen que puede tener resultados. Recuerdan en la sala de máquinas de los populares que Juanma Moreno apretó en la última semana con la estrategia del voto útil. Y no solo logró desactivar casi por completo a Ciudadanos, sino que logró una mayoría absoluta que relegó a Vox a la irrelevancia y abrió la primera gran crisis interna de la formación de Abascal. Es el "modelo de éxito" en el que se fija el PP en la recta final de unas elecciones clave para el futuro de Feijóo.

Foto: El secretario general de Ciudadanos, Adrián Vázquez. (Cs/Juan Vadillo)

Ciudadanos se ha propuesto resistir al envite de las urnas y se ven con posibilidades de lograr representación en autonomías como Asturias y Murcia, o capitales de provincia como Ciudad Real, Palencia o Cádiz. Pero la gran esperanza de los naranjas, ahora liderados por Patricia Guasp y Adrián Vázquez, es Begoña Villacís. La vicealcaldesa acaricia la barrera de la representación en el Ayuntamiento de Madrid, unos escaños que serían esenciales para el futuro de José Luis Martínez-Almeida, y sobre todo para seguir siendo relevantes en la escena política. En la dirección de los liberales dan por hecho que lograrán ese hito en la joya de la corona municipal, mientras que en el PP pinchan el 'globo' de los naranjas y creen que no lograrán concejales. El alcalde, según su diagnóstico, podría quedarse a uno o dos escaños de la absoluta.

El fichaje de Luis Garicano

El anuncio del fichaje de Luis Garicano para el think tank ligado a Génova es la prueba de que el PP se ha lanzado a atacar hasta el último voto de Cs estas elecciones. Durante muchos años, el exeurodiputado fue el economista de cabecera de Ciudadanos y uno de los grandes pesos pesados del partido hasta que abandonó definitivamente la formación en noviembre de 2022. Su aterrizaje en la formación llevaba tiempo preparándose, aunque Génova se guardaba esa baza para desactivar completamente a los liberales antes de las próximas generales. Garicano tiene además compromisos profesionales —es profesor en la Universidad de Columbia— incompatibles con la política. Por el momento, ejercerá funciones de asesoramiento en 'Reformismo21' como "independiente".

Que se haya adelantado unos meses "no es casual", aseguran en el equipo del gallego, donde deslizan que si logran desactivar ahora a Ciudadanos, no será un problema del que preocuparse a finales de año. "Es un fichaje buscado que da prestigio a la marca y consolida la imagen de aperturismo del PP", inciden en la dirección nacional. Se trata, por tanto, de una maniobra programada para asestar un último golpe al partido naranja antes del 28-M.

El acercamiento de Garicano comenzó muchos meses atrás, prácticamente desde que Feijóo se hizo con las riendas del partido. El exeurodiputado tiene una buena relación con el responsable económico del PP, Juan Bravo. De su boca llegaron diferentes propuestas para armar el primer plan económico que el gallego puso en marcha a las pocas semanas de asentarse en Génova. Garicano fue uno de los 'sabios en la sombra' que susurraba a Feijóo, junto a otros exministros y empresarios, en sus primeros meses de andanza nacional. Siempre fue un perfil que gustó a la nueva dirección, pero ambas partes se tomaron su tiempo antes de oficializar su salto.

Foto: Ilustración: EC Diseño.
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El economista dejó el Parlamento Europeo en julio del año pasado, y se dio de baja de Ciudadanos pocos meses después. Ahora trabajará junto a Román Escolano o Fátima Báñez en el área económica del think tank de Feijóo, aunque las fuentes consultadas auguran una larga trayectoria de Garicano a bordo del PP, ya sea a nivel orgánico o en funciones de Gobierno si el líder popular logra llegar a la Moncloa. "Es oro molido", resumen en Génova. La dirección avanza, además, que en los próximos meses habrá "nuevos fichajes" para seguir "complementando" el partido, procedentes tanto de dentro como de fuera de la política. En este sentido, uno de los nombres que ha entrado en las quinielas es el de Toni Roldán, exdiputado de Ciudadanos y actual director del centro de política económica de ESADE, que mantiene también un contacto fluido con miembros de la dirección popular.

Alberto Núñez Feijóo centró la primera parte de la campaña electoral en exprimir al máximo la polémica de las listas de Bildu y los pactos del Gobierno con Arnaldo Otegi para hacer corresponsables a los candidatos del PSOE que se enfrentan a las urnas. Pero Génova ha pasado ya esa página para centrar todos sus esfuerzos en la estrategia del voto útil. El objetivo no es sólo afianzar el trasvase que ya detectan de los socialistas descontentos con Pedro Sánchez o arrastrar a los votantes de Vox hacia la opción mayoritaria. La obsesión del PP en la recta final de la campaña es dar la puntilla a Ciudadanos y arrebatar el suelo electoral en el que se mantienen los naranjas. "Sus últimos votos pueden decidir una presidencia autonómica", sintetizan en la dirección nacional.

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